WASHINGTON, 3 Jun. (Reuters/EP) -
Tanto el régimen del mandatario libio Muamar Gadafi como la autoridad rebelde están recurriendo a mercenarios para combatir en el conflicto del país magrebí, de acuerdo con la información de la que dispone Estados Unidos y otros Gobiernos occidentales.
Las fuentes consultadas, mantenidas en el anonimato, subrayan que ninguno de los extranjeros que trabajan con los rebeldes es estadounidense o recibe financiación pública estadounidense.
Ya con anterioridad se conocía el uso de tropas mercenarias por parte del régimen de Gadafi, y de hecho siguen superando en suma a los contratados por los insurgentes. Muchos de estos combatientes proceden del África subsahariana. Al parecer Gadafi está confiando en estos efectivos para hacerse cargo de funciones que antes recaían en el Ejército regular, considerablemente debilitado por la campaña de la OTAN.
Los mercenarios que trabajan con los rebeldes podrían proceder o haber sido reclutados a través de compañías de seguridad privadas asentadas en países como Francia y Reino Unido, que están jugando un papel muy activo en la misión internacional.
El mes pasado, cuatro franceses que habían estado trabajando en Libia para la firma de seguridad privada Secopex fuero liberados tras permanecer retenidos en Benghazi durante varios días, a cargo de las fuerzas insurgentes. Un quinto miembro del grupo, el ex paracaidista Pierre Marziali, fue asesinado en el momento de la captura.
Una vez se informó de que Secopex trabajaba con el Gobierno libio, los responsables de la compañía aclararon en un comunicado que en realidad estaban trabajando con los rebeldes. Especificaron que su personal ofrecía servicios de escolta a empresarios y estaban tratando de establecer un corredor seguro entre Benghazi y El Cairo.
Desde Harbour Group, empresa de relaciones públicas que trabaja con la autoridad rebelde, aseguran no tener "ninguna información" sobre contratos con compañías privadas.
Por otro lado, el presidente estadounidense, Barack Obama, autorizó este mismo año a la CIA para la planificación y ejecución de un amplio espectro de operaciones de apoyo a la oposición libia. Fuentes oficiales matizan que las operaciones de Washington sobre el terreno han sido limitadas, y que los espías se han dedicado a recabar información y asesorar a los rebeldes, así como a ayudar en su organización.
Mientras, un miembro de la Embajada de Reino Unido en Washington niega que su país haya establecido una línea de financiación de las misiones de los mercenarios contra Gadafi, pero el diario 'The Guardian' sacó a la luz que ex soldados de las fuerzas de élite británicas, el Servicio Especial Aéreo, y contratistas de otros países occidentales trabajaban en la ciudad de Misrata, asediada por las tropas del régimen libio.
El medio concreta que estos efectivos estaban recabando datos y ayudando a la OTAN a identificar posibles blancos. Un grupo de seis occidentales armados habrían sido filmados por un equipo de Al Yazira mientras hablaban con rebeldes de la ciudad. El convoy huyó al percatarse de que les estaban grabando.
No obstante, una de las fuentes estadounidenses consultadas por Reuters asegura que por el momento no hay nada que apunte claramente a que unidades occidentales colaboren con los insurgentes. Otros informantes de Estados Unidos añaden por otra parte que tanto Qatar como Arabia Saudí estarían deseando respaldar a los enemigos de Gadafi con dinero y armas, una ayuda que ya podrían estar suministrando.
