Publicado 23/05/2018 08:00

Fermín Bocos.- Tensando la cuerda

MADRID, 23 May. (OTR/PRESS) -

En las negociaciones con el Gobierno de turno el PNV está acostumbrado a tensar la cuerda hasta salirse con la suya. Primero con el PSOE y después con el PP, siempre han conseguido "vender" a precio de oro el voto de su reducida representación parlamentaria -ahora tienen cinco diputados-. Una Ley Electoral diseñada durante la Transición para que las minorías nacionalistas no quedaran descolgadas explica el porqué otros partidos -caso, por ejemplo de Izquierda Unida- con tres veces más número de votos sólo consiguen la mitad de escaños.

IU antes y ahora también Ciudadanos, reclaman un cambio de esa norma pero el PSOE y el PP nunca han estado por la labor. Sabían que llegada la ocasión ante la votación de determinadas leyes o del Proyecto de Presupuestos, siempre podían contar con los votos del PNV. Salía carísimo cada voto, pero al final el objetivo se conseguía. Era lo previsto. También en esta ocasión merced a un cálculo del Cupo muy ventajoso para el País Vasco y con un compromiso fuerte (cerca de 600 millones de euros) en infraestructuras.

Estaba todo atado y bien atado hasta que se cruzó el "procés" separatista catalán y la dirección del PNV (Andoni Ortuzar) decidió, por razones más estéticas que económicas, que quedaban mal si apoyaban los Presupuestos del Gobierno que preside Mariano Rajoy mientras seguía en vigor el Artículo 155 que permitió en su día suspender la autonomía de Cataluña.

Y en eso estamos. Los dirigentes vascos saben que Rajoy rezaba cada mañana para que se formara cuanto antes un "govern" en Cataluña lo que permitiría la retirada del 155 y saben, también, que en este momento procesal es Quim Torra, el nuevo presidente de la "Generalitat", quien le pone palos a las ruedas al empeñarse en designar como "consellers" a dos ex consejeros prófugos y a otros dos que están en prisión.

Torra apuesta por el cuanto peor, mejor y frente a ésa agenda diseñada para alargar el enfrentamiento con el Estado, el margen de maniobra del Gobierno Rajoy es muy limitado. Si Torra se empeña en convertir en hechos sus palabras del discurso de investidura, el 155 seguirá vigente en Cataluña.

Así las cosas, volviendo a los Presupuestos, lo racional es apostar porque el PNV acabará votando a favor. Tratándose de nacionalistas es arriesgado invocar la razón visto que muchos de sus fundamentos tienen el ancla en el mundo de los sentimientos. Pero el Gobierno y, sobre todo, el ministro de Hacienda (Montoro), confían en que los dirigentes vascos echen cuentas y acabe pesando más el pragmatismo que tiene despacho en Ajuria Enea (Iñigo Urkullu) que el bucle melancólico que reside en Sabin Etxea, la sede del partido. Todo indica que al final saldrán adelante los Presupuestos.

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