Actualizado: sábado, 29 agosto 2015 14:23


PARÍS, 29 Ago. (EUROPA PRESS) -

El Gobierno francés planteará establecer "controles simultáneos y coordinados en los países de la Unión Europea" y reforzar el seguimiento de personas consideradas "peligrosas" para afianzar la seguridad en los trenes internacionales tras el ataque frustrado del pasado viernes 21 de agosto en el Thalys en la reunión de ministros del Interior y de Transportes de nueve países europeos, entre ellos España, convocada de urgencia este sábado en París para identificar medidas para estrechar la cooperación frente a la amenaza terrorista y reforzar la seguridad ferroviaria.

El ministro del Interior galo, Bernard Cazeneuve, ya avanzó esta semana la necesidad de estudiar si se puede "establecer un dispositivo" que permita controlar "de forma más sistemática, más coordinada" a los pasajeros.

El autor del tiroteo frustrado, identificado como el ciudadano marroquí Ayub el Khazzani, de 26 años, era conocido por su radicalismo por los servicios secretos de varios países, entre ellos los de España y Bélgica, aunque este país consideraba que planteaba un riesgo "bajo".

El Khazzani subió al tren que cubría la ruta Ámsterdam-París en la estación bruselense de Midi con varias armas de fuego, incluido un fusil AK-47, y gran cantidad de munición. Consiguió herir a tres personas, antes de ser reducido por los propios pasajeros, hecho que impidió una tragedia mayor.

A raíz de este ataque, el Gobierno galo planteará una mayor unificación de prácticas y marcos jurídicos en relación a los ficheros de personas vigiladas, que se comparten entre países a través del Sistema de Intercambio de Información Schengen y si es posible "ir hacia indicadores de riesgo comunes", según fuentes del Ministerio del Interior galo, citadas por el diario 'Le Figaro'.

DEFINIR CRITERIOS OBJETIVOS PARA CONTROLES DE IDENTIDAD

También propondrá al resto de países europeos que se informen de las órdenes de búsqueda para reforzar "el seguimiento de las personas identificadas como peligrosas" y "definir unos criterios objetivos", como por ejemplo la procedencia de un pasajero, que permita proceder a controles de identidad de los ciudadanos de la UE, según el citado rotativo.

Asimismo, planteará mutualizar el fichero nacional de prohibición administrativa de entrada al territorio.

Entre las medidas para reforzar la seguridad ferroviaria como tal, el Ejecutivo galo plantea opciones como reforzar las patrullas mixtas en los trenes transfronterizos como ya han hecho Francia y Bélgica en el caso del Thalys y "controles simultáneos y coordinados en las los países de la Unión Europea que permitan activar" los ficheros de personas vigiladas, así como el refuerzo de los controles de los equipajes, sin descartarse que el personal de seguridad ferroviario pueda realizar estos controles, que ahora realiza la Policía.

Asimismo, plantean otras medidas como el refuerzo de la vídeovigilancia y la posibilidad de crear un foro a nivel europeo en el que participen las fuerzas de seguridad, los operadores ferroviarios y los servicios de aduanas de los diferentes países.

Los ministros del Interior y Transporte de Francia, España, Alemania, Reino Unido, Bélgica, Países Bajos, Luxemburgo, Italia y Suiza participan en la reunión ministerial urgente para discutir la cooperación transfronteriza contra el terrorismo y el refuerzo de la seguridad ferroviaria organizada por el Ejecutivo galo este sábado en París.

El coordinador antiterrorista de la UE, Gilles de Kerchove, así como los comisarios del Transporte y del Interior, Violeta Bulc y Dimitri Avramopoulous, también participarán en la reunión, que arranca formalmente a las 16.00 horas en la sede del Ministerio del Interior francés.

BRUSELAS RECHAZA TOCAR SCHENGEN

La Comisión Europea ya ha dejado claro por su parte que el espacio sin fronteras Schengen, que permitió eliminar las fronteras internas en Europa, no es negociable y ofrece la suficiente flexibilidad para garantizar la seguridad porque no impide realizar controles de seguridad e identidad, incluido en las fronteras internas, siempre que no tengan un efecto equivalente al control de fronteras. También permite reintroducir los controles en las fronteras internas en caso de grave amenaza por un periodo limitado de 30 días, aunque se puede prorrogar si persiste.

El primer ministro belga, Charles Michel, reclamó una reunión de los países europeos vecinos para estudiar posibles cambios en el espacio sin fronteras Schengen y defendió "generalizar más los controles de identidad y equipajes en los trenes internacionales". Bélgica y Francia ya han reforzado de hecho los controles a raíz del ataque en el Thalys.

El Ejecutivo comunitario defiende por su parte centrarse en reforzar la seguridad en los trenes de alta velocidad que considera son un objetivo más atractivo para potenciales terroristas y de las redes transeuropeas. Y plantea para ello medidas como el refuerzo de los controles de seguridad, la introducción de cámaras de seguridad en los trenes y arcos de detección de metales o escáneres corporales en las estaciones, pero también garantizar una formación en seguridad para el personal ferroviario, según han avanzado fuentes comunitarias.

El Ejecutivo comunitario valora especialmente el ejemplo de los arcos de seguridad instalados en las estaciones de AVE en España. "Los arcos en las estaciones en España, especialmente en el AVE, son un buen ejemplo que se podría seguir", han explicado fuentes comunitarias, que han defendido que parte de los costes de estas medidas de seguridad adicional los asumirían los operadores y repercutirían en el precio de los billetes que pagan los usuarios.

Asimismo, está "abierto" a discutir un sistema de registro de pasajeros ferroviario, a semejanza del propuesto para los pasajeros aéreos para la lucha antiterrorista aunque avisa de que "tendrá un coste para los operadores" o incluso "otras ideas" como los agentes de seguridad aérea encubiertos que han llegado a estar operativos en "tres países", según fuentes comunitarias.

También aboga por promover una definición europea del nivel de seguridad "normal", sin impedir que los Estados miembro puedan elevarlo en función de sus necesidades y circunstancias.

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