AMPL.- Los dos acusados de quemar viva a una indigente en Barcelona culpan al menor

Europa Press Catalunya
Actualizado: lunes, 20 octubre 2008 17:56

BARCELONA 20 Oct. (EUROPA PRESS) -

Los dos acusados de apalear y quemar viva a una indigente en un cajero automático en Barcelona en diciembre de 2005, Oriol P.S. y Ricard P.B., incriminaron hoy de estos hechos al menor J.J.M.R, que ya ha sido condenado a ocho años de internamiento.

El crimen ocurrió la madrugada del 16 de diciembre, cuando los jóvenes presuntamente insultaron, lanzaron objetos como una naranja y un cono de señalización, y quemaron viva a Rosario, quién se había refugiado para pasar la noche en un cajero de La Caixa en la calle Guillem Tell, en el barrio de Sant Gervasi.

Los dos acusados aseguraron hoy, en el inicio del juicio oral ante la Sección Décima de la Audiencia de Barcelona, que no querían hacer daño a Rosario, de 50 años, sino que sólo pretendían que se marchara del cajero porque "olía muy mal".

Los jóvenes --que se enfrentan a 28 años de cárcel cada uno por asesinato con alevosía y ensañamiento y daños-- dijeron que no alertaron a los servicios de emergencia porque sonó la alarma del cajero y pensaron que la mujer estaba bien.

Se da la circunstancia de que, en su día, el menor de edad acusó a Ricard P.B. de haber lanzado una colilla sobre el líquido inflamable y provocar la deflagración que provocó la muerte de Rosario.

Esa noche, Oriol P.S., Ricard P.B. y el menor, J.J.M.R., quedaron con tres amigos en la plaza Molina para celebrar una fiesta de despedida. Ambos procesados fueron al cajero donde dormía Rosario para sacar dinero y empezaron a insultarla. "Lo único que quería era que la mujer saliera del cajero", explicó Oriol P.S., quien reconoció haberle lanzado varios objetos "para molestarla", aunque dijo que no le dio con ninguno.

La indigente empezó a increparles y pudo cerrar la puerta del cajero con el pestillo. "Dejamos que la cerrara" porque "ya era suficiente", señaló Oriol P.S., quien añadió que después regresaron con sus amigos para continuar de fiesta, sin darle mayor importancia al incidente.

ARREPENTIMIENTO DEL MENOR.

J.J.M.R., al saber lo que había ocurrido en el cajero, propuso por "iniciativa propia" regresar para echarla y, como la mujer no le conocía, le abrió la puerta y no volvió a cerrarla, ni cuando salió el menor ni ninguna de las veces que abandonaron el lugar. "Pudo haberse levantado y cerrar la puerta y no lo hizo", recordó Oriol P.S.

Ricard P.B., quien reconoció que ahora se siente "bastante estúpido", reiteró que su intención no era hacerle daño. "Si realmente hubiéramos querido hacerlo, no hubiésemos ido con la cara descubierta, es obvio", señaló este procesado, quien agregó que pudieron haber cogido piedras, hierros e, incluso, gasolina.

También explicó que, minutos después, el menor, provisto con un bidón azul --que resultó contener disolvente, altamente inflamable-- le dijo que le acompañara de nuevo al cajero para "darle un susto" a la mujer. "Creo que ni él mismo sabía qué iba a hacer", afirmó Ricard P.B., quien aseguró no haber percibido el olor a disolvente porque el cajero olía muy mal.

"No hubo una idea, fue una acción y la hizo J.J.M.R.", concluyó Ricard P.B., quien coincidió con el otro acusado en señalar que no fue premeditado ni diseñaron ningún plan, sino que sólo hicieron "un montón de tonterías" para que saliese. Además, Oriol P.S. aseguró que él no participó "en la mayoría de las últimas acciones" porque "no quería saber nada".

Ya en el interior, según los acusados, se le cayó el bidón a J.J.M.R., quien echó a correr y, en cuestión de segundos, explotó, empezó a salir humo y saltaron las alarmas del cajero y de los coches cercanos. Los chicos, que dijeron haber huido asustados, aseguraron que la mujer siguió insultándoles en el mismo tono de voz que antes de la deflagración.

Esa misma mañana, los procesados se fueron a Zaragoza, donde miraron los informativos y los periódicos sin encontrar ninguna noticia sobre lo ocurrido, por lo que pensaron que "todo había quedado en un susto y que había salido después de que ellos se marcharan", explicó Ricard P.B., quien se enteró de la muerte de Rosario en comisaría.

Este acusado regresó el domingo y fue detenido esa misma noche en casa de una amiga junto a J.J.M.R., poco después de que éste le explicara que había una mesa con flores y velas frente al cajero, mientras que Oriol P.S. volvió a Barcelona el lunes después de que los Mossos d'Esquadra le pidieran que lo hiciera y fue detenido.

El juicio fue suspendido hasta esta tarde, cuando declararán los mossos d'Esquadra que participaron en la investigación del crimen, el primer asesinato después de desplegarse en Barcelona el 1 de noviembre.

Mañana está previsto que testifique el menor, que aceptó la pena máxima prevista por la Ley del Menor en casos de asesinato, ocho años de internamiento.

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