Pena de Muerte
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Actualizado: jueves, 17 noviembre 2016 14:56

MADRID, 17 Nov. (EUROPA PRESS) -

Amnistía Internacional (AI) ha denunciado que el Gobierno de Irán está llevando a cabo una campaña de propaganda que consiste en emitir vídeos manipulados y sesgados de condenados a muerte en los que hacen confesiones forzadas, un intento por parte del régimen iraní de justificar las ejecuciones de decenas de personas por cargos que no están definidos.

En su informe "Retransmitiendo la injusticia: fanfarronería de las ejecuciones", la organización humanitaria ha puesto de relieve la campaña propagandística que están realizando las autoridades iraníes tras la ejecución colectiva el pasado 2 de agosto de 25 hombres suníes acusados de pertenecer a un grupo armado. De acuerdo con AI, la campaña consiste en "inundar" los medios de comunicación con vídeos que muestran a los fallecidos confesando sus crímenes, con el fin de justificar sus ejecuciones.

"Al exhibir a los condenados a muerte por la televisión nacional, las autoridades intentan descaradamente convencer a la opinión pública de su culpabilidad", ha explicado Phillip Luther, director de Investigación para Oriente Próximo de AI. "No consiguen enmascarar una realidad alarmante: que los hombres ejecutados fueron declarados culpables de delitos definidos en términos imprecisos y condenados a muerte tras juicios injustos", ha apuntado.

La comunidad internacional lleva años denunciando los abusos a los que son sometidas las personas que son arrestadas y acusadas de terrorismo en Irán. En la gran mayoría de los casos, para poder condenarles a muerte necesitan que el arrestado confiese. Para ello, torturan y someten a malos tratos a estas personas para forzar unas "confesiones" que en muchas ocasiones resultan falsas.

Los vídeos mencionados en el informe son videomontajes de las supuestas confesiones, donde aparecen los condenados a muerte ejecutados el pasado 2 de agosto en muy malas condiciones. En ellos, confiesan sus "crímenes" y se califican a sí mismos de "terroristas".

Los montajes contienen titulares sensacionalistas como "En manos del demonio" y "En la oscuridad profunda", que aparecen intercalados con imágenes de combates en Irán y las declaraciones de los prisioneros. De fondo, ponen pistas musicales de acompañamiento muy dramáticas que hacen que los vídeos se asemejen a un tráiler de una película.

CONFESIONES FORZADAS

Aministía Internacional ha tenido acceso a varios videomensajes grabados en prisión con un móvil clandestino por algunos de los protagonistas de los vídeos propagandísticos antes de ser ejecutados. Los hombres afirmaban que habían sido obligados a "confesar" ante una cámara después de pasar meses siendo torturados en centros de detención del Ministerio de Inteligencia. Según sus declaraciones, recibieron patadas, puñetazos, golpes con porras eléctricas, latigazos y fueron privados de sueño.

"Pensé que no me quedaba otra salida, ya no aguantaba más los abusos y las torturas. Ellos me pusieron delante de una cámara y me dijeron que cerrarían mi caso y me dejarían libre si decía lo que ellos me ordenaban decir", contaba Mojtar Rahimi, uno de los hombres ejecutados que aparece en un vídeo de propaganda.

"Estuve practicando casi dos horas al días hasta conseguir memorizar toda la información. Incluso me dijeron que moviera las manos y mantuviera una expresión alegre para que nadie sospechara que estaba recluido en aislamiento o sufriendo malos tratos", explicaba otro de los reclusos, Kaveh Sharifi.

La ONG denuncia que los vídeos presentan una imagen distorsionada de la realidad y describen a los ejecutados como unos criminales que merecían el castigo recibido. De acuerdo con los testimonios de varios encarcelados, les obligaban a llamarse a sí mismos terroristas y a decir que eran miembros de un grupo armado llamado Towhid va Jahad. En algunos de los vídeos, se puede escuchar como algunos de los hombres declaran haber cometido "atrocidades mucho peores" que por las que se les ha condenado.

Desde AI también han acusado a las autoridades iraníes de sentenciar a estos hombres basándose en confesiones forzadas y de no permitir que la comunidad internacional tenga ningún tipo de acceso a los juicios, que describe como "injustos". Por otra parte, los cargos que se le imputan a estas personas son muy imprecisos y no se demuestran en ningún momento, más allá que con las confesiones que arrancan de los acusados de forma ilegítima.

Los vídeos han sido producidos y emitidos por medios de comunicación asociados al Estado, como la Radiotelevisión de la República Islámica de Irán, Press TV y Habilian Association. "Las autoridades iraníes deben tomar medidas de inmediato para dejar de producir y difundir 'confesiones' obtenidas mediante tortura y otros malos tratos. Deben asimismo garantizar que los tribunales dictan sentencias bien fundadas y públicamente accesibles", ha concluido Luther.

Los 25 hombres ejecutados formaban parte de un grupo más amplio de suníes que fueron detenidos entre 2009 y 2011, acusados de una serie de asesinatos y enfrentamientos en la provincia iraní de Kurdistán. Aunque según los registros oficiales el 2 de agosto sólo se llevaron a cabo 20 ejecuciones, de acuerdo con AI se llevaron acabo cinco más aquel día.

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