LIUBLIANA, 18 Oct. (Reuters/EP) -
Eslovenia ha advertido este domingo de que no aceptará un número ilimitado de inmigrantes cruzando sus fronteras y que Croacia, Serbia y Macedonia deberían tomar medidas para ralentizar dicho flujo.
"No podemos aceptar un número ilimitado de inmigrantes si sabemos que no son capaces de continuar su viaje" declaró el secretario de Estado del Ministerio de Interior esloveno, Bostjan Sefic, en rueda de prensa. "Creo que Croacia, Serbia y Macedonia también tendrán que tomar medidas" señaló.
Estas declaraciones se producen tras el cierre el pasado sábado de la frontera húngara con Eslovenia, que se suma a los bloqueos ya impuestos con Croacia el viernes y el existente con Serbia desde septiembre.
"Croacia nos ha pedido aceptar 5.000 inmigrantes al día pero Austria nos señaló un máximo de 1.500", ha declarado el secretario de Estado, que además ha asegurado que "insistimos en estabilizar las llegadas y salidas de inmigrantes diariamente o sobre una base de varios días (...) y por ahora no vamos a cambiar esa decisión".
Cerca de 3.000 inmigrantes, muchos de ellos huyendo de la guerra civil siria, entraron en Eslovenia a través de la frontera croata tras el citado cierre de la frontera sur de Hungría la medianoche del pasado viernes.
El gobierno derechista húngaro sostiene que los inmigrantes, musulmanes en su mayor parte, representan un amenaza para la prosperidad, seguridad y "valores cristianos" de Europa.
Croacia y Eslovenia han declarado que no detendrán a los inmigrantes en sus fronteras siempre y cuando Austria y Alemania mantengan sus puertas abiertas. Pero a pesar del límite fijado desde Liubliana de 2.500 llegadas diarias, ya son más de 5.000 los que cruzan cada día desde Grecia hacia Macedonia y Serbia.
Los autobuses utilizados por muchos de estos inmigrantes sufrieron un nuevo retraso en la frontera Serbia con Croacia este domingo. Otro inconveniente que ralentiza una ruta por el este de Europa que les lleva a atravesar Eslovenia.
Muchos de ellos pasaron la noche en estos autobuses abrigados con ropa y mantas para combatir el frío del otoño o caminando entre una densa niebla hasta llegar al control establecido a un kilómetro de la frontera occidental de Serbia con la UE.
La policía serbia ha tratado de mantener el orden en este área, en la villa de Bersakovo, donde hay más de 40 autobuses cargados de refugiados. Desde allí, los inmigrantes y refugiados deberán cubrir a pie el kilómetro restante hasta la frontera.
Algunos saltaron una alambrada para acceder a un campo de manzanos y maíz en un intento por conseguir alimento. "Llevamos aquí 20 horas, necesitamos agua, comida, hay mujeres y bebes en el autobús" señaló Miroslav, uno de los conductores de dichos autobuses. "¿Quién coordina todo esto? Es un caos", añadió.
