King Krule, At the Drive In y un prodigioso Benjamin Clementine, entre los mejores conciertos de esta edición
PAREDES DE COURA (PORTUGAL), 20 Ago. (EUROPA PRESS) -
El festival Paredes de Coura, en Portugal, celebraba este año su 25 aniversario y lo hizo por todo lo alto, superando la barrera de las 100.000 personas en cuatro jornadas plagadas de música, calor y buen ambiente.
La cita, que, junto al Primavera Sound de Porto, es desde hace tiempo referencia para festivaleros de Galicia y del norte de Portugal, arrancó ya a mitad de semana en la playa fluvial de Taboão.
Con una afluencia media de más de 20.000 personas por día (el dato del sábado alcanzó las 27.000) y multiplicando las cifras de hace una década, el palco principal acogió el miércoles a modo de aperitivo a los ingleses The Wedding Present tocando su álbum de debut, 'George Best' (1987) y a los clásicos de la escena rock lusa Mão Morta.
Les siguieron la banda electrónica Beak (el otro proyecto de Geoff Barrow de Portishead); los estadounidenses Future Islands y una de las artistas más esperadas de todo el cartel, la escritora y rapera Kate Tempest.
A LOS PIES DEL RÍO
El jueves, a una temperatura que invitaba a refrescarse en las frías aguas del río Coura, la música empezó ya de tarde en el palco 'Jazz na Relva'.
En un entorno idílico rodeado de carballos y entre toallas, flotadores, finos y bifanas transcurrieron los conciertos de Uma coisa em forma de assim y Captain Boy.
Dentro del recinto aguardaba una potente sucesión de actuaciones que empezó con los norteamericanos Car Seat Headrest y siguió con el jovencísimo e irreverente King Krule, uno de los más aclamados y cuyo sonido hizo vibrar más al público.
En su regreso, At the Drive In se esforzaron en demostrar por qué son un grupo de culto y a continuación dieron paso a la electrónica de Nick Murphy (el DJ australiano Chet Faker).
En el palco alternativo, la mezcla de hip-hop y hardcore de Ho99o9 fue seguramente una de las grandes sorpresas, para bien, por la fuerza y expresividad del conjunto de los de Newark (New Jersey).
Entrada la madrugada, los coreanos Jambinai presentaron su nuevo álbum, 'A Hermitage', con la elegancia e intensidad que aportan unos instrumentos milenarios que por momentos suenan con estruendo, por momentos con la mayor de las suavidades.
Llegó la sexta-feira, es decir, el viernes, y todas las miradas se centraban en Beach House, pero se hicieron de rogar con una tardanza de casi tres cuartos de hora, cosa nada habitual en un evento bien organizado y cumplidor con los horarios.
Con todo, el dream pop de los de Baltimore calmó los ánimos y elevó la noche a uno de sus puntos álgidos.
"¡BEN-JA-MIN!"
El cierre de esta edición será recordado como la velada (la del sábado) en que el londinense Benjamin Clementine se metió en el bolsillo a medio Portugal, y demostró que lo suyo es mucho más que una buena historia para ser contada.
De hecho, su espectacular voz, que comparan con la de Nina Simone, eclipsó el relato de su etapa como 'sintecho' y tanto él como su piano y el imponente coro dejaron de piedra al auditorio.
Clementine cantó, gritó, susurró, pregonó, pidió participación y dio las gracias emocionado, mientras el público respondió motivado coreando su nombre en varias ocasiones ("¡Ben-ja-min, Ben-ja-min!").
Tras él vendrían el rock californiano de Ty Segall, las melodías frenéticas de Foals y todavía varias sesiones de 'after hours' para los insaciables.
Para ellos y para el resto de asistentes la organización manda un mensaje de tranquilidad: del 15 al 18 de agosto de 2018, reserven la fecha.
