BARCELONA, 10 Mar. (EUROPA PRESS) -
La Fiscalía y la acusación particular señalaron hoy, último día del juicio con jurado por el asesinato de Anna Permanyer, que todas las prueba encontradas durante la investigación de la muerte de la psicóloga apuntan a los tres procesados.
"No hemos visto la lluvia, pero el suelo está mojado", afirmó reiteradamente la fiscal en referencia a la falta de pruebas concluyentes que incriminen claramente a los acusados y que ya puso de manifiesto el inspector de Policía que dirigió la investigación.
En ese mismo sentido se manifestó el abogado de la acusación, Carlos Rey, durante la presentación de los informes finales: "No hay testigos, pero sabemos que fueron ellos. Las pruebas no dejan lugar a dudas".
La parte acusatoria sostiene que Carmen B.L., Joan S.B. y Anabel T.P. obligaron el 27 de septiembre de 2005 a la fallecida a firmar un contrato de arras por el piso 18-J, propiedad de Permanyer, del edificio Atalaya de la avenida Diagonal de Barcelona.
La Policía no encontró ningún rastro de los 420.000 euros que Carmen B.L. aseguró haber entregado en metálico a Permanyer por la vivienda. De hecho, los investigadores aseguraron que esta acusada no tenía líquido suficiente para efectuar la transacción.
Según la Fiscalía, el móvil económico llevó a Carmen B.L. a elaborar "un plan maléfico, tosco pero efectivo" para quedarse con la vivienda o la compensación --que hubiera sido de 820.000 euros--, y eso es "suficiente" para condenarla.
Ese plan incluía planes para "enmarañar, confundir y dificultar la labor policial", como las conversaciones telefónicas y el secuestro que fingió Carmen B.L., y por el que en febrero ya fue juzgada y condenada por simulación de delito.
La fiscal afirmó que el lugar donde la psicóloga fue asesinada fue el apartamento 11-E, en el que Carmen B.L. había vivido antes de mudarse al 18-J y que fue incendiado intencionadamente horas después de que la Policía tomara muestras en el piso de Permanyer.
LOS 3 PARTICIPARON EN EL CRIMEN.
La fiscal aseguró que en ese apartamento y el día de la desaparición "estaban Joan S.B. con su pata de cabra y Anabel T.P. con sus bolsas de plástico y su cinta adhesiva", que fueron utilizadas para apalear, amordazar y asfixiar a la víctima.
La parte acusatoria sostiene que fue el imputado quien golpeó a la psicóloga, ya que si se hubiera aplicado una fuerza mayor "le hubiera destrozado el cráneo". La víctima sólo presentaba una fractura craneal a pesar de la media docena de golpes recibidos con un objeto contundente.
Además, el Ministerio Fiscal atribuye la presencia de un pelo del procesado sobre el tórax de la víctima a que "estuvo muy cerca, que manipuló el cuerpo" al ayudar a Anabel T.P. a envolverlo, aunque lo transportó ésta última, de complexión más fuerte y que tenía una "confianza inquebrantable" en Carmen B.L..
De ahí, aseguró la letrada, que Anabel T.P. vendiera "a toda prisa" su vehículo a su sobrino y empezara a utilizar la destartalada furgoneta de la otra acusada.
La acusación particular y la Fiscalía coincidieron en pedir al jurado que no se dejen influir por la edad de Joan S.B. --de 82 años-- para determinar el veredicto, ya que él sí que ha llegado a la tercera edad, no como Permanyer.
