Los peritos apuntan que el acusado de matar a su esposa en el Hospital de Ourense no sufrió un trastorno transitorio

Publicado: miércoles, 21 junio 2017 15:44

   Forenses y psicólogos coinciden en que trata de aparentar estar más dañado de lo que realmente se encuentra

   OURENSE, 21 Jun. (EUROPA PRESS) -

   Los peritos que realizaron los informes psicológicos de Aniceto R. (79 años), el hombre que presuntamente asesinó a su esposa Isabel Fuentes (66 años) en el Complexo Hospitalario Universitario de Ourense (CHUO) el 8 de mayo de 2015, no han apreciado que el acusado sufriese alguna enfermedad mental en el momento del delito y han considerado que intenta presentarse más dañado de lo que realmente está.

   Así lo han señalado durante la tercera de las jornadas del juicio que se celebra en la Audiencia Provincial de Ourense contra Aniceto R., por dos delitos de intento de asesinato y de asesinato consumado, en la que también se ha confirmado que la sangre que apareció en la supuesta arma del crimen pertenece solamente al acusado y que no contiene restos del ADN de su esposa.

   Los forenses que realizaron los informes para determinar la capacidad intelectual y cognitiva del acusado en el momento de los hechos han señalado este miércoles que sus análisis "no evidencian fenómenos psicológicos que afectasen a la capacidad cognitiva (del acusado) en el momento del delito".

   Sus conclusiones se basan en que el acusado no tenía ningún antecedente médico, y que las entrevistas con la hija y la sobrina de Aniceto R. no revelaron "nada", salvo cierto "ensimismamiento y aislamiento".

   Para los forenses este estado era "congruente" con la situación que vivía, con su mujer ingresada en el CHUO tras una agresión en el domicilio conyugal, y no han apreciado que en el momento de los hechos pudiese sufrir una enfermedad mental.

INTENTO DE "SUICIDIO LÚCIDO"

   Respecto a las explicaciones sobre la supuesta autolesión tras acabar con la vida de su esposa, que le produciría un ictus que mermaría su movilidad y capacidades intelectuales, los forenses han apuntado la posibilidad de un intento de "suicidio lúcido", que "viene detrás de unos hechos" y que puede producirse por "una situación de estrés, ansiedad o elaborada".

   En relación a las lesiones cognitivas que le provocó la lesión, los forenses han apuntado que las pruebas realizadas a Aniceto R. "sugieren que intenta presentarse más dañado de lo que realmente está" y que sufrió un "daño cognitivo leve" que no afecta a su capacidad procesal.

   Este extremo ha sido reiterado por las psicólogas que le realizaron los test para detectar si el acusado simula su estado mental y que han incidido en que "en términos generales" las pruebas "sugieren que el hombre intenta presentarse más dañado de lo que está".

LA SANGRE DEL CUCHILLO ES DEL ACUSADO

   Los peritos de la Policía Nacional que se encargaron de analizar las pruebas recogidas en la habitación del CHUO han confirmado que los análisis de las muestras de sangre del cuchillo (en el filo, el mango y en unas letras) revelan que pertenecía al acusado, pero que no hay restos de ADN de Isabel Fuentes.

   El juicio también ha contado con la declaración de una de las primas de la víctima, que reside habitualmente en Andorra, que tras la primera agresión en la casa de Pazos (Verín) pasó casi una semana con su familiar en la UCI del CHUO.

   La mujer ha relatado que su prima reaccionaba a los estímulos que ella le daba en forma de besos y caricias, pero que su marido "se sentaba y no se acercaba".

   En su declaración la mujer ha apuntado a los motivos que pudieron llevar a Aniceto a escoger la noche del ocho de mayo para acabar con la vida de su esposa.

   Así, ha señalado que esa noche "por primera vez no había ningún familiar" con la otra mujer que ocupaba la habitación y que ella le había comentado a Aniceto que a partir del día siguiente llegarían unos primos de Madrid para pasar las noches con Isabel.

LOS HECHOS

   El asesinato tuvo lugar el 8 de mayo de 2015 en el Complexo Hospitalario Universitario de Ourense, CHUO, cuando el acusado presuntamente asesinó a su esposa clavándole un cuchillo en el pecho. Tras la agresión mortal el procesado se dio a sí mismo varias puñaladas en el abdomen, brazo izquierdo y cuello, que le provocaron una hemiplejía e infarto cerebral.

   La mujer se encontraba ingresada y estaba recuperándose de un fuerte traumatismo craneoencefálico que, según había relatado su marido, le habían provocado unos ladrones que habían intentado entrar en su casa la madrugada del 2 de abril.

   Desde un primer momento la Guardia Civil había descartado la tesis de una agresión por robo, ya que no habían encontrado la puerta forzada y las investigaciones apuntaban a una posible agresión por parte del marido.

   PETICIÓN DE PENAS El hombre se enfrenta a una pena que oscila entre los 39 años que pide la Fiscalía y los 49 que reclama la acusación particular ejercida por la familia de la víctima, por sendos delitos de asesinato intentado y asesinado consumado.

   La defensa reclama siete años, tres por un delito de lesiones (a raíz de la primera agresión, en el domicilio conyugal) y cuatro por homicidio consumado, en el que reclama una atenuante en base a un trastorno mental del acusado.

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