Blasco y García, tras la formalización del acuerdo en la finca “La Nava de San Luis”, en el término municipal de Parauta (Málaga). - GOBIERNO DE ARAGÓN
ZARAGOZA 1 Dic. (EUROPA PRESS) -
El pinsapo (Abies pinsapo Boiss), considerado una joya forestal, cuenta desde este lunes con un nuevo marco de protección fruto de la cooperación entre Aragón y Andalucía, dos comunidades clave para su conservación. Ambas regiones han firmado este lunes un protocolo que establece una estrategia conjunta para gestionar, conservar y mejorar esta especie de abeto relicta, en peligro de extinción en Andalucía, así como los enclaves oficialmente reconocidos en el Catálogo Nacional de Regiones de Procedencia, entre los que se incluye el rodal de Orcajo (Zaragoza).
El acuerdo se ha formalizado en la finca 'La Nava de San Luis', en el término municipal de Parauta (Málaga), en el corazón del pinsapar andaluz. Durante el acto, la consejera de Sostenibilidad y Medio Ambiente de la Junta de Andalucía, Catalina García, y el consejero de Medio Ambiente y Turismo del Gobierno de Aragón, Manuel Blasco, han rubricado el protocolo que marca el inicio de una colaboración técnica sin precedentes entre ambas comunidades.
Tras la lectura y firma del documento, los representantes institucionales han participado en un recorrido guiado por el pinsapar de La Nava de San Luis, donde han podido conocer sobre el terreno las particularidades ecológicas de este bosque único y los retos que afronta su conservación.
En la representación institucional han destacado los directores generales responsables de la materia en ambas comunidades.
La directora general de Gestión Forestal de Aragón, Ana Oliván, ha viajado con el consejero aragonés, mientras que por parte de Andalucía han asistido los directores generales de Política Forestal y Biodiversidad y de Espacios Naturales Protegidos.
Además, han participado técnicos, personal del Parque Nacional Sierra de las Nieves y coordinadores del Plan de Recuperación del Pinsapo, entre otros, reforzando el carácter transversal de esta cooperación.
Blasco ha destacado la "excelente gestión de los montes en Andalucía" y, en particular, del pinsapar que ha visitado. "Es un ejemplo de defensa activa de la naturaleza", ha señalado el consejero aragonés, quien ha recordado la importancia de la gestión forestal: "No podemos permitir que los montes crezcan de manera desordenada, ya que esto incrementa significativamente el riesgo de incendios".
Por su parte, la consejera andaluza de Sostenibilidad y Medio Ambiente ha agradecido la visita de los representantes del Gobierno de Aragón y ha explicado que el protocolo firmado hoy permitirá a ambas comunidades autónomas "trabajar de manera coordinada en la conservación y preservación del pinsapo y su bosque, el pinsapar".
"Hemos acordado intercambiar no solo conocimientos y experiencias, sino también materiales de reproducción que permitan estudiar el comportamiento de la especie en distintos entornos y preparar su adaptación frente a los efectos del cambio climático", ha explicado Catalina García.
Además, se creará una Comisión de Seguimiento con representación paritaria de ambas administraciones para velar por la correcta ejecución de los compromisos adquiridos, promover nuevas medidas y resolver cualquier cuestión interpretativa.
UN RESERVORIO GENÉTICO EN ORCAJO (ZARAGOZA)
Aunque su distribución natural se limita a zonas húmedas y montañosas del sur peninsular, el pinsapo encuentra en Aragón un enclave singular y sorprendente: el rodal de Orcajo (Zaragoza), plantado en 1913 por el ingeniero de montes García Cañada en el monte "Fuentes del Villar".
Contra todo pronóstico, esta repoblación no solo se ha adaptado a un clima mucho más seco del habitual, sino que presenta una regeneración natural vigorosa y un crecimiento notable frente a otras especies forestales presentes, como el pino silvestre, pino laricio y pino rodeno.
Desde 2018, está declarado Arboleda Singular por el Gobierno de Aragón y constituye un reservorio genético de gran interés para el futuro de la especie.
El protocolo, con una vigencia inicial de cuatro años prorrogables, no implica dotación económica directa, pero contempla acciones concretas de gran valor técnico.
Entre ellas se incluyen el intercambio de conocimientos, experiencias y buenas prácticas en planificación forestal, ordenación de montes y selvicultura específica del pinsapo; el intercambio de materiales forestales de reproducción entre las distintas regiones de procedencia; la prestación de apoyo técnico cuando una de las partes lo requiera; la organización de jornadas científico-técnicas sobre gestión y conservación de pinsapares; y la participación conjunta o coordinada en estudios y proyectos de ámbito nacional o internacional.
Una de las actuaciones que se desarrollarán bajo este protocolo será la creación de pequeños núcleos poblacionales nuevos de la especie en Orcajo y en otros montes del Sistema Ibérico zaragozano.
Estos trabajos se desarrollarán dentro del proyecto COOPTREE, financiado con fondos SUDOE-FEDER, en el que participan el Gobierno de Aragón y Sarga junto con otras administraciones, empresas e instituciones de investigación españolas, francesas y portuguesas.
Para coordinar y dar seguimiento al desarrollo del protocolo, se constituirá una Comisión de Seguimiento con representantes de ambos gobiernos autonómicos.
Tendrá entre sus funciones asegurar el cumplimiento de los objetivos marcados, proponer medidas complementarias, facilitar el intercambio de información técnica y resolver de común acuerdo cualquier cuestión interpretativa.
Para ambos responsables autonómicos, el pinsapo representa mucho más que una rareza botánica: es un símbolo de resiliencia ante el cambio climático y un ejemplo de cómo la ciencia forestal y la colaboración institucional pueden abrir caminos para la conservación activa de especies amenazadas.
Este nuevo marco refuerza además la idea de que los retos ambientales se abordan con mayor eficacia cuando se comparten conocimientos, recursos y voluntad política.Con este acuerdo, Aragón y Andalucía consolidan su compromiso con la biodiversidad y el legado forestal común, apostando por una gestión técnica rigurosa que garantice que especies como el pinsapo sigan formando parte del paisaje ibérico durante las próximas generaciones.