BENGHAZI (LIBIA), 19 Jun. (Reuters/EP) -
Un miembro de la Guardia Costera de Libia sancionado por Naciones Unidas por su participación en tráfico de personas ha rechazado este martes las acusaciones contra él y ha confirmado que a veces golpea a migrantes, si bien ha asegurado que lo hace para protegerles.
Abdalrahmán al Milad, quien encabeza una unidad de la Guardia Costera en la localidad de Zauiya, al oeste de la capital, Trípoli, es una de las seis personas recientemente sancionadas por la ONU por su papel en redes de tráfico de personas en el país.
El Consejo de Seguridad de la ONU resaltó que la unidad de Al Milad "está involucrada de forma consistente con violencia contra los migrantes y otros traficantes de personas" e "involucrada directamente en el hundimiento de barcos con migrantes usando armas de fuego".
En una entrevista concedida a la agencia británica de noticias Reuters, Al Milad ha rechazado que esté detrás del tráfico de personas y ha afirmado que está dispuesto a entregarse a las autoridades internacionales en caso de que se le garantice un juicio justo.
"Rechazo estas acusaciones. El Consejo de Seguridad (de Naciones Unidas) me ha descrito como un criminal sin ninguna prueba", ha manifestado.
"Me acusan de golpear a migrantes. Sí, golpeo a migrantes para que se sienten correctamente y no se muevan. Hay otro migrante sentado al lado y el más mínimo movimiento puede volcar la barca o hacer un agujero y que todos se ahoguen", ha explicado.
Asimismo, ha argumentado que es un "oficial legítimo en la Armada" y que forma parte de "la única unidad de la Guardia Costera que trabaja desde 2014". "Nunca he disparado una sola bala contra migrantes", ha resaltado, sin pronunciarse sobre las acusaciones sobre malos tratos en centros de detención.
Al Milad ha reconocido que los 30 ó 40 personas que tiene a su mando a veces cometen "errores", si bien ha resaltado que no siempre se le puede hacer responsable a él, al tiempo que ha acusado a sus rivales de estar detrás del tráfico de personas.
Libia cuenta con dos guardias costeras, una que es parte de la Armada y patrulla en el mar, y otra bajo mando del Ministerio del Interior y que opera en la costa.
El número de migrantes que han cruzado desde Libia hasta las costas italianas se ha reducido drásticamente desde julio de 2017 a raíz de un acuerdo con milicias de Sabraza para actuar contra estas redes.
La Guardia Costera libia ha recibido embarcaciones, equipamiento y entrenamiento de la Unión Europea (UE) y ha llevado a cabo varias interceptaciones de embarcaciones en su camino hacia las costas europeas.
