Niñas con móviles
PLAN INTERNATIONAL
  
Actualizado: jueves, 27 abril 2017 18:06

Mujeres y niñas tienen un 14% menos de posibilidades de tener un movil

MADRID, 27 Abr. (Por Sonia González, directora de programas locales de Plan International en España) -

En el mundo actual, la alfabetización digital se está convirtiendo en algo tan importante como la alfabetización tradicional. Más del 90 por ciento de los empleos existentes en todo el mundo tienen un componente digital según la UIT, el organismo de Naciones Unidas para las Tecnologías de la Información y la Comunicación (TIC).

No obstante, las mujeres y las niñas siguen enfrentándose a barreras diarias que impiden su acceso y uso de la tecnología y las herramientas digitales al mismo nivel que los hombres y los niños.

En primer lugar, la dificultad en el acceso a la educación. De los 700 millones de adultos analfabetos, dos tercios son mujeres. El analfabetismo es una gran barrera para que las niñas y mujeres puedan aprovechar todas las funcionalidades y posibilidades de la tecnología y los aparatos tecnológicos, como los teléfonos móviles, aun cuando los tienen disponibles.

Pero no siempre disponen de ellos. La brecha de género en la propiedad y el uso de la tecnología y el acceso a internet frena la igualdad de las niñas y mujeres. Por ejemplo, las mujeres y niñas tienen un 14 por ciento menos de posibilidades de poseer un teléfono móvil que un hombre, lo que significa que hay 200 millones de mujeres menos que hombres con teléfono móvil.

En los países menos desarrollados del mundo sigue existiendo una gran brecha de género también en el acceso a internet, que se sitúa en torno al 31 por ciento. En 2016, la brecha digital de género regional era mayor en África (23%) y menor en América (2%).

No se trata solo de una cuestión de disponibilidad y acceso. Los roles tradiciones de género y los estereotipos han impedido e impiden a las mujeres y niñas acceder, aprender y usar tecnologías. En ocasiones, porque las necesidades de los niños y hombres son prioritarias para las familias y no se realiza ese gasto en las niñas.

En otras, las preocupaciones sobre su seguridad hacen que los padres sean más reticentes a que ellas accedan a internet. Y aunque el mundo online presenta riesgos, son solo un reflejo más de los retos a los que se enfrentan las mujeres y las niñas en el mundo offline. La solución, por tanto, es ofrecerles las herramientas para garantizar su seguridad online.

FORMACIÓN PARA LAS NIÑAS

Sabemos que si los gobiernos ofrecen a las niñas la formación en habilidades digitales y tecnológicas, dando prioridad a la educación en asignaturas TIC, asegurarán el desarrollo de las mujeres en economías en las que el trabajo rutinario ha sido automatizado y las habilidades digitales y creativas son las más valoradas.

Un acceso igualitario a la tecnología e internet también facilitaría la participación de mujeres y niñas en sociedades cada vez más digitales y en la comunidad global. La tecnología puede ser una herramienta poderosa para que las niñas se conviertan en líderes y agentes de cambio, permitiéndoles organizarse más eficientemente y liderar la acción.

Y, por último, es también una cuestión económica: reducir la brecha digital de género tendría efectos positivos en el potencial desarrollo y crecimiento económico de los países. Según el informe 'Mujeres y web 2013' de Intel, si se consiguiera que 600 millones de mujeres se conectaran a internet en tres años, se traduciría en un aumento del PIB global de entre 13.000 y 18.000 millones de dólares.

Por eso necesitamos referentes, porque son muy importantes a la hora de decidir un futuro profesional, y las niñas y mujeres están escasamente representadas en los campos de la ciencia, tecnología, ingeniería y matemáticas. Las niñas tienen cinco menos probabilidades que los niños de escoger una carrera relacionada con la tecnología. En ciencias de la computación, por ejemplo, ha habido una caída constante de las mujeres graduadas desde el año 2000 en todo el mundo.

ESPAÑA

En España, también es relevante destacar la gran diferencia existente entre chicas y chicos al seleccionar estudios de ingeniería o informática, lo que después repercute en su acceso al mercado laboral.

Según datos de la OCDE, las mujeres consiguen el 59 por ciento de los títulos universitarios en nuestro país, pero representan solo el 32 por ciento de los titulados en ingeniería y apenas el 21 por ciento de todos los titulados en informática. El 71 por ciento de los hombres con estudios de ciencias acaban teniendo profesiones en ingeniería, matemática o estadística, mientras que solo el 43 por ciento de las mujeres con esos estudios acaban en esas ocupaciones.

Plan International trabaja para asegurar que las niñas y mujeres tienen igual acceso al aprendizaje de habilidades técnicas a través de programas de formación que permitan que aprovechen la tecnología y las herramientas digitales. Debemos centrarnos en los derechos de las niñas, que son las más vulnerables y pueden quedar atrás cuando el mundo que nos rodea cambia.

El proyecto de Empoderamiento de la Mujer de Plan International en Sri Lanka, financiado por la Unión Europea, tiene como objetivo ayudar a 12.500 mujeres de las poblaciones de Nuwara Eliya y Monaragala, en las plantaciones de té, a acceder a los servicios locales a través de la tecnología, facilitando así su empoderamiento como ciudadanas activas.

Las mujeres y las niñas están ahora capacitadas para usar teléfonos inteligentes, tabletas y ordenadores portátiles y, a través de estos dispositivos, pueden tener acceso a los servicios y ponerse en contacto con la administración. También utilizan redes sociales, como Facebook, y aplicaciones de chat para discutir temas con sus compañeras.

Este proyecto es un ejemplo del movimiento de tecnologías de la información y la comunicación para el desarrollo (ICT4D, por sus siglas en inglés), que utiliza las tecnologías para facilitar el diálogo entre las comunidades y las autoridades locales, al mismo tiempo que se capacita y apoya a las comunidades en el uso de los servicios electrónicos.

Es nuestra responsabilidad asegurar que, en lugar de convertirse en otra barrera, la tecnología e internet se convierten en una herramienta clave para el desarrollo y el empoderamiento de mujeres y niñas.

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