Niños miran a un soldado de la fuerza de la UE en RCA
STRINGER . / REUTERS
Actualizado: martes, 5 julio 2016 7:26

MADRID, 5 Jul. (EUROPA PRESS) -

El Alto Comisionado de la ONU para los Derechos Humanos, Zeid Raad al Hussein, ha advertido este lunes de que la situación de seguridad y Derechos Humanos en República Centroafricana (RCA) podría sufrir un nuevo deterioro, tras los últimos incidentes en la capital, Bangui, y varias zonas rurales.

"Pese a que 2016 empezó de forma positiva con la celebración de las elecciones en febrero, los últimos sucesos en Bangui y otras zonas del país me hacen temer una nueva escalada de la violencia en los próximos meses", ha dicho.

En este sentido, ha recalcado que "existe una necesidad urgente de desarmar a los grupos armados, que siguen siendo demasiado poderosos y cuentan con el potencial de reiniciar el conflicto, así como de restaurar la autoridad del Estado".

Al Hussein ha apuntado al incremento de las tensiones en la capital desde mediados de junio entre grupos armados y soldados de la Misión Multidimensional Integrada de Naciones Unidas para la Estabilización de República Centroafricana (MINUSCA) en el barrio PK5, de mayoría musulmana.

Un total de seis hombres armados murieron y 15 civiles resultaron heridos en enfrentamientos en este barrio el 20 de junio, día en el que las fuerzas de la MINUSCA intervinieron para intentar rescatar a varios policías secuestrados en la zona.

El 24 de junio, un 'casco azul' de nacionalidad senegalesa fue asesinado a tiros por hombres armados en Bangui, suceso al que se suman varios enfrentamientos en otras regiones del país.

RCA se encuentra sumida en el caos desde que el grupo rebelde Séléka, mayoritariamente musulmán, tomó el poder en marzo de 2013, tras lo que las milicias cristianas antibalaka respondieron con violencia.

Miles de personas murieron en el conflicto y decenas de miles de musulmanes han sido expulsados del sur del país. Desde entonces los ataques se han reducido, pero sigue habiendo muertes ocasionalmente y persiste una división profunda entre musulmanes y cristianos.

El país intenta volver a la estabilidad tras la elección en febrero como presidente de Faustin-Archange Toudera, quien sustituyó al Ejecutivo de transición que encabezó durante meses Catherine Samba-Panza, encargado de organizar los comicios.

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