Cartel de Joseph Kabila
REUTERS/ROBERT CARRUBBA
  
Actualizado: martes, 3 enero 2017 9:05

No podrá haber elecciones creíbles si continúa la represión contra la oposición y los medios

KINSHASA, 3 Ene. (Por Ida Sawyer, directora de África Central en Human Rights Watch) -

Tras semanas de intensas negociaciones en República Democrática del Congo (RDC), y mucho derramamiento de sangre, los participantes en las conversaciones bajo la mediación de la Iglesia católica concluyeron un acuerdo justo antes de la medianoche del 31 de diciembre.

El acuerdo --firmado por representantes de la coalición gobernante, la oposición y organizaciones de la sociedad civil-- incluye un claro compromiso de que habrá elecciones presidenciales antes de finales de 2017, que el presidente Joseph Kabila no buscará un tercer mandato y que no habrá un referéndum ni cambios en la Constitución.

Se trata de un acontecimiento significativo, tras meses de especulaciones de que Kabila no dejaría el cargo y llamamientos por parte de algunos de sus leales a desafiar los límites de mandatos fijados por la Constitución y aferrarse al poder indefinidamente. Pero aún hay grandes retos pendientes.

El acuerdo llama a que un comité de seguimiento nacional supervise la aplicación y la organización de las elecciones presidenciales, legislativas y provinciales en 2017. También reza que se nombrará un nuevo primer ministro, elegido por la coalición opositora Rassemblement, y que los gobiernos nacional y provinciales estén conformados por miembros de la mayoría y la oposición.

Pero no hay un calendario detallado. No está claro cómo se estructurará el comité de seguimiento o cuándo serán nombrados el primer ministro y los gobiernos nacional y provinciales. Muchos también cuestionan si el país puede organizar tres elecciones en 2017 y dicen que sería más realista centrarse en las presidenciales y las legislativas antes de organizar las provinciales.

Kabila no ha firmado aún el acuerdo, y mientras muchos dicen que es suficiente con que sus representantes lo hayan hecho en su nombre, el acuerdo probablemente tendría mucha más credibilidad a ojos de la población si incluyera la firma del presidente.

El opositor Movimiento para la Liberación de Congo (MLC) y la coalición Frente para el Respeto de la Constitución han expresado reservas sobre el acuerdo respecto al punto de que Kabila pueda seguir en el poder durante la transición. Muchos jóvenes activistas afirman que la mejor garantía de elecciones creíbles sería que Kabila renunciara inmediatamente.

Quizá, lo que es más importante, aún no se han aplicado medidas para el "establecimiento de la confianza", y no hay garantías claras de que dos años de represión serán revertidos. Altos responsables de Inteligencia y de las fuerzas de seguridad durante buena parte de la represión siguen en sus puestos.

PRISIONEROS POLÍTICOS

El acuerdo afirma que cuatro de los siete casos "emblemáticos" de prisioneros políticos o activistas en el exilio se han abordado, incluidos Antipas Mbusa Nyamwisi, Roger Lumbala, Moïse Moni Della, y Floribert Anzuluni. Pero aún no han sido liberados o absueltos de los cargos.

El acuerdo afirma que los otros tres casos --Moïse Katumbi, Jean-Claude Muyambo y Eugène Diomi Ndongala-- y los de otros presos políticos, será abordados posteriormente por un comité de magistrados. Katumbi ha pedido a la oposición que firme, afirmando que no quiere que su caso bloquee el acuerdo y añadiendo que los obispos se han comprometido a abordar su caso después.

Entretanto, mientras el acuerdo se estaba cerrando, la represión contra la oposición política, los activistas a favor de la democracia, los medios y manifestantes pacíficos parece haber continuado sin interrupción.

No ha habido ningún intento de hacer justicia por las muertes de al menos 40 personas a manos de las fuerzas de seguridad durante las protestas en Kinshasa y otras ciudades el 20 de diciembre, el día en que acabó el segundo mandato de Kabila.

El líder opositor Franck Diongo fue detenido el 19 de diciembre y sentenciado a cinco años de cárcel el día 28, tras un apresurado juicio al que asistió en silla de ruedas y con goteo por el maltrato sufrido durante el arresto. Y el parlamento provincial de Alta Katanga votó el 27 de diciembre levantar la inmunidad parlamentaria al líder opositor Gabriel Kyungu, acusado de insurtar a Kabila.

ACTIVISTAS DETENIDOS

Al menos diez jóvenes activistas pro-democracia de LUCHA, Filimbi y Compte à Rembours (Cuenta atrás) todavía están detenidos, tras ser arrestado en las últimas semanas por protestas pacíficas para reclamar a Kabila que respete la Constitución y dimita. Algunos han permanecido recluidos en secreto sin acceso a sus familias y abogados.

El representante en Kinshasa de Filimbi, Carbone Beni, por ejemplo, fue detenido el 13 de diciembre junto con otros activistas frente al edificio en la capital en el que se estaban manteniendo las conversaciones.

Su familia no tuvo noticias sobre él hasta que su esposa recibió una nota manuscrita de Beni el 26 de diciembre, informándole de que estaba detenido en la base militar de Tshatshi y pidiéndole cuide de sus hijos y que le diga a su madre que la quiere. Un mes antes, asaltantes no identificados secuestraron a Beni y le dieron una paliza antes de liberarle.

Otros activistas que fueron liberados nos han hablado sobre las condiciones de su detención. Gloria Sengha, una activista de LUCHA, fue arrestada el 16 de diciembre mientras caminaba por Kinshasa. Fue introducida en un coche, le vendaron los ojos y le golpearon, y le robaron sus pertenencias.

Primero fue retenida incomunicada en Camp Tshatshi y luego en el centro de detención 3Z de los servicios de inteligencia, donde fue interrogada sobre LUCHA y sus partidarios. Hasta que fue liberada el 27 de diciembre recibió pocos alimentos y agua.

Constant Mutamba, un activista del movimiento ciudadano Nueva Generación para la Emergencia de Congo (NOGEC), fue arrestado en las primeras horas del 20 de diciembre mientras observaba como los congoleños tomaban las calles para recordar a Kabila que su mandato había expirado. Varios hombres armados le cogieron, le golpearon, le pusieron una máscara y le metieron en un coche.

Según cuenta, permaneció recluido en un lugar desconocido, atado a una silla y golpeado con objetos romos. Los asaltantes amenazaron con que nunca vería a su mujer y sus dos hijos de nuevo y le pidieron que revelara la identidad de los partidarios de su grupo. Finalmente le dejaron con los ojos vendados tirado en una calle en las primeras horas del 23 de diciembre.

MEDIOS BLOQUEADOS

La señal de Radio France Internationale (RFI), el medio internacional más importante en RDC, lleva bloqueada en Kinshasa desde hace casi dos meses. Al menos seis medios congoleños también están bloqueados.

Así que mientras que el acuerdo del 31 de diciembre podría suponer un gran paso hacia una transición política, todavía queda un largo camino por delante. Las partes deberían trabajar ahora para garantizar el estricto cumpliiento del acuerdo.

Hacen falta medidas concretas para acabar con el clima de represión. No se pueden organizar elecciones creíbles cuando los líderes opositores y activistas son arrojados a prisión y golpeados, y condenados por cargos falseados, cuando los medios independientes son cerrados o bloqueados, y cuando las fuerzas de seguridad disparan munición real contra manifestantes pacíficos.

Los socios internacionales y regionales de RDC, cuya presión parece haber llevado a Kabila a hacer concesiones importantes, deberían seguir comprometidos. Deberían apoyar la organización de elecciones creíbles y oportunas y señalar que están dispuestos a imponer sanciones adicionales y otras medidas punitivas si continúa la represión, si los responsables de los abusos no rinden cuentas o si se hacen esfuerzos para evitar o demorar la celebración de comicios.

((Este artículo se publicó originalmente aquí))