António Guterres
NACIONES UNIDAS
Actualizado: martes, 26 septiembre 2017 4:39

NUEVA YORK, 26 Sep. (Reuters/EP) -

El secretario general de Naciones Unidas, António Guterres, comparecerá el jueves ante el Consejo de Seguridad de la ONU para abordar la crisis en el estado birmano de Rajine (oeste), descrito por el organismo como una limpieza étnica.

Un total de siete de los 15 países miembro del Consejo de Seguridad --Egipto, Estados Unidos, Francia, Kazajistán, Reino Unido, Senegal y Suecia-- habían reclamado su comparecencia.

El portavoz de Guterres, Stéphane Dujarric, ha elevado este mismo lunes a 436.000 los rohingya que han huido de Birmania a Bangladesh desde el 25 de agosto, cuando un ataque de milicianos rohingya contra puestos de seguridad desencadenó una operación militar a gran escala en el estado.

Los rohingya son una minoría étnica de fe musulmana que se concentra en Rajine. Son más de un millón de personas, pero el Gobierno birmano no les reconoce como ciudadanos porque considera que son descendientes de inmigrantes ilegales procedentes de Bangladesh.

El Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Derechos Humanos, Zeid Raad al Hussein, ha recordado recientemente que los rohingyas llevan décadas despojados de sus derechos civiles y políticos, también de los derivados de la ciudadanía.

En 2016, la oficina de Al Hussein publicó un informe basado en entrevistas a rohingyas que huyeron a Bangladesh por otra operación militar birmana que, según el alto comisionado, ya "sugería" que había ataques "generalizados y sistemáticos" contra los rohingyas, llegando a alcanzar "posiblemente" la consideración de "crímenes contra la Humanidad".

La líder de facto del país, Aung Sang Suu Kyi, galaronada con el Premio Nobel de la Paz, ha hecho frente a numerosas críticas por su postura durante la crisis y ha llegado a denunciar la existencia de "un gran iceberg de desinformación" para "crear problemas" y "beneficiar los intereses de los terroristas".

Así, condenó la semana pasada los abusos en el estado de Rajine pero no realizó alusiones a la limpieza étnica que estarían llevando a cabo las fuerzas de seguridad del país, según denunció la ONU, lo que ha provocado una respuesta fría de la comunidad internacional.

Las autoridades birmanas aseguran que las operaciones en Rajine tienen como objetivo luchar contra "terroristas", pese a las denuncias sobre ataques por parte de las fuerzas de seguridad contra civiles, entre ellos niños.

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