El coordinador de la red y concejal de Turismo, Deportes y Fiestas del Ayuntamiento de Ávila, Carlos López, junto con el secretario de la red e historiador del Arte, Israel Muñoz, han presentado este martes el anillo y solideo de Juan Pablo II - AYUNTAMIENTO DE ÁVILA
VALLADOLID, 1 Jul. (EUROPA PRESS) -
El convento de San José - Las Madres de Ávila muestra desde este martes el anillo y el solideo que regaló el papa Juan Pablo II a la primera fundación de Santa Teresa de Jesús a través de una iniciativa de la red de Ciudades Teresianas Huellas de Teresa.
El coordinador de la red y concejal de Turismo, Deportes y Fiestas, Carlos López, junto con el secretario de la red e historiador del Arte, Israel Muñoz, han presentado estas dos piezas que muestran su singularidad y que habitualmente se encuentran en clausura, con el fin de exponerlas durante aproximadamente un mes y medio en el museo del convento.
Precisamente, Muñoz ha explicado que esta exposición forma parte de una propuesta iniciada en noviembre con la muestra del crucifijo que acompañó a Santa Teresa en el momento de su fallecimiento.
Desde entonces, el proyecto ha recorrido diversos conventos teresianos, como los de Sevilla o Medina del Campo, con la intención de abrir al público piezas patrimoniales habitualmente ocultas en la clausura.
"El objetivo es visibilizar y poner en valor estos tesoros que custodian las hermanas", ha señalado Israel, quien ha destacado la importancia de lugares como el convento de San José, primera fundación teresiana, "muchas veces desconocidos por el gran público".
En esta ocasión, se ha hecho coincidir la presentación de estas piezas con la festividad de San Pedro y San Pablo, el 29 de junio, en la que se celebra también el día del papa, ha explicado.
TESOROS OCULTOS
El solideo, de color blanco, propio del obispo de Roma, fue donado en octubre de 2002 por el secretario personal del pontífice, mientras que el anillo papal llegó en 2005, pocos meses antes del fallecimiento de Juan Pablo II, entregado por el entonces nuncio apostólico.
Ambas piezas, habitualmente reservadas a la vida interna del convento, han sido mostradas ahora como símbolo de la relación histórica entre esta comunidad y el papa polaco.
El responsable del proyecto ha recordado el profundo vínculo de Juan Pablo II con el carmelo teresiano, que antes de ser papa perteneció a la Tercera Orden del Carmen y fue un gran estudioso de los místicos españoles, ha explicado.
De hecho, su tesis doctoral versó sobre San Juan de la Cruz y aprendió castellano para poder leer sus escritos en versión original, ha contado. Juan Pablo II visitó Ávila en su primer viaje apostólico a España en 1982, en el marco de la clausura del cuarto centenario de la muerte de Santa Teresa y "su huella sigue presente" tanto en la ciudad como en el convento de San José, que ha tenido desde siempre una relación cercana con el pontífice.
La exposición de estas dos reliquias ha sido también una oportunidad para recordar el significado simbólico de los objetos papales.
El anillo del pescador, que tradicionalmente se entrega al nuevo papa en el momento de su entronización, hace referencia directa a la figura de San Pedro, primer pontífice de la Iglesia.
"Se trata de una pieza única, de las pocas que existen, y su entrega a este convento ha sido un gesto extraordinario", ha afirmado Muñoz.
El solideo, por su parte, conserva la tradición del kipá judío y ha sido asumido por la liturgia cristiana como signo de respeto y consagración. Más allá del valor litúrgico y simbólico, la muestra ha querido reforzar el objetivo de dar a conocer el rico patrimonio oculto de los conventos teresianos.
La clausura ha custodiado durante siglos piezas de gran valor histórico y espiritual, muchas de ellas nunca vistas por el público, ha apuntado Carlos López, y la apertura de estos espacios ha permitido que visitantes y peregrinos puedan acercarse a la vida y al legado de Santa Teresa desde una perspectiva nueva.
Por el momento, la exposición de estas dos piezas podrá visitarse durante un mes y medio en el convento de San José, donde continúa el compromiso por preservar y difundir la memoria viva de la santa, de su obra reformadora y del vasto patrimonio que la acompaña.