BRUSELAS, 23 Ene. (EUROPA PRESS) -
El ministro de Asuntos Exteriores británico, William Hague, ha instado a los Veintisiete a aprobar "un paquete de sanciones sin precedentes" contra Irán que incluya "un embargo al petróleo por fases", sanciones contra el Banco Central iraní, "otras medidas financieras" y medidas contra "la tecnología de uso dual" en respuesta a los avances en su programa nuclear iraní.
En declaraciones a la prensa a su llegada a la reunión de ministros de Exteriores, el jefe de la diplomacia británica ha criticado que Irán sigue incumpliendo las resoluciones del Consejo de Seguridad de la ONU y ha dejado claro que el enriquecimiento del uranio al 20 por cierto por parte de las autoridades iraníes "no tiene uso civil plausible".
Por ello, ha justificado la aprobación de nuevas sanciones como "un aumento de la presión legítima" para garantizar que Teherán acepte participar "en negociaciones significativas" sobre su programa nuclear. "Son medidas pacíficas y legítimas. Se tratan de evitar la confrontación", ha zanjado.
El ministro de Exteriores belga, Didier Reynders, ha asegurado que los Veintisiete apoyan "reforzar la lógica de las sanciones" contra Irán, especialmente en el sector petrolero, y ha recordado que "las medidas de transición" que esperan pactar este lunes tienen por objetivo "evitar" problemas de suministro en Europa.
"Discutiremos y finalizaremos sanciones adicionales", ha confirmado la Alta Representante de Política Exterior y de Seguridad Común de la UE, Catherine Ashton, a su llegada a la reunión de los Veintisiete.
ASHTON APELA A GARANTÍAS DE SUMINISTRO PARA TODOS
La jefa de la diplomacia europea ha reconocido la importancia de garantizar que las nuevas sanciones contra el sector petrolero iraní no perjudica a "países individuales" europeos y que haya "garantías de suministro para todos el mundo".
Por ello, ha reconocido que se está hablando con "otros" países proveedores y ha pedido la introducción de un mecanismo que permita "una manera de comprobar lo que ocurre" por el impacto de este embargo, en alusión a la cláusula de revisión que negocian los Veintisiete.
Ashton ha insistido que las nuevas sanciones contra el Banco Central iraní y el sector petrolero que esperan aprobar los Veintisiete "forman parte de la doble estrategia" de la UE de ejercer la vía diplomática del diálogo y el refuerzo de las sanciones para "garantizar que Irán se toma en serio nuestra petición de volver a la mesa y reunirnos".
En todo caso, ha instado a Teherán a retomar las negociaciones "lo más rápido posible" y "en cualquier momento" en base a la última oferta que le presentó la comunidad internacional en la última ronda de discusiones celebrada hace más de un año en Estambul o remita "sus propias propuestas" para negociar.
Los Veintisiete esperan prohibir este lunes firmar nuevos contratos petroleros con Irán y pactar restringir a partir del 1 de julio los contratos existentes en el marco de un embargo al crudo iraní pese a las reservas de Grecia.
Los Veintisiete tratarán de superar las reservas de Grecia al embargo introduciendo "una cláusula de revisión" para evaluar el impacto del embargo "no más tarde del 1 de mayo", según fuentes europeas que han reconocido que España e Italia ya han levantado sus reservas al embargo de crudo iraní y sólo quedan vencer las resistencias de Atenas.
Además de la elevada dependencia del crudo iraní, el Gobierno de Atenas teme que proveedores alternativos aumenten la factura del petróleo teniendo en cuenta las condiciones muy favorables que le ofrece Irán y su ya de por sí delicada situación financiera. Grecia tiene de plazo 60 días para pagar el crudo iraní sin necesidad de avales financieros, algo que fuentes diplomáticas admiten que será "muy difícil" de mantener con otros proveedores del Golfo Pérsico que como Arabia Saudí han indicado que estarían dispuestos a suplir la demanda. "No habrá respuesta a esto el lunes", han reconocido fuentes europeas.
Los Veintisiete también esperan aprobar sanciones contra el Banco Central iraní y varias entidades más, incluidas varias bancarias, aunque éstas no impedirán las transacciones comerciales legales que canaliza el banco emisor iraní, tal y como reclamaban España, Alemania y otros.
