Actualizado: miércoles, 15 noviembre 2017 1:24

HARARE, 15 Nov. (Reuters/EP) -

La capital de Zimbabue, Harare, se ha visto sacudida por varias explosiones de causa desconocida en la madrugada de este miércoles, poco después del despliegue de militares en la ciudad y tras la toma de la sede de la radiotelevisión estatal, ZBC.

Fuentes citadas por la agencia británica de noticias Reuters indicaron minutos antes que soldados se hicieron con el control de la sede de la ZBC, garantizando al personal que "no debe preocuparse" y asegurando que su objetivo es proteger las instalaciones.

La toma de la sede de la ZBC tiene lugar horas después del despliegue de carros de combate en las inmediaciones de la capital de Zimbabue, Harare, tras la reciente advertencia del jefe de las Fuerzas Armadas, Constantino Chiwenga, sobre una posible intervención para frenar la "purga" de exguerrilleros en el seno del gobernante ZANU-PF.

El reciente cese del vicepresidente Emmerson Mnangagwa por parte de Mugabe ha puesto las espadas en alto en Zimbabue, hasta el punto de que el jefe de las Fuerzas Armadas salió el lunes en defensa de Mnangagwa y reclamó el fin de la "purga" de antiguos guerrilleros en el partido gobernante.

Las Fuerzas Armadas suelen estar al margen de este tipo de tensiones políticas y, de hecho, guardaron silencio cuando en 2014 fue apartada de la Vicepresidencia Joice Mujuru, una veterana de guerra. Ahora, en cambio, han decidido dar un polémico paso al frente.

"Debemos recordar a quienes están detrás de los actuales chanchullos traidores que, si se trata de proteger nuestra revolución, el Ejército no dudará en intervenir", advirtió Chiwenga, en una comparecencia ante los medios que no ha dejado indiferente a nadie.

La evidente división en el seno del gobernante ZANU-PF tiene como trasfondo la carrera por suceder al veterano presidente, de 93 años, que gobierna el país africano desde 1980. Una facción respalda a la primera dama, Grace Mugabe, mientras que otra apoya a Mnangagwa, que ahora parece haber quedado fuera por orden directa del jefe de Estado, que no ha dudado en acusarle de traidor.

Grace Mugabe tiene entre sus principales apoyos a la facción G40, compuesta en su mayoría por jóvenes que no combatieron por la independencia y que creen que la sucesión de Mugabe debería dar pie también a un relevo generacional en Zimbabue.

El líder de las juventudes del partido, Kudzai Chipanga, ha acusado al jefe militar de actuar contra la Constitución y ha asegurado que están dispuestos a hacer lo que sea necesario para "defender la revolución". "Es un ideal por el que vivimos y por el que estamos dispuestos a morir", ha proclamado en la sede del partido en Harare.

El ZANU-PF en su conjunto también ha salido al paso de las advertencias de Chiwenga, al que ha acusado de seguir una "conducta traidora" con respecto a la cúpula política. En este sentido, el partido ha señalado en un comunicado que sigue apostando por la "primacía de la política sobre las pistolas".

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