Hailemariam Desalegn, primer ministro de Etiopía
REUTERS / TIKSA NEGERI
Actualizado: jueves, 15 febrero 2018 17:17

Su renuncia se produce tras la liberación de más de 6.000 presos políticos

ADÍS ABEBA, 15 (Reuters/EP)

El primer ministro etíope, Hailemariam Desalegn, ha anunciado de forma repentina este jueves que ha presentado su dimisión como jefe de Gobierno y como presidente de la coalición gobernante en un esfuerzo por facilitar las reformas tras un periodo de protestas en el país del Cuerno de África.

"La inestabilidad y la crisis política han llevado a la pérdida de vidas y al desplazamiento de muchos", ha afirmado Hailemariam en un mensaje televisado a la nación. "Veo mi renuncia como vital en el intento por llevar a cabo reformas que llevarían a una democracia y una paz sostenibles", ha añadido.

Desalegn ha aclarado que seguirá como primer ministro de forma interina hasta que el gobernante Frente Democrático Revolucionario del Pueblo Etíope (FDRPE) y el Parlamento acepten su dimisión y nombren un nuevo jefe de Gobierno. "Espero que el consejo del FDRPE elegirá democráticamente a una persona que me sustituya en su próxima reunión", ha añadido, según informa la cadena estatal Fana.

Según 'Addis Standard', el consejo ejecutivo de la coalición gobernante ha convocado una reunión de emergencia tras el anuncio de Desalegn. Una fuente cercana al Gobierno ha contado a este medio independiente que el Gobierno podría celebrar este viernes una reunión para declarar el estado de emergencia.

El primer ministro dirige el país --el segundo más poblado de África-- en virtud del sistema político de Etiopía y la decisión de Desalegn de renunciar pone de manifiesto la profunda división en la coalición gobernante sobre la rapidez con la que llevar a cabo la apertura política.

No está claro quién tomará el relevo de Desalegn, que también renuncia como presidente de la coalición gobernante que incluye a cuatro partidos que representan los grupos étnicos del país y que ha gobernado el país desde que derrocó a un régimen militar en 1991.

Cientos de personas han muerto en las dos regiones más pobladas de Etiopía, Oromía y Amhara, entre 2015 y 2016, durante las protestas que comenzaron en contra de un plan de desarrollo para Adís Abeba y que luego degeneraron en manifestaciones contra las restricciones políticas y los abusos a los Derechos Humanos en el país.

DOMINIO DE LA ETNIA TIGRAY

"Buena parte del enfado público emana del hecho de que el grupo étnico tigray, que representa el 6 por ciento de la población, controle intereses empresariales clave, ocupe altos cargos en el Gobierno y el Ejército, y sea propietario de tierras a costa de otros grupos étnicos", destaca Ahmed Salim, vicepresidente de la asesora Tineo en una nota informativa.

Desalegn, un antiguo decano universitario de 52 años, seguirá en el cargo hasta que se busque a su sucesor. La coalición gobernante, según los medios estatales, ya ha aceptado su renuncia pero no está claro cuándo se nombrará al nuevo primer ministro. Está previsto que el FDRDP celebre un congreso en marzo.

Existen presiones para que un miembro de la etnia oromo asuma el puesto, según una fuente próxima a un miembro de la coalición gobernante y un analista conocedor de la región. Actualmente, el ministro de Exteriores es el oromo de mayor rango en el Gobierno.

La renuncia del primer ministro se produce tras una remodelación en la coalición gobernante que comenzó en noviembre y durante la que se apartó a varios destacados miembro, incluida la viuda del antiguo primer ministro. Desde enero, el Gobierno ha acelerado las reformas, poniendo en libertad a más de 6.000 presos políticos.

La mayoría de los liberados, entre los que hay destacados opositores y periodistas, fueron detenidos por su presunta implicación en las multitudinarias protestas.

DESALEGN QUERÍA MÁS LIBERACIONES

El primer ministro había defendido incluso más liberaciones de presos, según un analista regional conocedor de la política etíope. Desalegn "quería que se liberara a más prisioneros". "Creo que quería vaciar las cárceles de todos los prisioneros políticos. Hay que recordar que también ordenó cerrar una conocida cárcel en Adís Abeba", ha señalado. "Era un primer ministro que quería hacer grandes cambios pero tristemente no consiguió todo lo que quería", ha añadido.

Sin embargo, su renuncia no significa necesariamente que las reformas vayan a parar, ha sostenido este analista. "No creo que sea una señal de que han ganado los radicales. Probablemente seguirán por la senda de la reforma, aunque no a la escala y la velocidad que la gente quiere. Se dan cuenta de que no hay otra opción", ha afirmado.

Por su parte, el antiguo diputado opositor Girma Seifu ha advertido de que para romper el control que la coalición tiene del poder hará falta más que la renuncia de un hombre. Desde 2015, cuando Seifu perdió su escaño, la coalición controla los 547 escaños del Parlamento etíope.

"Esta renuncia no es algo que celebrar. En mi opinión, todo el Parlamento debe ser desmantelado y se debe poner en marcha una fase transitoria", ha defendido. "Quien quiera que le reemplaza tiene que tener en mente una transición. De lo contrario, solo será en comienzo en falso", ha advertido.

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