BARCELONA 27 Oct. (EUROPA PRESS) -
La primera teniente de alcalde de Sant Just Desvern (Barcelona), presidenta de un área de la Diputación de Barcelona y esposa del presidente de la Generalitat, José Montilla, reconoció hoy que para encontrarse con su marido deben cuadrar sus agendas.
En una conferencia organizada por el Grupo de Entidades Catalanas de la Familia, Hernández explicó que "lo que no está en la agenda no existe", con lo que deben programarse los horarios entre ella y su marido, que conforman una familia con cinco hijos, tres de los cuales son trillizos.
"SUFRIDORA DE LA CONCILIACIÓN"
"No soy una experta de la conciliación; soy una sufridora de la conciliación", declaró Hernández, quien explicó que conciliar "no es beneficiar a las personas y perjudicar a las empresas", sino un "cambio estructural, un nuevo modelo de convivencia, un cambio cultural".
Por ello, aseguró que este asunto debe abordarse "en serio" desde los poderes públicos y los agentes socioeconómicos. "Quiero ser útil en esta causa compleja que no se lucha de un día para otro. No es una causa personal, sino colectiva", explicó Hernández, quien añadió: "No he venido a dar ejemplo de nada. En mi caso aún es más difícil conciliar, y quizás no soy un buen ejemplo, pero lo intento, y cada vez intentaré ir un poco más allá".
"Defendemos los tres tiempos: la vida familiar, la laboral y la personal", aunque explicó que, finalmente, "el que se resiente es el personal". Añadió no tener ninguna "fórmula mágica" para lograr conciliar, aunque sí dijo que desde las responsabilidades que ejerce intenta "influir" para fomentar un cambio en los horarios.
"Intento no poner una reunión a las ocho de la tarde", expresó Hernández, quien lamentó que en las reuniones que se programan haya una hora de inicio pero no de finalización. "En una reunión, si hay una persona, en este caso una mujer, que se levanta porque la reunión dura demasiado y tiene que ir a buscar a sus hijos, la gente pensará que es poco responsable", mientras que, si es un hombre, dirán lo contrario, sostuvo.
"LA TEORÍA LA SABEMOS" PERO FALLA APLICARLA
"La teoría la sabemos, pero el defecto viene de los hombres", consideró. Para ella, las mujeres se organizan "mejor" porque aprovechan el mediodía y no están "dos horas para comer". Aseguró que prefiere comer rápido y "no trabajar tanto rato por la tarde".
Sobre las comidas de trabajo, dijo que deberían eliminarse porque se utiliza más tiempo del necesario y "son más algo protocolario y formal" que tiene pocos efectos en la práctica, dijo Hernández.
Explicó que en casa tienen "ayuda" en las tareas domésticas desde hace tiempo. Al preguntársele si su marido colabora en las tareas del hogar, dijo que lo había hecho "en muchísimas ocasiones", pero que ahora es más difícil ante las responsabilidades que tiene como presidente de la Generalitat.
"No tenemos fórmulas mágicas" en casa y la disponibilidad de su marido "es la que es" --dijo--, por lo que, cuando su marido puede estar en casa, intentan que se ocupe de "aspectos de más valor añadido" que en los trabajos "más mecánicos" del hogar. "Intentamos que pueda dar el mejor de sí mismo a las personas", explicó.
Al preguntársele si cocina el fin de semana, dijo que no le gusta cocinar, y que ella y su marido huyen de una "cocina complicada" en casa, y la prefieren "sana y básica". "Esto lo sabemos hacer tanto uno como otro", dijo Hernández, quien aseguró que a ambos les gusta la conversación y compartir con sus hijos buenos momentos.
ABOGA POR LA "CORRESPONSABILIDAD"
"Socialmente nos encontramos CON que la conciliación es un problema de mujeres" cuando es de "hombres y mujeres, del conjunto de la sociedad", y que se resuelve de "forma privada" en el seno familiar, dijo Hernández.
Por ello, afirmó que las políticas de conciliación no serán efectivas si no hay "otras políticas que tengan en cuenta la organización del tiempo y del espacio, tanto el público como el privado". Además, defendió la conciliación como "eje básico" de las políticas sociales.
Consideró que el tópico de que la conciliación sólo es problema de las mujeres debe "desterrarse", y que el objetivo debe ser lograr una "transformación cultural" y alcanzar así una "sociedad plenamente justa y equitativa".
Las soluciones, según Hernández, pasan por "la corresponsabilidad social" de hombres y mujeres, y por tomar medidas no sólo desde la administración, sino desde la sociedad civil, los agentes socioeconómicos y los sindicatos, para que también tengan en cuenta la "diversidad" de familias existente.
Hernández abogó por un "cambio de paradigma" y consideró que, a partir de sus experiencias, "las mujeres deben facilitar este cambio". Todo ello implicará no sólo cambios en la organización del trabajo y de la prestación de los servicios públicos por parte de la administración, sino que también tendrá efectos en otros ámbitos de la cotidianidad, como en la "planificación de los servicios y del territorio".
URBANISMO "AL SERVICIO DE LAS PERSONAS"
Prueba de su apuesta por este cambio social --explicó Hernández-- es que, como edil y diputada provincial especializada en cuestiones vinculadas al urbanismo, la movilidad, las infraestructuras y la vivienda, cree que todos estos ámbitos deben planificarse pensando "en las personas" y "al servicio" de éstas.
"Reivindico la función social" de las políticas territoriales, dijo Hernández, quien abogó por "repensar" el urbanismo y que hay que partir del "barrio" como instrumento planificador del territorio, por ser el eje vertebrador de la "convivencia".
Explicó que, en muchas ocasiones, ante las responsabilidades que tiene en el Ayuntamiento de Sant Just Desvern, en las empresas municipales que dirige y en la Diputación, tiene muchos actos previstos, por lo que trata de seleccionar a los que acude, especialmente en el fin de semana.
"Si no soy imprescindible, si mi aportación no está directamente ligada a mi área de trabajo, hay otros concejales u otras personas que pueden acudir", dijo Hernández, quien añadió: "Elijo siempre estar con la familia, pero en muchas ocasiones ello no es posible".