KABUL, 14 Nov. (Reuters/EP) -
El presidente afgano, Ashraf Ghani, ha instado a los ministros que han sido suspendidos este domingo en el marco de una moción de censura presentada en el Parlamento a permanecer en sus puestos a la espera de que el Tribunal Supremo resuelva la reciente crisis política.
Ghani ha decidido intervenir este lunes para evitar que se produzcan profundos cambios en el Gobierno, un hecho que según el mandatario debilitaría al Ejecutivo y retrasaría la puesta en marcha de los proyectos e iniciativas estatales.
Durante los últimos tres días, los diputados han suspendido a seis ministros, entre los que se encuentran el ministro de Asuntos Exteriores, Salahuddin Rabbani, la ministra de Trabajo y Asuntos Sociales, Nasrin Oryakhil y el titular de Obras Públicas, Mahmood Baligh, que han sido destituidos por no presentar informes sobre el uso de los recursos presupuestarios para desarrollo.
"Hasta que el Tribunal Supremo no emita su veredicto, todos los ministros deben permanecer en sus puestos", ha aseverado Ghani. Los ministros de Finanzas, Desarrollo Urbano y Justicia han sido los únicos que han salido victoriosos de la moción de censura.
"Es nuestro derecho decidir qué ministros tenemos y esperamos que el Gobierno lo respete", ha informado el diputado Farhad Sediqi. El Gobierno, por su parte, teme que las destituciones provoquen el bloqueo de las instituciones.
"La destitución de los ministros tiene y tendrá graves consecuencias financieras sobre los proyectos del Gobierno", ha indicado el portavoz del primer ministro, Mehdi Rohani, que ha afirmado que la falta de ministros se traduce en grandes pérdidas de capital.
El deterioro de la seguridad y la situación política en Afganistán, donde los insurgentes talibán han reivindicado la autoría de los dos atentados suicidas que tuvieron lugar la semana pasada, podría convertir el país en un reto político para Estados Unidos.
Los ceses han debilitado aún más al Gobierno de unidad nacional afgano y han provocado una serie de luchas internas en beneficio de los talibán. Afganistán lleva dos años sin celebrar unas esperadas elecciones parlamentarias, las cuales podrían servir para renovar la legitimidad del Gobierno en el país.
