Aldaba-Proyecto Hombre Valladolid llegó a más de 4.200 personas en 2024, 1.250 adultos y casi 3.000 familias y menores

Presentación de la memoria de la Fundación Aldaba-Proyecto Hombre Valladolid correspondiente a 2024
Presentación de la memoria de la Fundación Aldaba-Proyecto Hombre Valladolid correspondiente a 2024 - EUROPA PRESS
Europa Press Castilla y León
Publicado: martes, 1 julio 2025 12:30

VALLADOLID 1 Jul. (EUROPA PRESS) -

Más de 4.200 personas se beneficiaron de los programas de la Fundación Aldaba-Proyecto Hombre Valladolid a lo largo de 2024, cuando ejecutó medio centenar de proyectos tanto de prevención como de intervención mediante el trabajo de 50 profesionales y más de 40 voluntarios con un presupuesto de 1,4 millones.

Así se recoge en la memoria correspondiente al pasado ejercicio que han presentado la directora general de la Fundación, María Paz de la Puente; la directora de Programas de la entidad, Ana Macías Rodríguez; la coordinadora del Área de Prevención, Eva Camarero; y José Carlos García, representante de Fundación Aldaba.

De la Puente ha incidido en que los más de 4.200 beneficiarios en algunos casos han estado durante más de un año y medio en programas residenciales haciendo un trabajo psicoterapéutico intensivo y otros han sido destinatarios de programas de prevención de cuatro, cinco o seis horas, ellos y sus hijos.

La directora de la Fundación ha destacado la apuesta de la entidad por la prevención porque considera que "invertir" en ella es "poner el acento" y "el foco" en los menores pero también en los adultos. "Si los menores acceden al consumo de drogas es porque las tienen cerca y porque hay adultos cerca que de alguna manera toleran, permiten o hacen la vista gorda en relación al consumo de sustancias", ha explicado De la Puente, quien ha incluido entre ellas el alcohol.

Por otro lado, ha destacado que se ha incorporado en el trabajo habitual el abordaje específico de la mujer en contextos de violencia y drogodependencias, algo que es un "desafío" y complejo porque es importante que se establezca una "red de soporte" para estas mujeres, donde se aborde de manera integral las problemáticas que puedan tener añadidas, tanto en temas de salud física, de salud mental, de temas judiciales, relación con la posible persona que las pueda maltratar, inserción laboral, etcétera.

Por ello, su apuesta es que haya un "abordaje integral" de toda la problemática relacionada con las mujeres y han dado un "paso al frente" con el impulso al trabajo con mujeres dentro de los centros penitenciarios, fundamentalmente el de Valladolid, donde nació hace casi 30 años la entidad, aunque también llevan a cabo programas en el de La Moraleja (Palencia) y Brieva (Ávila).

Los responsables de la Fundación han desgranado diferentes datos de su memoria de 2024, cuando 409 personas se pusieron en contacto con ellos (175 hombres y 234 mujeres), en ocasiones para asesoramiento o consulta.

Tras la evaluación, se prestan dos tipos de recursos, uno que puede ser el Centro de Día, un recurso de carácter ambulatorio, o bien la Comunidad Terapéutica, que tiene una vertiente residencial para personas más graves desde el punto de vista del consumo elevado de sustancias o problemáticas más complejas. Así, en el primero se atendió a 127 personas (91 hombres y 36 mujeres) y en el segundo a 54 (42 y 12, respectivamente).

Por otro lado, el Programa Dual que atiende a las personas que presentan problemas de adicción y salud mental se atendió a 26 personas (19 hombres y seis mujeres) y los desarrollados en los centros penitenciarios han beneficiado a 172 hombres y 31 mujeres. A esto se suman 36 participantes en el Programa Frida que aborda el trastorno por consumo de sustancias y problemáticas añadidas específicamente entre mujeres.

Como complemento a estos programas para adultos, la Fundación también ha desarrollado acciones de inserción laboral, algo que permite aumentar las posibilidades de éxito de la recuperación de estas personas, y en el mismo han participado 65 hombres y 35 mujeres.

Asimismo, se ha desarrollado un programa de violencia de género y promoción de la igualdad para agresores de violencia de género en medidas alternativas en el que han participado 79 hombres.

PREVENCIÓN

Otra de las áreas de trabajo de la entidad ha sido la prevención, en la que se trabaja como servicio de referencia de la Junta de Castilla y León y que tiene programas como el Joven, dirigido fundamentalmente a jóvenes de doce a 21 años y sus familias, en el que se han atendido 155 casos (110 chicos y el resto chicas).

La droga principal por la que se solicita tratamiento sigue siendo el cannabis, en la mayoría de los casos, mezclado con tabaco, pero la mayoría de los y las jóvenes que solicitan intervención también presentan consumos abusivos de alcohol. La edad media ha sido de 16 años en 2024.

En el programa Gaming que atiende a chicos con dificultades con el uso de pantallas se han abordado 22 casos, sin diferencias significativas entre varones y mujeres, con una edad media de 14 años.

El programa de prevención Galilei, en centros educativos y de Formación Profesional ha contado con la participación de 33 docentes y educadores.

Por su parte, en el Ícaro, para la prevención y detección de alcohol y cannabis desde los servicios de urgencias y emergencias en menores han participado 120 policías, técnicos de ambulancias y ciclos formativos de emergencias sanitarias en Valladolid y Medina del Campo y se ha atendido a once menores.

Además, el programa Irene para la prevención de la violencia filioparental ha abordado 35 casos con menores de una edad media de 14 años con una característica diferencial y es que el 48 por ciento de los participantes cuentan con progenitores separados y un 11 por ciento son familias monoparentales.

CONCLUSIONES

A modo de conclusión, la directora de la Fundación ha afirmado que el menor "tiene derecho" a no beber y a no drogarse y los adultos tienen la "obligación" de garantizar esto "por encima de cualquier interés económico, político o social" y, aunque se avanza, "cuesta".

En este sentido, ha recordado que hay un proyecto de prevención del consumo de alcohol en menores que lleva casi dos años en marcha, que se ha revisado en varias ocasiones e incide directamente en la prevención del consumo de alcohol en menores, en la prohibición del mismo de una manera explícita, "abordando cualquier circunstancia en la que pueda el menor ser expuesto, inducido de forma directa o indirecta, animado, etcétera, a beber alcohol", algo que pasa por reducir la accesibilidad y que no haya ningún adulto vendiendo alcohol.

A este respecto, ha incidido en el programa Ícaro de prevención y detección de alcohol y cannabis desde los servicios de urgencias y emergencias en menores, en el que se ha tratado a once personas.

De la Puente ha aseverado que se trata de menores que son ingresados en los servicios de urgencias y emergencias por consumos abusivos de alcohol, que tienen una intoxicación etílica o un coma etílico. "O sea, un menor que puede morir", ha advetido la directora de la Fundación, quien ha señalado que un menor puede sufrir una depresión cardiorrespiratoria y morirse por un consumo de alcohol y ha pedido avanzar en evitar estas situaciones, algo de lo que responsabiliza a los adultos.

Además, ha pedido poner atención también al consumo simultáneo de varias drogas como cannabis, alcohol o estimulantes, sobre todo en jóvenes de 25 a 30 años, ya no tanto en menores porque el consumo de varias sustancias a la vez producen "efectos inesperados" y a veces las intoxicaciones "no son fáciles de revertir en los servicios de urgencias o emergencias".

También ha marcado como una línea de trabajo continuar fortaleciendo entornos terapéuticos no mixtos y con perspectiva de género y avanzar en la profesionalización de los programas, en la especialización, evitando diagnósticos fragmentados que puedan pasar por alto situaciones que también hay que abordar ha señalado la necesidad de incidir en el ámbito sociofamiliar.

Por otro lado, ha llamado la atención sobre los procesos de salud que se observan en los usuarios de sus programas y se desconoce si las dificultades y trastornos asociados a los consumos son antes, durante o después.

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