MADRID, 1 Oct. (EUROPA PRESS) -
La directora general de Instituciones Penitenciarias, Mercedes Gallizo, defendió hoy el derecho a la intimidad en la cárcel de Alhaurín de la Torre (Málaga) y alabó la profesionalidad e integridad personal de sus funcionarios ante las ofertas ecómicas "extraordinariamente altas" que han recibido por fotografías, vídeos o informaciones sobre los implicados en la 'operación Malaya'.
En declaraciones a la Cadena Ser, recogidas por Europa Press, Gallizo reconoció que la prisión ha atravesado una "situación difícil", después de que tres presos grabaran a varios reclusos, entre otros al ex gerente de Urbanismo Juan Antonio Roca y a un falso ex alcalde de Marbella Julián Muñoz, con el fin de vender sus imágenes a medios de comunicación.
"Cuando uno está privado de libertad no lo está del resto de sus derechos, y nosotros tenemos que proteger todos ellos, incluido el derecho a la intimidad, por lo que no es bueno que salgan imágenes ni que se comercie con el dolor de otras personas", insistió.
Gallizo denunció en este sentido el "interés" de convertir esta prisión en un "espectáculo o en un circo" en el que "está una serie de gente haciendo reir a los que están fuera".
"En Alhaurín hemos estado viviendo una situación bien difícil estos días, con el centro rodeado de cámaras y con muchísimas ofertas a internos y funcionarios, para que a cambio de dinero sacaran imágenes", subrayó.
Asimismo, la responsable de Instituciones Penitenciarias señaló que su Departamento no puede intervenir ante declaraciones de presos sobre el interior de la cárcel a cambio de una oferta económica cuando salen de permiso y agregó que en el caso de Alhaurín de la Torre han sido "inciertas".
Gallizo dejó claro también que los implicados en la 'operación Malaya' reciben el mismo tratamiento penintenciario que el resto de reclusos. "El sistema penintenciario tiene un exquisito cuidado en que toda persona sea tratada de la misma manera, independientemente del delito que haya cometido y de su condición social cuando está fuera", dijo.
"Cuando está dentro ya no tiene condición social alguna, nada más que la del día a día del centro penitenciario y, por supuesto, el trato es igual para todo el mundo", recalcó.
