Tropas turcas en Afrin
REUTERS / KHALIL ASHAWI
Actualizado: viernes, 23 febrero 2018 14:56

BEIRUT/ESTAMBUL, 23 Feb. (Reuters/EP) -

El Ejército turco ha atacado a un convoy de vehículos cuando estaba llegando a la región de Afrin, en el noroeste de Siria, por considerar que estaba trasladando armas y combatientes, si bien las fuerzas kurdas han denunciado que estaba integrado por civiles que llevaban alimentos y medicinas.

En un comunicado, las Fuerzas Armadas turcas han dicho que un convoy de entre 30 y 40 vehículos de las milicias kurdas sirias Unidades de Protección Popular (YPG) se estaba aproximando a la principal localidad de la región de Afrin y que ha lanzado un ataque de artillería en su contra porque llevaba "terroristas, armas y munición".

Por su parte, las YPG han dicho que el convoy, que llegó a Afrin a última hora del jueves, llevaba a civiles de la región de Yazira, situada más al este, y de otras localidades bajo dominio de las fuerzas kurdas sirias.

El portavoz de las YPG en Afrin, Birusk Hasaka, ha afirmado que el convoy incluía a cientos de personas y que el ataque dejó varios vehículos incendiados, causando heridas a diez personas y matando a una de ellas.

"El convoy iba a manifestar su solidaridad con el pueblo de Afrin, llevando suministros médicos y alimentos", ha indicado, en declaraciones a Reuters. Turquía inició a finales de enero una operación en Afrin, para expulsar a los milicianos de las YPG de la zona. Las Fuerzas Armadas turcas han negando que estén causando bajas civiles con su ofensiva contra las YPG.

"Siempre se presta toda la atención y la sensibilidad para que los civiles no salgan perjudicados", ha afirmado el Ejército turco, que ha difundido un vídeo con imágenes desde el aire en las que se ve una serie de explosiones y columnas de humo desde una carretera.

El presidente de Turquía, Recep Tayyip Erdogan, ha afirmado este viernes que el Ejército turco está haciendo todos los esfuerzos para evitar causar bajas civiles, lo que está provocando que se amplíe la duración de la operación. El ministro de Defensa turco, Nurettin Canikli, ha negado las informaciones sobre bajas civiles causadas por las fuerzas turcas.

HRW ha afirmado este viernes que ha investigado tres ataques registrados en Afrin en enero en los que las fuerzas turcas fallaron a la hora de impedir bajas civiles. Los ataques aéreos y el bombardeo, dirigidos contra unas tiendas de campañas, una vivienda y un granja avícola, acabaron con la vida de 26 personas, incluidos 17 niños.

"Parece que los vulnerables civiles están afrontando desplazamientos forzosos y muertes por la forma en que se desarrolla la última ofensiva de Turquía", ha denunciado la subdirectora de HRW para Oriente Próximo, Lama Fakih.

Desde el inicio de la guerra en Siria en 2011, las YPG y sus aliados han establecido tres cantones autónomos en el norte del país. Su territorio se ha ampliado conforme han ganado terreno a Estado Islámico con la ayuda de Estados Unidos, que se opone a sus planes de mayor autonomía, al igual que el Gobierno sirio.

Esta semana, las milicias aliadas a Damasco se han desplegado en Afrin para ayudar a combatir la ofensiva de los militares turcos. El Gobierno de Damasco ha autorizado en las últimas semanas a combatientes, civiles y políticos kurdos a atravesar su territorio para llegar hasta Afrin.

En un comunicado, las YPG han acusado a Turquía de crear "un estado de terror" y "provocar un desplazamiento de masas" con los ataques aéreos y los bombardeos "arbitrarios" en Afrin. El Gobierno de Turquía considera a las YPG como una extensión del Partido de los Trabajadores del Kurdistán (PKK).

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