Los vecinos de Alaejos (Valladolid) se reparten el vino con el que limpian las llagas del Cristo de la Salud

Europa Press Castilla y León
Actualizado: miércoles, 19 marzo 2008 14:40

ALAEJOS (VALLADOLID), 19 (EUROPA PRESS)

La localidad vallisoletana de Alaejos cumple este Miércoles Santo, como cada año, con la tradición de limpiar las llagas del Cristo de la Salud con vino añejo, que luego se reparte entre los devotos, quienes acuden fielmente a recoger el líquido en el que confían para que les aporte salud durante todo el año.

Esta tradición, iniciada en 1882, ha pasado de generación en generación congregando en Alaejos a cientos personas que creen en el poder curativo del vino con el que se limpian las llagas del Cristo.

Los fieles que se acercan hasta la Iglesia de Santa María aseguran tener fe en esta tradición que ha perdurado a lo largo de 125 años y que, según recalcó un joven de la localidad, Javier Lucas, está muy arraigada porque "hasta los niños dan un sorbito y los que no tienen fe también beben ¡por si acaso!".

Así, ante la expectación de las personas de fuera del pueblo que también se acercan hasta la iglesia a presenciar esta antigua tradición, los cofrades bajan la imagen del Cristo crucificado de su altar.

Después, lavan sus llagas con el vino añejo del pueblo de Nava tras haberlo limpiado y luego, después de mezclarlo con el vino de dos garrafas, lo reparten entre las personas que aguardan la cola con un recipiente para tomarlo allí mismo o bien distribuirlo entre sus familiares y personas de poca salud.

Según explicó el mayordomo de la cofradía a Europa Press, la cofradía del Cristo de la Salud se fundó en 1882 y desde entonces, cada año se celebra esta tradición con la imagen del Cristo de la Salud, del siglo XVI, que es obra de la escuela castellana y, aunque no se conoce su autoría, se dice que es de un discípulo de Gregorio Fernández.

"También era tradición dar un potaje a los pobres del pueblo, aunque cuando la vida ha comenzado a ir mejor se dejó de hacer porque ya no había", señaló Norio, quien recordó que una de las funciones de la cofradía del Cristo de la Salud es la ayuda a los más necesitados.

El mayordomo, puesto rotatorio entre los 24 hermanos, es el designado para lavar el cristo y recoger el líquido en un recipiente. Norio Lucas, aseguró que la tradición cuenta con un importante número de fieles que no se pierden ningún año la bajada del Cristo.

TRADICIÓN FAMILIAR.

Los vecinos de Alaejos siguen este arraigo con mucho peso familiar. "La tradición ha pasado de mi bisabuelo, a mi abuelo, después a mi padre, luego a mí y yo se la pasaré a mi hijo", señaló Norio. La importancia que tiene el Cristo de la Salud en el municipio vallisoletano está avalada por la gran cantidad de "hijos del pueblo" que se desplazan hasta Alaejos en la Semana de Pasión.

Otra de las feligresas congregadas en la Iglesia de Santa María, Juliana Baraja, apuntó que "el vino se lleva a los enfermos", e hizo especial hincapié en que "tener fe" es lo más importante. "Es una tradición muy bonita, si bebes un poco ya tienes salud asegurada para todo el año", afirmó Milagros Cesteros.

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