Afganistán.- Cuatro militares españoles murieron en Ludina, donde ha comenzado el repliegue de las tropas españolas

Actualizado: jueves, 21 febrero 2013 15:51

MADRID, 21 Feb. (EUROPA PRESS) -

Cuatro militares españoles murieron en la zona norte de la provincia afgana de Badghis, en las proximidadades de Ludina, donde España ha entregado este jueves la primera de sus bases de las que va a ir replegándose progresivamente este año, antes del fin de la misión de la OTAN en Afganistán en 2014.

Así lo ha recordado el Ministerio de Defensa en un comunicado, en el que recalca que estos cuatro militares "entregaron su vida para dar estabilidad y paz" a esta región, cuya seguridad asume ya por completo el Ejército afgano.

El primero fue el soldado John Felipe Romero Meneses, que murió en Sang Atesh, el 1 de febrero de 2010. John tenía 21 años, estaba destinado en el Regimiento de Cazadores de Montaña Arapiles 62 y pertenecía al contingente ASPFOR XXIV, con base en la Jefatura de Tropas de Montaña. Su muerte se produjo al estallar un artefacto explosivo improvisado (IED) al paso del vehículo blindado BMR en el que ocupaba el puesto de tirador, durante una escolta a un convoy del Programa Mundial de Alimentos. Hubo seis heridos más.

Año y medio más tarde, el 26 de junio de 2011, un nuevo IED segó la vida de otros dos militares españoles, el sargento Manuel Argudín Perrino y la soldado Niyireth Pineda Marín, que se encontraban realizando una patrulla de reconocimiento a unos 20 kilómetros al norte de Qala-i-Naw.

Otros tres ocupantes del vehículo en el que viajaban sufrieron heridas de diversa consideración. Todos pertenecían al Regimiento de Infantería 'Soria nº 9', que tiene su sede en Fuerteventura y formaban parte de ASPFOR XXVIII, contingente que tenía como base las Unidades de la Brigada de Canarias.

Tan sólo siete días antes otros cuatro españoles y un intérprete salían heridos al explosionar un artefacto al paso de su blindado. El teniente Agustín Gras Baeza y la soldado de primera Jennifer García López sufrieron la amputación de una pierna.

Cuatro meses después se produjo una nueva muerte, el 6 de noviembre, la del sargento primero Joaquín Moya Espejo, de 35 años, destinado en el Regimiento de Infantería Garellano nº 50, perteneciente al ASPFOR XXIX. El sargento primero estaba desplegado en la base 'Bernardo de Gálvez 2' y murió por un disparo que le alcanzó el hombro izquierdo. Era la primera vez que moría un soldado español en combate directo contra la insurgencia.

SEGURIDAD Y PROGRESO EN LA ZONA

Aunque España ya comenzó a reducir su contingente desplegado en Afganistán con el último gran relevo, el pasado mes de noviembre, la entrega de la base de Ludina es el primer paso del repliegue en el terreno. Le seguirán en las próximas semanas o meses la salida de Moqur y, ya en el otoño, de la base de Qala-i-Naw, donde está el grueso de las tropas españolas.

Desde que se tomara posesión de esta base en agosto de 2010, los numerosos militares que han pasado por ella "han garantizado la seguridad en la zona, arrinconando a la insurgencia y permitido a las autoridades afganas y a sus fuerzas de seguridad ejercer un control efectivo de la región", según explica Defensa.

"Son muchas las cosas que han cambiado desde la llegada del contingente español a Ludina. Entonces no había luz, ni carreteras, ni puentes, ni pozos, ni móviles, y tanto el Ejército como la Policía y el gobierno local estaban desorganizados", asegura el comunicado.

En este tiempo, en el entorno de Ludina se ha ayudado a más de 11 poblaciones, que abarcan unos 40 kilómetros a lo largo de la ruta 'Lithium'. Localidades como Mangan, Jafari y Timori, además de Ludina, "se han visto favorecidas por actuaciones en educación, en infraestructuras civiles y militares, y se ha proporcionado a la población local ayuda humanitaria y sanitaria".

Los militares españoles han construido numerosos puentes, pasarelas, muros, pozos, canalizaciones, balsas, neveros, arreglado colegios, se han instalado farolas y reparado mezquitas, actuaciones que, según insiste Defensa, "dejan constancia de nuestra estancia en Ludina durante estos años".