La candidata J.Díaz, en el centro, en un acto de campaña sobre la inmersión
EUROPA PRESS

SANT ANDREU DE LA BARCA (BARCELONA), 13 Dic. (EUROPA PRESS) -

La candidata número de ocho de ERC por Barcelona, la independiente y escritora Jenn Díaz, ha reivindicado este miércoles el modelo de inmersión lingüística de Cataluña y ha lanzado un advertimiento a sus detractores: "El modelo es de éxito. La escuela catalana no se toca ni se tocará y la defenderemos hasta que haga falta".

Lo ha dicho en un acto de campaña desde el Instituto de Enseñanza Secundaria El Palau de Sant Andreu de la Barca (Barcelona), que según ha explicado la candidata, fue el colegio electoral que tenía asignado en el referéndum del 1 de octubre, pero al que no pudo acudir por los impedimentos que puso el Gobierno central.

Díaz se ha definido como un caso paradigmático del éxito de la inmersión: "Una persona como yo, castellanohablante y de orígenes extremeños y andaluces, hoy en día es escritora en lengua catalana y castellana y, si no pasa nada, será diputada".

Así, ha planteado este modelo como un éxito como sistema de aprendizaje, pero también como forma de 'ascensor social', ya que ha argumentado su padre era paleta y su madre asistenta y ayudante de cocina, y ella ha dado el "salto cualitativo" de ser escritora y futura diputada.

Ha lamentado los que atacan este sistema educativo: "Siempre ha estado en el punto de mira y en campaña aún más con discursos tramposos y mentiras", y ha criticado que quienes la atacan persiguen una sociedad menos crítica, menos libres y más desinformada.

"Les asusta una sociedad diversa que piensa por sí misma porque ya no podrán gobernar con mentiras", ha zanjado Díaz, que también ha explicado que, el hecho de que sea un éxito, no implica que el modelo no tenga mejorar y asumir nuevos retos de futuro.

Entre estos retos ha señalado reducir el abandono escolar, fomentar la 'coeducación' y formar a los profesores para que eduquen a los alumnos con valores como "la igualdad y sin marcas de género".

El Instituto El Palau fue objeto de polémica en los días posteriores al referéndum porque familias del centro expresaron su malestar al Ayuntamiento porque, según afirmaron, profesores del centro hicieron comentarios a alumnos que son hijos de agentes de la Guardia Civil a raíz de las cargas policiales del 1-O.

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