Irak.- Firmas extranjeras controlan los principales campos petroleros de Irak tras la retirada de EEUU

Actualizado: domingo, 8 enero 2012 16:37

Expertos denuncian problemas de inestabilidad y falta de transparencia en las concesiones petroleras

MADRID, 8 Ene. (EUROPA PRESS) -

La retirada de las fuerzas estadounidenses de Irak no ha alterado el control de los principales campos petroleros de Irak, que sigue principalmente en manos de empresas extranjeras como ExxonMobil, BP o Shell, quienes pretenden en los próximos meses realizar una reforma estructural sin precedentes de la industria petrolera en Irak siempre y cuando las condiciones de seguridad lo permitan, según expertos consultados por la cadena panárabe Al Yazira.

Además, las concesiones obtenidas durante la invasión han estado caracterizadas por "una falta de transparencia y claridad de visión en lo que a cuestiones legales se refieren", destacó el economista Abulhau Yayha Zallum, quien señala a las compañías occidentales como las grandes triunfadoras de la dura subasta de los derechos de explotación de supercampos como el de Rumaila --gestionado por BP-- o Majnoon --en manos de Shell--. Por lo que corresponde a China, "ha recibido parte del pastel para mantenerse callada", asegura el experto.

Analistas como Antonia Juhasz destacan que gran parte de los acuerdos de explotación entre el Gobierno y las empresas extranjeras han sido firmados gracias a un modelo de contrato que no precisa ni de la aprobación del Parlamento ni del refrendo del pueblo iraquí, que se opone categóricamente a cualquier asomo de privatización de sus recursos.

"Gracias a la invasión y a la ocupación, las compañías están de nuevo en Irak produciendo crudo por primera vez desde que fueran expulsadas del país en 1973", señaló Juhasz, quien destaca que si bien las expectativas de las petroleras no se han visto del todo satisfechas, "les ha ido bastante bien porque han conseguido contratos de producción en los campos petroleros más importantes del mundo que quedan por explotar, en unos términos extraordinariamente lucrativos".

AMPLIACIÓN DE PRODUCCIÓN

Las autoridades iraquíes pretenden incrementar su producción hasta los 12 millones de barriles al día para 2017, respecto de los 3,3 millones diarios actuales, según el portavoz del Ministerio del Petróleo, Assim Jihad. Se trata de un objetivo ambicioso, ya que Bagdad ni siquiera ha cumplido el aumento previsto para este año.

El país tiene unas reservas de 112.000 millones barriles de crudo, según cifras de la Administración de Información Energética de EEUU (EIA). No obstante y de acuerdo con los expertos, el país podría albergar otros 100.000 millones de barriles adicionales en campos todavía pendientes de explotación. Actualmente solo hay 2.000 pozos petroleros en Irak, un pobre número en comparación por ejemplo con el estado norteamericano de Texas, donde hay más de un millón.

La explotación de las reservas iraquíes se percibe como clave para atender el futuro incremento de la demanda mundial de crudo. Actualmente se consumen 88 millones de barriles al día en todo el planeta, pero se espera que para 2030 la cifra aumentará en 27 millones, hasta los 115 millones de barriles diarios.

Aun teniendo en cuenta que los costes de producción en Irak son los más bajos del mundo, el Gobierno iraquí estima que para alcanzar el objetivo estipulado será necesaria una inversión cercana a los 200.000 millones de dólares en costes de infraestructuras y mano de obra.

El interés de las compañías extranjeras es doble: "por un lado, se quieren potenciar los campos existentes y la exploración de campos todavía no desarrollados", apuntó Zallum. En este sentido, nuevas tecnologías como la perforación horizontal se perfilan como imprescindibles.

COMPLICACIONES

A las sanciones que han pesado durante años en el país, y que han provocado el deterioro de las instalaciones actuales, se suman los temores de inestabilidad tras la retirada de las fuerzas estadounidenses.

"El crudo de Irak es barato, pero tiene una multitud de problemas --étnicos, políticos, religiosos-- que le impiden explotarlo tan bien o tan rápido como lo hacen los saudíes", apuntó el antiguo analista de la CIA Tom Whipple. "Algún día se descubrirá que ahí hay más petróleo que en Arabia Saudí, pero la pregunta es cuán estable será el país tras la retirada de las tropas, porque hasta ahora no pinta nada bien", estimó.

El Gobierno iraquí se ha apresurado a garantizar que la violencia que todavía persiste en el país, o los ataques que sufren los oleoductos iraquíes no afectará significativamente a la producción de crudo. "Los sabotajes no afectan a nuestra producción porque somos capaces de reparar estos daños en cuestión de horas", indicó el portavoz del Ministerio del Petróleo.

No obstante, otros especialistas advierten que la nueva política de aperturismo económico de Irak podría dañar gravemente su soberanía. "Las compañías extranjeras pueden ahora poner 'un pie en la puerta' en el caso de que al Gobierno le dé por cambiar su política o permitir que otros países intervengan en sus campos", apunta Whipple, por no mencionar la reticencia popular a la presencia de operadoras extranjeras en sus campos petroleros, a pesar de los esfuerzos del Gobierno para convencer a la población de que estas empresas están para ayudar.

"BENEFICIOSO PARA EL PAÍS"

Bagdad apunta a la creación de puestos de trabajo o al desarrollo que aportan las multinacionales petroleras para convencer a la población de la conveniencia de su presencia. "Esta idea de que vienen a robar nuestro petróleo procede de los tiempos del dictador Sadam Husein, y está equivocada", declaró el portavoz Jihad.

"Nuestra oficina de comunicación pretende que los iraquíes entiendan la naturaleza de estas compañías y los beneficios de su inversión en Irak", precisó.

Sin embargo, muchos de los iraquíes consultados por Al Yazira no son de la misma opinión. "Solo un crío ingenuo se creería que los americanos vinieron aquí por otras cosas aparte de nuestro petróleo", declaró el ingeniero Ahmed Ali. De igual modo se pronuncia el restaurador Basim al Jalil. "Si Irak no tuviera petróleo, América no habría sacrificado a miles de sus soldados para venir aquí", declaró.

Esta opinión coincide con la de algunos expertos, que consideran que la política energética del Gobierno iraquí se ha visto gravemente condicionada por las empresas extranjeras que han hecho lo posible para facilitar la privatización de la producción de crudo a través de los llamados Acuerdos de Producción Conjunta, contratos que no requieren de aprobación parlamentaria y que se firman sin la aprobación del pueblo iraquí, que ya rechazó una ley similar cuando fue presentada.

"El pueblo está en contra de la privatización y por eso la ley fue rechazada, pero estos contratos abren un nuevo modelo para privatizar que se encuentra al margen de la discusión pública. La democracia y la igualdad han sido los dos principales perdedores en la batalla por el petróleo", apuntó la analista Juhasz.