Brown se enfrenta a la severa falta de confianza del Laborismo

Actualizado: viernes, 29 mayo 2009 21:47


LONDRES, 29 May. (EUROPA PRESS/Eva Martínez Millán) -

El primer ministro británico, Gordon Brown, se enfrenta a la severa falta de confianza del Laborismo en sus posibilidades electorales y, a un año de la cita en la que el partido se juega el cuarto mandato consecutivo, sus diputados han iniciado ya la búsqueda de alternativas para lo que prevén un inevitable paso a la oposición, a pesar de recursos como una inminente remodelación de Gobierno y la recuperación económica que debería coincidir con los comicios generales.

Decenas de laboristas con un escaño en la Cámara de los Comunes aspiran a conseguir un asiento en la de los Lores, que no está sujeta al escrutinio de las urnas, en lo que supone una prueba más del estado de opinión del partido que desde 1997 ha ostentado el poder en Reino Unido. Una visión reforzada ante la seguridad de que Brown será el cabeza de cartel, pese a que muchos de sus compañeros de filas lo consideran el principal factor que alejará a los votantes.

Sin embargo, después de los supuestos movimientos internos para desalojarlo del número 10 de Downing Street, donde se mudó en junio de 2007 tras la década de Tony Blair, las probabilidades de un asalto a su liderazgo han quedado reducidas al mínimo debido a las aún más graves consecuencias que podría generar un recambio acelerado y la propia situación a la que se dirige el Laborismo, según todos los sondeos, que abocan a la formación a la oposición.

La tormenta política generada por la difusión de los gastos de los diputados en virtud de los privilegios de Westminster ha afectado a todos los partidos, pero los laboristas gozan de hegemonía en los Comunes desde 1997. Con todo, un estudio reciente cifraba en 325 el total de parlamentarios de todos los grupos que la próxima legislatura no repetirán, bien por renuncia voluntaria, por castigo del partido o porque perderán la contienda.

Por ello, según el diario 'The Guardian' ya son al menos 52 los laboristas que han iniciado movimientos para garantizarse el futuro una vez confirmada la derrota que todas las encuestas dan por segura. Los principales pasan por acceder a la Cámara de los Lores, una opción todavía acotada al nombramiento, a pesar de que las reformas estructurales que baraja el Gobierno podrían acabar con siglos de tradición y hacer que la Cámara Alta británica pase a contar también con el criterio de los electores.

REFORMAS

Se trata de las nuevas bases constitucionales que en breve presentará el Ejecutivo, que podrían incluir apuestas de calado en suspenso durante años con el objetivo de mostrar ante la opinión pública que la reacción al escándalo de los gastos no se limita a revisar prácticas, sino a rediseñar la arquitectura institucional de Reino Unido.

Esta misma semana se han venido produciendo acercamientos entre los partidos, interesados en mostrar su deseo de enmienda ante electores que el próximo 4 de junio tienen una cita con las europeas, en las que se prevé un importante varapalo para las formaciones mayoritarias. En cualquier caso, según el Eurobarómetro, la participación en las islas será tan sólo del 22 por ciento, sólo superada por el 21 por ciento de Austria.

Primero fue el líder conservador, David Cameron, quien pidió una "radical y masiva redistribución de poderes" y, posteriormente, el ministro de Justicia, el veterano Jack Straw, quien le respondió con una apelación al consenso en la ronda de reuniones a la que prevé convocar a los componentes de la esfera política británica. Cualquier cambio deberá partir del Gobierno, pero éste quiere contar con el visto bueno del arco parlamentario para reformas que afectarán a sucesivos Ejecutivos.

En este sentido, si finalmente se produce la alternancia que auguran todas las encuestas será un gabinete conservador el que tenga que encargarse de culminar el proceso, una realidad asumida por los propios laboristas, de entre los que al menos un séptimo de los elegidos en 2005, desde presidentes de comisiones a miembros de departamentos gubernamentales, se encuentran ya preparando alternativas de futuro ante el posible paso a la oposición.

Sin embargo, según 'The Guardian', el interés por conseguir un asiento en los Lores muestra la distancia entre una amplia corriente interna y el líder, quien "no es un fan" de la Cámara Alta, como demuestra el reducido número de nombramientos que ha promovido desde su llegada al poder dos años atrás.

RECURSOS

En cualquier caso, Brown cuenta aún con recursos como la remodelación que prevé acometer tras las europeas y antes de que tenga lugar la elección del nuevo presidente de los Comunes el próximo 22 de junio, una vez consumada la salida de Michael Martin, primer 'speaker' en renunciar a su cargo en 300 años, precisamente por los efectos que el escándalo de los gastos supuso para su autoridad en la Cámara.

La única reestructuración llevada a cabo por el primer ministro en sus dos años en el poder, el pasado octubre, con la incorporación de su antaño rival en el Laborismo Peter Mandelson como principal novedad, le permitió recuperar pulso tras un verano de especulaciones acerca de un hipotético asalto al poder. Una evolución a la que contribuyó su reacción inicial a la crisis económica, que lo llevó, incluso, a convocar en Londres una reunión del G-20 que tuvo lugar finalmente el 2 de abril.

Precisamente la economía podría representar el último factor que el mandatario tendría la oportunidad de invocar, puesto que si las elecciones se celebran en la fecha prevista, Reino Unido habrá iniciado la senda de la recuperación y será la primera potencia en haber salido de la recesión, un hito que Brown podrá presentar como propio para apelar a la confianza, tanto de los suyos, como de los votantes.