La Generalitat identifica 179 fosas comunes de la Guerra Civil y 2.171 desaparecidos

Actualizado: viernes, 4 abril 2008 17:50

En pocos meses exhumará una fosa de Gurb (Barcelona) para una prueba piloto antes de aprobarse la Ley de Fosas

BARCELONA, 4 Abr. (EUROPA PRESS) -

La Generalitat de Catalunya ha identificado 179 fosas comunes de la Guerra Civil tras cinco años de investigación de la Dirección General de Memoria Democrática. Además, tiene registrados 2.171 desaparecidos, cuyos cuerpos se buscan en algunas de estas fosas u otras.

Según explicó hoy en rueda de prensa el conseller de Interior, Relaciones Institucionales y Participación, Joan Saura, 88 de estas fosas están certificadas por documentación diversa, mientras que del resto (91) sólo se tienen referencias orales e historiográficas, pero no están documentadas.

Buena parte de las fosas están muy cerca del frente de batalla estabilizado durante muchos meses de 1938 desde el Pirineo hasta el Delta del Ebro en paralelo al límite entre Catalunya y Aragón siguiendo el curso de los ríos Noguera Pallaresa, Segre y Ebro.

En este frente, hay una concentración todavía mayor en los llamados 'cabeza de puente' de Tremp, Balaguer, Lleida y la Ribera d'Ebre.

También hay cierta concentración en la zona de Tarragona que se utilizó como retaguardia republicana durante la Batalla del Ebro y a lo largo del curso del río Llobregat y de la carretera N-II entre Lleida, Barcelona y la frontera francesa.

Aunque, el mapa no se da por cerrado, según las investigaciones, decenas de otras fosas son ilocalizables y otras han desaparecido porque ya se exhumaron los cadáveres. 92 de ellas están en cementerios.

La zona de Lleida cuenta con 64 fosas, ya que el frente estuvo muchos meses allí. En las Terres de l'Ebre sólo se han identificado diez fosas, aunque se considera que en la comarca de la Terra Alta se realizaron muchos entierros individuales y colectivos en agujeros de trincheras y bombas, sobre todo en las zonas de la Serra de Cavalls y la de Pàndols, así como alrededor de la Fatarella.

El estudio de la Generalitat diferencia cinco tipos de fosas. La mayoría son de soldados anónimos muertos en el frente o de soldados republicanos retirándose hacia Francia. Buena parte están dentro de cementerios.

También se han encontrado fosas en grandes edificios como escuelas, balnearios o conventos utilizados como hospitales militares. Los muertos en estos hospitales se solían enterrar en el cementerio de la localidad o en una fosa cercana al edificio. Se conserva poca documentación de estos casos.

El tercer tipo, muy minoritario, son las fosas de civiles represaliados por el franquismo, ubicadas principalmente en el Pallars Sobirà y la Catalunya central. En Catalunya hay pocas fosas porque cuando el ejército franquista llegó ya tenía controlado su propio sistema represivo y la mayoría de acusados fueron juzgados en consejos de guerra.

Tampoco se han encontrado muchas fosas de los llamados "incontrolados" republicanos, que, bajo las siglas de un partido o sindicato, mataron a rivales entre julio de 1936 y mayo de 1937. La mayoría fueron descubiertas y exhumadas por la propia Generalitat republicana a través de las actuaciones del juez Bertran de Quintana y por el régimen franquista.

El último tipo son las fosas creadas en los seis campos de trabajo republicanos que hubo en Catalunya. Los presos que morían los enterraban en fosas comunes en el mismo campo.

También hay que investigar las fosas existentes en las cuatro capitales de provincia con muertos por las represiones republicana o franquista, enfermedades o bombardeos.

DESAPARECIDOS.

La Conselleria de Interior, Relaciones Institucionales y Participación, ha elaborado el censo de desaparecidos, que actualmente cuenta con 2.171, reclamados por sus familias. La mayoría eran soldados republicanos muertos en el frente.

En 303 casos se ha encontrado documentación sobre los últimos días de los fallecidos y ésta se ha entregado a las familias. En 72 casos, se han podido determinar las circunstancias exactas de la muerte y donde esta enterrado el cuerpo. No obstante, más de 1.800 expedientes siguen abiertos.

Debido a que Catalunya es la única comunidad autónoma que ofrece este servicio, 352 familias del resto de España han solicitado información de desaparecidos en Catalunya.

La investigación de cada caso suele durar más de un año, ya que hay que repasar padrones, certificados de nacimiento, el Archivo de Salamanca o listados de quintas.

OBLIGACIÓN MORAL.

Saura justificó este mapa por el mandato político del artículo 54 del Estatut y de una moción aprobada en marzo de 2003 por unanimidad en el Parlament. Pero también dijo que es una obligación "moral y ética" con los desaparecidos para que sus familiares tengan "el derecho" a conocer su paradero y se dignifiquen las fosas.

Como ejemplo de ello, el conseller anunció que su departamento exhumará una fosa en Gurb (Barcelona), donde yacen cuatro soldados republicanos de Gavà (Barcelona) muertos el 1 de febrero de 1939.

Después de que los familiares lo reclamaran desde 2003, los ayuntamientos de las dos localidades lo pidieron a la Generalitat. Ahora, la Conselleria firmará un convenio con ambos consistorios, así como la Universitat Autònoma de Barcelona (UAB) y la de Barcelona (UB), el Instituto de Medicina Legal de Catalunya y la Asociación para la Recuperación de la Memoria Histórica.

La exhumación de esta fosa supondrá una prueba piloto que podría condicionar el redactado de la futura Ley de Fosas, ya en trámite parlamentario.

Gabriel Ivern, Antonio Olivella, José Roig y Juan Soler acudieron junto a dos compañeros de Gavà a la comarca de Osona para defender uno de los últimos frentes republicanos en otoño de 1938. En enero, cuatro de ellos murieron por el impacto de un proyectil de mortero y fueron enterrados en la Masía de Can Cadet.

Los dos supervivientes lo explicaron a los familiares, que desde entonces han acudido regularmente a poner flores en la lápida de la fosa. El propietario del terreno recogió varios objetos de los muertos que entregó a sus parientes.

Esta exhumación es la tercera que se realizará después de las del Mas Puigvistós, en Prats de Lluçanès (Barcelona), y el Coll de Can Massana, cerca de Montserrat (Barcelona).