Alemania lleva a juicio a 38 personas, entre ellas un expolicía, por un caso de abusos a inmigrantes en 2014

Entrada de una casa de acogida para solicitantes de asilo en Burbach
WOLFGANG RATTAY / REUTERS
Actualizado: jueves, 23 marzo 2017 5:53

MADRID, 23 Mar. (EUROPA PRESS) -

Las autoridades alemanas han decidido llevar ante la Justicia a un total de 38 personas, investigadas desde hace más de dos años por una serie de presuntos abusos perpetrados en un centro de acogida de solicitantes de asilo de la localidad de Burbach, en Renania del Norte-Westfalia, en el oeste de Alemania.

La Fiscalía germana ha imputado los delitos de abusos o complicidad para cometer abusos a los 38 investigados, entre los que se encuentra un exagente de la Policía, dos empleados del consejo local y 35 trabajadores del centro, tal y como ha indicado el diario local WAZ.

No obstante, todavía se desconocen los detalles de la investigación, ya que los acusados aún no han sido informados.

La investigación arrancó en 2014 después de que salieran a la luz varias imágenes tomadas con las cámaras de teléfonos móviles de diferentes abusos, según ha informado el alemán 'Deutsche Welle'.

Los dos funcionarios implicados en el caso están acusados de un delito de encarcelamiento ilegal por negligencia, dado que conocían que los refugiados estaban siendo encerrados y siendo víctimas de abusos si no cumplían las normas del centro.

Una portavoz del tribunal de Siegen, donde se han presentado los cargos, ha confirmado al 'Deutsche Welle' que hay 38 sospechosos y que existen una serie de cargos contra ellos, si bien no ha ratificado ni desmentido los detalles publicados hasta ahora.

El escándalo surgió cuando una cadena de televisión pública regional, WDR, emitió una fotografía en la que se podía ver a un guardia pisando la cabeza a una persona maniatada en el suelo, junto al que posaba otro guardia.

El caso llegó a compararse con el escándalo de abusos de la prisión iraquí de Abu Ghraib de 2004, que estalló tras salir a la luz una serie de imágenes en las que se veía a varios soldados estadounidense a los presos a colocarse en posturas de carácter marcadamente sexual o humillante.

Cuando se abrió la investigación, las autoridades regionales aseguraron que podrían llegar a imputar a los guardias por delitos de lesiones, algo que se ha consumado más de dos años después.

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