Marchena cree "fundamental" que la justicia "no pierda el ángulo humano" ante la IA y defiende el papel de jueces

El magistrado y presidente de la Sala de lo Penal del Tribunal Supremo, Manuel Marchena, en el Congreso Jurídico de la Abogacía de Málaga.
El magistrado y presidente de la Sala de lo Penal del Tribunal Supremo, Manuel Marchena, en el Congreso Jurídico de la Abogacía de Málaga. - ABOGACÍA DE MÁLAGA
Publicado: jueves, 2 noviembre 2023 19:17

MÁLAGA, 2 Nov. (EUROPA PRESS) -

El magistrado y presidente de la Sala Segunda del Tribunal Supremo, Manuel Marchena, ha asegurado que "todo va a cambiar" ante la Inteligencia Artificial y las tecnologías, aunque ha considerado "fundamental" que la Justicia "nunca pierda el ángulo humano" ni se degrade a "una administración robotizada"; defendiendo el papel del poder judicial "para la lucha contra las inmunidades del poder".

En su intervención en el Congreso Jurídico de la Abogacía de Málaga, ha defendido que los jueces son "algo más que máquinas para expender sentencias". "Forman parte de un poder del Estado, del poder judicial que es clave para la lucha contra las inmunidades del poder y si degradamos la administración de justicia a una administración robotizada estaremos alterando lo que es el principal freno para lo que puede constituir esa reacción, esa reivindicación frente a las arbitrariedades del poder político", ha dicho.

Así, ha apostado por que la Justicia "siga siendo una tarea humana con sus defectos, con sus dificultades, con sus problemas, con sus mecanismos de impugnación, con sus garantías jurisdiccionales", frente a "un algoritmo que no conoce otra fidelidad que la estadística y esa fidelidad estadística en muchas ocasiones no conduce a una resolución justa".

En este punto, se ha referido a la visión que cada uno tiene de la justicia en función de su ejercicio profesional, apuntando que él fue "tratado de una forma tremendamente injusta, yo perdí ese juicio que nunca debía haber perdido; todo eso es legítimo", pero ha incidido en que "los jueces están para algo más que para producir sentencias".

El magistrado, que ha intervenido con la ponencia 'Los desafíos profesionales del abogado penalista ante la Inteligencia Artificial', ha señalado que hay que "surfear frente al tsunami que se avecina" y ha indicado que "la capacidad de adaptación va a ser la que nos salve".

Según el magistrado, ante la Inteligencia Artificial "quien menos riesgo tiene de sufrir dentelladas en su parcela funcional es el abogado", al considerar que "la relación con el cliente establece un vínculo tan especial, en lo bueno y en lo malo, que es absolutamente insustituible". "Yo no me imagino a nadie hablando con un algoritmo para expresarle la crisis de convivencia que le quiere llevar al divorcio", ha apuntado.

En este sentido, ha añadido que el abogado "tiene un espacio vinculado a la ética, a la ética profesional, que no es fácilmente detectable en el algoritmo", insistiendo en que la Abogacía "tiene un espacio que no está cubierto por otras profesiones".

No obstante, ha dicho que esto "no excluye que evidentemente toda nuestra metodología de trabajo tenga que cambiar, y también la suya", apuntando a situaciones que ya se dan en otros países, como Estados Unidos, donde se están desarrollando las grandes plataformas online "en las que un equipo de abogados se ofrece a las grandes firmas para hacer lo que hacen hoy los abogados juniors en las grandes firmas".

También se ha referido a la justicia predictiva y a los derechos de nueva generación, como el "derecho a la indemnidad neuronal", frente a cualquier intento de los poderes públicos de manipular o condicionar su pensamiento; "al entorno virtual", como concepto del interés del ciudadano en impedir injerencias no autorizadas en sus dispositivos de almacenamiento; o el derecho "a no ser engañados" por la información inveraz que circula en redes, que ya ha tenido una traducción normativa a nivel europeo.

"El problema que se nos va a plantear es cómo defendemos la presunción de inocencia, cómo nos defendemos ante una solución algorítmica que en un momento determinado diga este asunto en los últimos 50 años el Tribunal Supremo lo ha resuelto de esta manera, cómo me defiendo si quiero hacerle saber al algoritmo que hay una sentencia que estoy seguro que no ha ponderado", ha cuestionado.

Marchena se ha hecho eco de ese "mensaje o profecía" sobre que "las dos próximas décadas va a cambiar la abogacía más que en los últimos dos siglos", y ha incidido en que el entendimiento actual de lo que es el derecho y los procedimientos "van a cambiar".

Para explicar el tiempo en el que se podría producir esta transformación ha recurrido a la experiencia del ajedrecista Gary Kasparov, que en 1997 fue "derrotado y humillado por la inteligencia artificial" en concreto contra el dispositivo Deep Blue; mientras que en 1985 --diez años antes-- había ganado de forma una simultánea a 34 máquinas.