Sangita Magar, emblema de la lucha contra los ataques a las mujeres en Nepal

Sangita Magar
REUTERS / NAVESH CHITRAKAR
Actualizado: viernes, 16 junio 2017 18:35

KATMANDÚ, 16 Jun. (Fundación Thomson Reuters/EP) -

Casos como el de Sangita Magar, de 16 años de edad y quemada viva con ácido, han motivado que el Tribunal Supremo de Nepal haya impulsado en los últimos meses una reforma de ley para obligar al Gobierno a modificar, a petición del Foro para las Mujeres, Legislación y Desarrollo (FMLD), la legislación para que las víctimas de esta clase de ataques, que en su mayoría son mujeres y niñas, reciban indemnizaciones rápidas y tratamiento médico urgente.

El ataque contra Magar tuvo lugar a principios de 2015, cuando un hombre entró en la escuela donde estudiaba. Magar sufrió heridas graves en la cara, el pecho, el estómago y las piernas; sin embargo, no ha recibido todavía ninguna compensación del Gobierno porque la legislación nepalí no prevé este tipo de indemnizaciones.

Magar puede perder la vista si no recibe tratamiento urgente y, con todo, es muy posible que no se beneficie de las reformas aunque la ley se modifique a tiempo. Sin embargo, otras víctimas de esta clase de ataques, que se cuentan por decenas anuales, podrían verse beneficiadas ha informado Sabin Shrestha, del FMLD.

CUARENTA ATAQUES ANUALES CON ÁCIDO

En Nepal se documentan alrededor de 40 casos de ataques de ácido todos los años, donde casi un tercio de las víctimas son mujeres, de acuerdo con los datos publicados por organizaciones como Supervivientes de Quemaduras y Violencia de Nepal.

En todo el mundo se registran al menos 1.500 ataques de ácido al año, una cifra que podría ser mayor porque muchas víctimas no declaran por miedo a represalias de sus atacantes.

Normalmente, las víctimas son cegadas y desfiguradas por hombres a los que han rechazado o exparejas, por disputas relacionadas con la propiedad de terrenos e incluso por sus propios familiares, como castigo por no traer la dote adecuada.

La legislación vigente de Nepal condena a un mínimo de ocho años de cárcel a los agresores y obliga a una fianza para la víctima de 300 rupias nepalíes, lo equivalente a 2,60 euros. En la práctica se entrega una cantidad menor a las víctimas y solo una vez se haya emitido el juicio definitivo, algo que puede durar años.

"Mientras tanto, lo más probable es que las víctimas no puedan pagarse el tratamiento médico, exponiéndose a daños irreversibles", ha dicho Shrestha.

TRABAS A LA MODIFICACIÓN

Sin embargo, las reformas pueden ser un proceso lento debido a la inestabilidad política que sufre Nepal. El primer ministro, Sher Bahadur Deuba, que asumirá su cargo el mes que viene, debe lidiar con la división de pareceres entorno a la Constitución de 2015, rechazada por diferentes grupos étnicos.

"Todavía no hemos recibido una orden formal del Tribunal", ha dicho Dilli Raj Ghimire, portavoz del Ministerio de Justicia. "Redactar los cambios y completar los procedimientos parlamentarios antes de que se conviertan en ley llevará tiempo", ha añadido, sin especificar fechas.

Grupos de activistas presionan al Gobierno para que modifique algunos vacíos legales que provocan la absolución de algunas condenas y deja sin indemnización a muchas de las víctimas. "Este juicio es histórico, pero todavía queda mucho por hacer", ha dicho el director de la ONG Acción Directa de los Donantes en su página web.

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