De izquierda a derecha, el presidente de Foacal, Félix Sanz; la consejera de Industria, Comercio y Empleo, Leticia García; y Pablo Merino y Mayaya Cebrián, de la sombrerería Pablo y Mayaya durante la presentación de Artesartis. - EUROPA PRESS
VALLADOLID 22 Jul. (EUROPA PRESS) -
Los artesanos de Castilla y León han puesto en marcha una plataforma en internet que permitirá la reserva de visitas turísticas de grupos a sus talleres para ver su trabajo desde dentro e incluso participar y ver en directo el proceso de elaboración de algunos de sus productos, con lo que se pretende dar a conocer su trabajo y crear un vínculo con el visitante mediante esta experiencia.
Para ello, se ha creado la plataforma Artesartis, accesible a través de internet, en la que se puede reservar una visita para un grupo a un precio único de 115 euros para el número de personas máximo adecuado al aforo del taller y ver en directo durante una hora u hora y media el proceso de creación.
Así lo han explicado la consejera de Industria, Comercio y Turismo, Leticia García, y el presidente de la Federación de Organizaciones Artesanas de Castilla y León (Foacal), Félix Sanz, acompañados de Pablo Merino y Mayaya Cebrián, propietarios de la sombrerería Pablo y Mayaya en Valladolid, uno de los talleres que ofrecen estas visitas y que ha acogido la presentación de esta iniciativa.
Artesartis comenzó en 2023 con la recopilación de información y un mapa de talleres, además de recursos turísticos, para ahora poner en marcha la plataforma, que arranca con 21 empresas que ofrecen este tipo de visitas, aunque en otoño se espera que lleguen a 50 con los que ya están en proceso de incorporación y, a lo largo de 2025, alcanzar los 200 de los 600 talleres que hay en Castilla y León.
La consejera de Industria, Comercio y Turismo ha asegurado que se trata de una plataforma "pionera" en España que permite "conectar" las visitas con los propios talleres en respuesta a una demanda creciente de solicitud de personas que quieren conocer estos talleres.
Así, se permite que una parte del turismo y de las visitas a la Comunidad puedan desarrollarse en los talleres, para lo que la plataforma ofrece la contratación directa, a un precio único 115 euros por grupo, sólo limitado en número por el aforo del que pueda disponer el taller.
EN PRIMERA PERSONA
El propio artesano es el que conduce la visita y va a poder permitir a los visitantes participar incluso del proceso artesanal que allí se desarrolla en ese ámbito. "Por lo tanto, nos permite una conexión directa de la artesanía con el turismo, además de forma sostenible, responsable con esa gestión específica a través de la plataforma", ha agregado.
Leticia García, quien ha aclarado que cualquier oficio tradicional de Castilla y León puede estar incluido en esta plataforma, ha destacado que esta iniciativa podrá permitir un aumento de ingresos para el sector de la artesanía, pero sobre todo permite una "visibilidad" de los talleres como puntos de encuentro que pueden generar contactos, encargos, etcétera, además de una vinculación con el propio establecimiento.
En esta línea, ha destacado la importancia del sector de la artesanía en Castilla y León, "un motor económico" y "sector estratégico" que da empleo a más de 6.000 personas de forma directa en toda la Comunidad, pero que además tiene buena presencia en el mundo rural (el 70 por ciento de talleres se ubican en el medio rural), con lo cual también significa "asentamiento de población".
Por todo ello y porque supone "la preservación del legado cultural y tradicional de Castilla y León", ha afirmado que el Gobierno autonómico intensifica su apoyo a la artesanía. "Porque a través de los oficios artesanos también preservamos nuestra historia, nuestra cultura", ha añadido.
Por su parte, Félix Sanz ha incidido en que lo que se pretende en este sector, que está presente en 17 actividades económicas, es "abrir definitivamente las puertas" de los talleres y hacerlo "de una forma sencilla" con el objetivo es que todo el mundo entre en ellos y conozca a los artesanos de la Comunidad.
Sin embargo, ha aclarado que lo que no se quiere "replicar" modelos turísticos que se utilizan en los talleres artesanos habituales, "que hacen una pequeña demostración y luego rápidamente se les pasa a la tienda para que consuman el producto que más o menos se les esté ofreciendo en ese taller".
CONOCIMIENTO DE SUS TÉCNICAS
Al contrario, se persigue generar un vínculo con los artesanos "a través del conocimiento del personal, de las técnicas y del saber hacer que pueden mostrar los artesanos" y que los visitantes estén durante una hora o una hora y media "viviendo esa experiencia de la creación de los productos artesanales", sea del producto que sea, y "conozcan cuál es el proceso real, es decir, sin compra".
Para ello, el propio artesano se dedicará a explicar al grupo su trabajo durante ese tiempo, por el que se paga porque consideran "muy importante" también "dignificar ese tiempo y ese conocimiento que dedica el artesano a ese grupo".
Los grupos van a estar condicionados o limitados por el propio aforo del taller en búsqueda de la comodidad pero también de la seguridad, dado que en algunos talleres se podrán hacer actividades participativas, pero en otros serán "simplemente demostrativas" debido a la peligrosidad de las herramientas o de los materiales que se están utilizando. "Pero se va a participar de una experiencia real con el artesano o la artesana en ese proceso y en ese conocimiento y el saber hacer de la artesanía de Castilla y León", ha añadido.
Para la reserva, se puede buscar en la plataforma por provincias o por sectores y acceder a un calendario que inicialmente está abierto pero que cada artesano marca, puesto que muchos de ellos asisten a ferias o encuentros y depende de su disponibilidad, al igual que los horarios.
Para Pablo Merino, de Pablo y Mayaya, hay una "obligación moral" de compartir sus conocimientos porque si, en su caso, un día cierran se perdería todo lo que han aprendido, el 80 por ciento de lo cual ha sido autodidacta, lo que sería "una pena".
Por ello, ha abogado por cambiar esa mentalidad "desgraciadamente de tanto ocultar los secretos del taller" que ha estado "muy arraigada y que es muy mala", que supone que cuando cierra el negocio "se acaba todo".
Precisamente, Pablo Merino ha recordado una experiencia en París, donde, antes de los tiempos de internet, fueron preguntando por la calle por dónde podían comprar material y acabaron encontrando a un señor "muy mayor" que les enseñó todo el taller y quedaron "maravillados" por la generosidad de esta persona, que mostró sus "secretos" a "dos críos que acababan de aparecer por la puerta", a diferencia de la experiencia que habían tenido en España, donde fueron a algunos sombrereros mayores que ya se jubilaban y les dieron "literalmente con la puerta en las narices".