Las ancianas atacadas en Barcelona reconocen a la acusada de matar a tres mujeres como su agresora

Europa Press Catalunya
Actualizado: martes, 17 junio 2008 18:10

BARCELONA 17 Jun. (EUROPA PRESS) -

Tres de las cuatro ancianas que declararon hoy en el juicio contra Remedios S.S., acusada de asesinar a tres mujeres e intentar matar a otras seis, no dudaron en señalar a la procesada como la autora de los ataques. También reconocieron como suyas las joyas y otros objetos que se encontraron en el domicilio de la imputada.

Ante el delicado estado de salud de algunos testigos, la magistrada eximió de su deber de declarar a otras dos víctimas y al marido de una tercera --que impidió que la presunta asesina matara a su esposa abalanzándose sobre la agresora--. Sin embargo, se escuchará una cinta con su testimonio durante la presentación de las pruebas documentales.

Varios testigos que se encontraron con la procesada tampoco dudaron en reconocerla como la mujer que acompañaba a las víctimas, pese a los cambios físicos. "Está más delgada, con el pelo más largo, pero esos ojos son el alma. Lo siento, es ella", sentenció el vecino de una de las ancianas agredidas.

La tarde del 18 de junio de 2006, Rosa R., de 82 años, entró en el edificio donde vivía seguida de la acusada que se hizo pasar por la novia de un vecino y empezaron a hablar hasta que Remedios S.S., que llevaba una mano vendada, le pidió una tirita. "No debí habérsela dado", lamentó la anciana, ya que cuando entraron en el piso, la derribó y empezó a pegarla sin mediar palabra hasta que se desvaneció.

Entre las 22.15 y las 22.30 horas del 24 de junio, Remedios S.S. utilizó el mismo sistema para entrar en el inmueble de Pilar S., de 83 años. Haciéndose pasar por una vecina, la procesada le explicó que se había producido un escape de gas y que su piso era el único que no habían revisado, por lo que la anciana la dejó entrar.

Ya en el interior de la vivienda, Remedios S.S. le pidió ir al baño y cuando salió: "Llevaba una toalla y me la puso en el cuello. Puse la mano para defenderme pero no pude hacer nada y caí al suelo sin sentido", relató la anciana.

Montserrat F., de 85 años, explicó que sobre las 21.30 horas del 3 de julio, Remedios S.S. entró con ella en el inmueble donde vivía y subieron juntas en el ascensor. Eso, según la Fiscalía, permitió a la acusada averiguar donde vivía la anciana.

Instantes después, cuando ya estaba en casa, Montserrat F. abrió la puerta de su domicilio porque Remedios S.S. estaba llamando al timbre insistentemente. Ésta le explicó que llevaba un paquete --una bolsa blanca-- para una vecina, pero no se encontraba en casa, por lo que le pidió ir al baño y la anciana se sentó a esperar en el recibidor.

"No la vi pasar", se lamentó Montserrat F., quien despertó tumbada en medio del pasillo ensangrentada y con una toalla en el cuello que pudo aflojar antes de llamar a emergencias mediante un dispositivo de teleasistencia.

Sobre las 14.15 horas del 25 de julio, la procesada siguió a Alicia L., de 72 años, al interior del piso, donde se abalanzó sobre la mujer con un trapo, la derribó y empezó a asfixiarla. Sin embargo, no logró matarla porque apareció el marido de la víctima, Vicente S., quien se abalanzó sobre la agresora obligándola a huir.

Una tarde, en la plaza 11 de Setembre, la procesada se acercó a Isabel M.H., de 79 años, y empezaron a hablar de su trabajo como cocinera en un bar de la calle Balmes --cercano a una comisaría de Policía-- y de la herida que se había hecho. Aprovechando la distracción, Remedios S.S. supuestamente le robó un monedero con cinco euros, una estampa religiosa y un carné de la Asociación Virgen de Fátima.

EL RELATO DE FAMILIARES Y AMIGOS DE LAS FALLECIDAS.

Dolores C.D., amiga de la primera víctima, Josefa C.V., explicó que el 5 de junio estaba sentada con otra amiga en un banco cuando se les acercó Remedios S.S., quien les explicó que se había olvidado las llaves y que su hijo no regresaría hasta las 18 horas. Finalmente, Dolores C.D. la dejó entrar en casa y comieron juntas.

La Fiscalía sostiene que fue entonces cuando la acusada se apuntó la dirección de Josefa C.V., de 83 años, la primera víctima de Remedios S.S., ya que apareció asfixiada en su domicilio de Via Júlia. Dolores C.D. no dudo en identificar a la presunta asesina: "La tuve cuatro horas en casa", le recordó al abogado de la defensa.

El 30 de junio, Antonia C.C. entró en el domicilio de Adelaida, de 96 años, en la calle Villarroel, y descubrió que la anciana a la que cuidaba estaba en el suelo y llevaba "algo" en el cuello, por lo que llamó al 061, aunque los sanitarios no pudieron hacer nada porque había muerto dos días antes.

Durante el juicio, José S.R. explicó que el 3 de julio fue al piso de su hermana, Maria S., de 76 años, porque no contestaba al teléfono y un vecino --que tenía la llave para casos de emergencia-- le abrió la puerta. Al entrar, encontraron a la anciana tendida en el suelo y amordazada. "Corrí para ver si se había desamayado pero enseguida vi que estaba muerta".

Está previsto que el juicio continúe mañana con la declaración de varios agentes de los Mossos d'Esqudra, entre ellos el responsable de la investigación, así como los dos hijos de la procesada.

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