La zona comercial de Muelle Uno permanece cerrada a la espera de contar con todos los permisos

MÁLAGA 30 Nov. (EUROPA PRESS) -

Pocas horas ha durado la apertura de Muelle Uno. Pese a las reuniones mantenidas desde primera hora de la mañana de este miércoles entre el Ayuntamiento de Málaga y la empresa concesionaria de este proyecto comercial y de ocio del puerto, los locales no han abierto a las 10.00 horas y, hasta que no haya un pronunciamiento municipal que lo permita, permanecerán cerrados.

Las reuniones entre responsables de ambas partes y técnicos tanto de la Gerencia Municipal de Urbanismo como de la promotora, Iniciativas Marina de la Farola, comenzaron a las 07.00 horas, incluyendo, incluso, la visita a la zona comercial, con vistas a una posible apertura.

El director de Muelle Uno, Patricio Gutiérrez del Álamo, ha señalado que los técnicos de Muelle Uno y los del Ayuntamiento "están trabajando a marchas forzadas, intentando aclarar cualquier trámite administrativo que haya que cumplir". "Si hay que tenerlo, tenemos que tenerlo", ha reconocido, confiando en que esta situación "se solucione lo antes posible".

De hecho, el responsable de Muelle Uno ha apuntado a Europa Press que "nos consta que por parte del Ayuntamiento hay voluntad y si esta misma tarde se tuviera todo, podríamos abrir, pero depende de los trámites".

Así, los arrendatarios están en sus locales y, aunque se encuentran "preocupados", son "conscientes" de que "todos los comienzos son difíciles y sobre todo en un proyecto de esta envergadura", ha manifestado Gutiérrez del Álamo. Por su parte, los operarios continúan trabajando a marchas forzadas.

A pesar de que la inauguración oficial de Muelle Uno estaba anunciada para las 13.00 horas de este pasado martes, la falta de documentación al haber zonas aún en obras obligó a los promotores a aplazarla, aunque sí consideraron que era posible la apertura de los establecimientos.

Sin embargo, por la tarde el Ayuntamiento de Málaga reclamó a los promotores y a la Autoridad Portuaria el cierre de los locales por "motivos de seguridad", en tanto que la zona aún se encuentra en obras, y vinculó la apertura a que Muelle Uno disponga de "la preceptiva licencia de utilización".

Desde el Ayuntamiento se dijo este martes que Muelle Uno no tenía ni había solicitado aún la licencia de utilización, antes llamada de primera ocupación, ni disponía de la de apertura, precisando que, de momento, sólo se le había concedido el trámite previo, la de instalación, condicionada por parte del Área de Promoción Empresarial y Empleo a la presentación de la documentación requerida junto al certificado de final de obra.

Muelle Uno supone la transformación del muelle de la Farola y la tan esperada integración del recinto portuario en la ciudad. Con una inversión de unos 80 millones de euros, los promotores pretenden que este espacio de 56.000 metros cuadrados, de los que 14.000 son de uso comercial y de ocio, se convierta en una segunda calle Larios.

FIRMAS

El proyecto contempla 70 locales comerciales, entre restauración, moda, servicios y complementos y una zona para el público infantil. Así, se dan cita firmas como Yamamay, Amichi, Mango, Gerry Weber, Adolfo Domínguez, Tommy Hilfiger, Roberto Verino, Bimba y Lola, Lacoste, Levi's, Timberland, Diesel, Décimas o Primor o, en restauración, Café de París, la marisquería Godoy, la Sureña o un mexicano-hindú, entre otros establecimientos.

Respecto al espacio dedicado a los más pequeños, en sus alrededor de 2.000 metros cuadrados se incluirá un gran parque infantil, una tienda de muñecos y una guardería para que los clientes puedan dejar, gratuitamente, a sus hijos mientras compran.

La comercialización, por el momento, es de en torno al 70 por ciento, quedando pendiente una serie de locales para los que los promotores están aún en conversaciones con diferentes empresas. En este sentido, Gutiérrez del Álamo ha precisado que "es un proyecto a largo plazo y queremos que los arrendatarios cumplan nuestras premisas".

El responsable de Muelle Uno ha querido aclarar, no obstante, que el ciudadano no percibe que haya locales por comercializar, ya que los huecos que quedan son ocupados temporalmente por otras empresas.