BAEZA (JAÉN), 27 (EUROPA PRESS)

El catedrático de ingeniería química y coordinador del máster en ingeniería ambiental de la Universitat Rovira i Virgili (URV) Joan Salvadó Rovira, que participó hoy en los cursos de verano de la Universidad Internacional de Andalucía (UNIA) en Baeza (Jaén), anunció que actualmente "se está hablando sobre la creación de un certificado de sostenibilidad para los biocombustibles" en el marco de la Unión Europea (UE).

En rueda de prensa, el experto, que participó en el curso 'La biomasa en el escenario de la energía y los biocombustibles, en un previsible mundo sin petróleo', explicó que será un certificado en el cual "se deberá tener en cuenta el respeto a la biodiversidad, a la población donde se está cultivando la materia prima que va a generar el biocombustible", y que obligará además a "aprovechar la infraestructura de maquinaria y de regadío para producir biocombustible, también para generar alimentos".

En este sentido, señaló que "con una buena gestión se puede conseguir que una población que ahora mismo tiene dificultades para pagar la factura de petróleo, consiga lo contrario: cobrar dinero por el combustible que produce, y mejorar el ritmo de vida" de la región.

En cuanto al futuro acuerdo, añadió que desde la UE "no se debería admitir un combustible que no cumpliera con las características del certificado de sostenibilidad", lo que serviría, según afirmó Salvadó Rovira, para "desincentivar malas prácticas".

No obstante, esta propuesta se encuentra actualmente "en fase de discusión técnica" y posteriormente quedará "en manos de los políticos", por lo que no se conoce aún ninguna fecha concreta para el lanzamiento del certificado.

En relación a las posibilidades de los biocombustibles, el catedrático señaló como principal ventaja la posibilidad de "generar una menor dependencia estratégica del petróleo", para "en vez de colaborar a que el jeque árabe se compre un cadillac nuevo", conseguir que "una serie de familias españolas vivan de una producción agraria destinada al combustible".

Además, explicó que "para ser creada la materia prima, se debe capturar dióxido de carbono de la atmósfera", y que además "la fotosíntesis libera oxígeno". En este sentido, destacó que "si se utiliza la fotosíntesis, con una energía que es gratuita", que es la del sol, "se puede capturar dióxido de carbono, liberar oxígeno, y obtener un combustible limpio, renovable, y autóctono".

En relación a los criterios de calidad actuales, Salvadó Rovira explicó que "están descritos en una norma europea, que es la EN14214" del año 2003, "que tiene una serie de parámetros sobre contenido en agua, en alcohol" y en otros muchos componentes, referidos "a la calidad del combustible, para asegurar que los motores diesel convencionales puedan utilizarlo".

De hecho, insistió en que "no se debe hacer ninguna modificación al motor para utilizar biodiesel puro o cualquier tipo de mezclas con gasoil", algo que es "una de las grandes virtudes de este combustible". Por ello, opinó que "la administración debería demostrar que está cumpliendo con los análisis de calidad, para que el usuario tenga confianza a la hora de utilizar los biocombustibles".

En cambio, una de las limitaciones que destacó es que "de momento la tecnología existente no permite sustituir todas las necesidades de petróleo" por lo que sólo es "un sustituto parcial", aunque ahora "se están empezando a desarrollar otro tipo de cultivos no terrestres, como las microalgas" que están en proceso de estudio.

INCREMENTO EN EL PRECIO DE LOS ALIMENTOS

El catedrático de la URV mencionó asimismo que "hay una fuerte polémica sobre si los biocombustibles en general producen oscilaciones en el precio de los alimentos". De hecho, explicó que "sabiendo el tema técnico, hay muchos intereses, tanto de compañías petrolíferas, como de grandes compañías de alimentación, en crear cierta presión" para señalar a los biocombustibles como responsables del incremento en el precio de los alimentos, algo que consideró "muy difícil de justificar".

En primer lugar, explicó porque "se utiliza un muy pequeño porcentaje de alimentos para producir biocombustibles", y segundo porque "hay muchos otros motivos que producen el alza de precios, entre ellos las bajas producciones de cereales en países como Ucrania, Australia o Argentina" debido a periodos de sequía.

Por otra parte, reconoció que "algunas cosas no se han hecho bien" en la producción de biocarburantes, ya que "se ha tendido a realizar grandes monocultivos, perder biodiversidad, e incluso presionar a los habitantes de ciertas zonas para que las abandonen" con el objetivo de realizar este tipo de producciones. "Esto es simplemente debido a una mala gestión, y no a que los biocombustibles se creen a partir de la fotosíntesis", aseguró.