Xavier Crespo fue a Rusia invitado para "conocer la empresa" adjudicataria

Juicio del caso Clotilde (Archivo)
Europa Press
Actualizado: martes, 30 junio 2015 14:34

El exalcalde niega trato de favor a una empresa rusa a cambio de regalos

BARCELONA, 30 Jun. (EUROPA PRESS) -

El exalcalde de Lloret de Mar (Girona) y exdiputado de CiU en el Parlament Xavier Crespo ha reconocido en juicio que viajó con su mujer y su hijo a Moscú invitado por empresarios rusos, pero para "conocer la empresa" que se iba a hacer las obras de la vieja plaza de toros y no de vacaciones, y ha negado haberles dado un trato de favor.

En su interrogatorio este martes en el juicio del caso Clotilde ante el Tribunal Superior de Justicia (TSJC), ha explicado que viajó del 15 al 17 de febrero de 2008; que se llevó a su hijo, de 11 años, para que no se quedase solo; y también a su mujer porque la arquitecta Pilar Gimeno --también acusada-- iba en el viaje acompañada de su marido.

Crespo se enfrenta a dos años y medio de cárcel por presuntamente haber dado facilidades a la empresa rusa Development Diagnotic Company (DDC) para hacer las obras en la plaza de toros "a cambio de determinados favores".

El exalcalde reconoce que viajó en primera clase, que no comunicó este viaje a la Junta de Gobierno y que nunca preguntó al empresario ruso Andrei Petrov --también encausado-- cuántos trabajadores tenía DDC, con lo que no sabía que sólo tenía un trabajador.

A preguntas del fiscal anticorrupción Fernando Bermejo --su abogado Manuel González Peeters no ha querido formular ninguna pregunta a su cliente--, Crespo ha negado, en cambio, que Petrov le regalara un reloj de 2.200 euros por su cumpleaños, de lo que le acusa la Fiscalía.

En todo momento, Crespo ha resaltado la "importancia estratégica" del proyecto para construir unas 400 plazas de aparcamiento en una zona cercana a espacios deportivos y establecimientos hoteleros, pero ha insistido en que el Ayuntamiento no dio trato de favor a la empresa rusa.

PATROCINIO DE CLUBES

El exalcalde admite que, en una reunión, él mismo explicó a los empresarios rusos las cantidades que debían aportar si patrocinaban a clubes deportivos de la localidad: 60.000 euros anuales al de hockey y 30.000 al de fútbol, durante cuatro temporadas, aunque finalmente fueron tres.

Crespo ha explicado que su mujer, Guadalupe Oliva, era vicepresidenta del club de hockey y que en él jugaban sus tres hijos de 17, 18 y 19 años, pero ha asegurado que ninguno de ellos cobraba por jugar; también ha dicho que el presidente del club, Joan Perarnau, era quien iba a buscar el dinero a la empresa rusa, tanto para el club de hockey como de fútbol.

El entonces concejal de urbanismo y presidente del club de fútbol, Josep Valls, también imputado, ha defendido en juicio que el Ayuntamiento actuó legalmente en todo momento y que no hubo trato de favor.

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