La Justicia británica autoriza que un ex líder rebelde libio denuncie a Reino Unido por torturas

Actualizado: lunes, 8 diciembre 2014 21:31

El Tribunal de Apelaciones corrige la decisión del Supremo, que había rechazado investigar los hechos

LONDRES, 30 Oct. (Reuters/EP) -

El Tribunal de Apelaciones de Londres ha autorizado a Abdel Hakim Belhadj, un exlíder rebelde libio que contribuyó a la caída del régimen de Muamar Gadafi, a denunciar a Reino Unido por las torturas que sufrió tras haber sido entregado a las autoridades libias por agentes de Inteligencia británicos y estadounidenses.

La decisión del tribunal podría allanar el camino para otros litigios contra el Gobierno británico en casos similares de torturas o entregas ilegales. Abdel Hakim Belhadj, que luchó contra el régimen de Gadafi y ahora es el líder del partido Al Watan, mantiene que tanto él como su mujer, Fátima, que entonces estaba embarazada, fueron secuestrados por agentes de la Agencia Central de Inteligencia estadounidense (CIA) en Tailandia en 2004 y, desde allí, fueron trasladados a Trípoli con la ayuda de agentes de seguridad británicos.

Los Gobiernos de Reino Unido y Estados Unidos mantenían en esa época unas buenas relaciones con el régimen de Gadafi, que un año antes, en 2003, se comprometió a dejar de apoyar a grupos terroristas y a poner fin a sus programas de armas químicas y nucleares.

En 2004, el entonces primer ministro británico, Tony Blair, se reunió con el coronel Gadafi en lo que se definió como el 'acuerdo del desierto', un encuentro que supuso de hecho la vuelta de Libia al escenario internacional, después de que fuera repudiada por apoyar el terrorismo con ataques como el que acabó con la vida de 270 personas que viajaban a bordo de un avión cuando sobrevolaba la localidad escocesa de Lockerbie en 1988.

En 2011, tras la caída del régimen de Gadafi, Belhadj inició un proceso legal contra el que fuera ministro de Asuntos Exteriores con Tony Blari, Jack Straw, contra los servicios de Inteligencia británicos MI5 y MI6, un ex alto cargo de Inteligencia y varios departamentos gubernamentales. Sin embargo, en 2013, el Tribunal Supremo británico dictaminó que la Justicia de ese país no podía encargarse de ese caso.

En concreto, argumentó que no podía investigar la denuncia porque el secuestro y la entrega de Belhadj involucraban a otros países, principalmente a Estados Unidos, y la inmunidad estatal impide que los estados sean juzgados por tribunales extranjeros.

Este jueves, el Tribunal de Apelaciones de Londres, formado por tres jueces, ha decidido revertir la decisión anterior, lo que permitirá que Belhadj y su mujer puedan demandar por daños y perjuicios a Reino Unido, si bien el Gobierno británico puede decidir remitir el caso al Tribunal Supremo.

LAS ACUSACIONES SE BASAN EN GRAVES VIOLACIONES DE DDHH

"Las acusaciones en este caso, aunque solo sean acusaciones, son por graves violaciones de los Derechos Humanos", han explicado los tres magistrados.

"La cruda realidad es que si no se hacen cargo de este caso los tribunales británicos, estas graves acusaciones contra el Gobierno no se someterán nunca a una investigación judicial", han señalado. Belhadj mantiene que fue inicialmente detenido en China, desde donde fue trasladado a Malasia y, desde allí, fue llevado a una 'cárcel secreta' en Tailandia.

Agentes del servicio de Inteligencia exterior británico, el MI6, entregaron a Belhadj a agentes de la CIA, que le trasladaron desde la isla británica de Diego García, en el océano Índico, hasta Trípoli. Considerado como un enemigo del régimen de Gadafi, Belhadj fue encarcelado y torturado hasta que fue puesto en libertad en 2010. Su mujer también sufrió abusos durante los cuatro meses que pasó en prisión.

Tras la caída del régimen de Gadafi, se descubrieron documentos que indicaban que altos cargos británicos habían estado hablando sobre el caso de Belhadj con el exjefe del servicio de Inteligencia Musa Kusa.

"Nuestra parte del 'acuerdo del desierto' --el secuestro, la cárcel secreta de la CIA, la cámara de torturas en Trípoli-- está tan reciente y duele tanto como si hubiera pasado ayer", ha afirmado Belhadj, en un comunicado.

"Nunca soñamos que Reino Unido había conspirado en un tema así hasta que vi las pruebas con mis propios ojos, delante de mí en los polvorientos archivos de Musa Kusa", ha afirmado. Durante años, tanto el Servicio de Inteligencia británico Interior (MI5) como el Exterior (MI6) han sido acusados de haber amparado y colaborado con las torturas de supuestos milicianos islamistas, en algunas ocasiones detenidos por las autoridades estadounidenses.

DIFÍCIL LUCHA EN LOS TRIBUNALES

El Gobierno británico ha negado en diversas ocasiones que tuviera conocimiento de que los detenidos estaban siendo torturados y ha subrayado que supondría un riesgo desvelar en los tribunales documentos de Inteligencia y que, además, podrían perjudicar las relaciones bilaterales con Washington.

Un portavoz del Ministerio de Asuntos Exteriores británico ha afirmado que están estudiando el fallo judicial de este jueves para decidir si presentan un recurso. Por su parte, los grupos de defensa de los Derechos Humanos han destacado la importancia de la decisión del Tribunal de Apelaciones.

"El Gobierno teme que este caso termine llegando a un juicio que, durante años, han estado intentado evitar con un desfile de espantapájaros, argumentando, por ejemplo, que Estados Unidos se enfadaría o que el señor y la señora Belhadj tendrían su día grande en los tribunales británicos", ha asegurado la directora de la ONG Reprieve, Cori Crider. "El tribunal está en lo cierto: el bochorno no es razón para sacar a las víctimas de torturas de los tribunales", ha concluido.

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