Los cuatro responsables de un geriátrico de Sant Quirze del Vallès acusados por estafa, falsedad documental y abandono durante la primera sesión del juicio en la Audiencia de Barcelona - EUROPA PRESS
BARCELONA, 5 Mar. (EUROPA PRESS) -
La que fue socia del grupo Galaxis SL., titular de la Residencia geriátrica San Lisart, ubicada en Sant Quirze del Vallès (Barcelona), de la que eran responsables 3 de los 4 enjuiciados en la Audiencia de Barcelona por la presunta mala atención a los residentes, ha asegurado que una de ellas, la que era la coordinadora, ordenó a las empleadas que aguaran la leche.
"Le echaban agua a la leche", ha expresado esta testigo --que se presenta como acusación particular-- sobre las cuidadoras que, según ella, seguían las órdenes de esta procesada.
Ha explicado que al volver de una baja en 2015 o 2016 a la residencia en la que ella trabajaba, en Terrassa, se encontró con "irregularidades" con las que no estaba de acuerdo, pero que ella solo fue testigo de los que pasaba en ese geriátrico en concreto --uno de los tres que gestionaba el grupo--, y que del ubicado en Sant Quirze del Vallès (Barcelona) solo tiene "referencias de los trabajadores".
"SIEMPRE FALTABAN" RACIONES
Sobre la alimentación, ha dicho que en este centro de Terrassa al principio tenían cocina propia pero que en 2012 o 2013 empezaron a tener servicio de cátering y que quien se encargó de hacer un contrato con la empresa cuyo administrador también está procesado, fueron dos de sus socios, --también acusados--, y que era el mismo que se servía en el centro de Sant Quirze.
La testigo ha asegurado que la comida llegaba en bandejas y que, aunque ponían los gramos, comenzó a pesar las raciones y "siempre faltaban"; también que el pan se reutilizaba de un día a otro.
Por todo ello, tuvo "encontronazos" con la coordinadora y finalmente decidió denunciar ante la Generalitat.
SE ENFRENTAN A 47 AÑOS
La Fiscalía los acusa de un delito continuado de estafa en concurso ideal con un delito continuado de falsedad en documento mercantil y de 21 delitos contra la integridad moral en concurso de normas con un delito de abandono por omisión, por lo que pide penas de 5 a 47 años de cárcel.
Acusa a dos de ellos --uno como administrador de una empresa de cátering y la otra como administradora de la residencia de Sant Quirze-- de manipular los albaranes de entrega y las facturas emitidas para repartir entre los usuarios 6 menús de menos, "siendo los alimentos servidos notoriamente escasos y carentes de los nutrientes necesarios por día", lo que provocó la desnutrición de algunos ancianos, según su escrito de acusación.
A los otros dos, al director y responsable higiénico-sanitario y a la encargada y supervisora del funcionamiento de la residencia, los acusa de una "intolerable dejación de sus funciones" por la malnutrición y mala higiene de los usuarios.
Considera que atentaron contra "su dignidad como seres humanos y con menosprecio absoluto a su edad y patologías", que no se ocuparon de su higiene ni de proporcionarles útiles de aseo, y que los tenían en un estado de extrema precariedad y suciedad.