VALLADOLID, 8 Abr. (EUROPA PRESS) -
"¡Ahora sí que me he quedado agusto!", es la frase que los agentes de la Policía Municipal de Valladolid recuerdan que les espetó Omar O. la madrugada del 8 de abril de 2014 en el instante en que le comunicaron que su mujer, Rosa Ana Marcos, y el supuesto amante de ésta, Fernando Legido, a los que había acuchillado minutos antes tras pillarlos juntos en la cama, se encontraban ya cadávares en el domicilio conyugal.
Los agentes que acudieron esa noche al número 2 de la calle Oración, en el barrio de Rondilla, escenario del doble crimen objeto de la presente causa que se sigue en la Audiencia de Valladolid por el procedimiento de jurado, han coincidido en que el procesado no cesó de preguntarles cómo se encontraban las víctimas y que, tras confirmarle que ya nada se podía hacer por ellas, se mostró plenamente satisfecho.
"¡Ahora si que me he quedado agusto!", reiteran los funcionarios que el procesado les trasladó, y todo ello con palabras expresadas con total "coherencia" puesto que, como así afirman rotundos en declaraciones recogidas por Europa Press, Omar "olía a alcohol pero no estaba borracho" y "se expresaba y entendía perfectamente".