TORTOSA (TARRAGONA), 8 (EUROPA PRESS)
La primera vegueria que se constituirá cuando entre en vigor la futura división territorial de Catalunya que suplirá a las actuales provincias será la de las Terres de l'Ebre, y su capital será Tortosa, según confirmó hoy el conseller de Gobernación y Administraciones Públicas de la Generalitat, Jordi Ausàs.
En una conferencia desde Tortosa, Ausàs expresó hoy su "compromiso como consejero de Gobernación" al respecto, y dijo que la iniciativa se enmarca en la nueva organización territorial "propia" de Catalunya, que aunque parece algo "lejano", entrará en vigor en el año 2011.
Ausàs defendió la futura vegueria de las Terres de l'Ebre, por la "singularidad evidente" que tiene esta parte de Catalunya. Una institución que, además, permitirá contribuir al "equilibrio territorial, reducir desigualdades y promover la cohesión tanto territorial como social". "Con el reconocimiento del Ebre apostamos, también, por una forma de entender el país no radial, que entiende Catalunya como un país multipolar", añadió.
Ausàs emplazó a los asistentes a la conferencia, "fuerzas vivas del Ebre", a "confiar" en las instituciones catalanas, e hizo un llamamiento a la unidad, asegurando: "Que nadie pueda decir que esto de las vegueries es una ocurrencia de un gobierno o de un partido político".
CAPITALIDAD: "DEBATE POBRE Y ESTÉRIL".
Sobre la capitalidad de la vegueria del Ebre, Ausàs indicó: "Reconozco que este puede ser un debate territorial encendido, pero sin ánimo de ofender a nadie, es en estos momentos, un debate pobre y estéril".
"El debate de la capitalidad se tiene que enmarcar y se le tiene que dar la importancia relativa" que tiene el asunto, consideró Ausàs, quien indicó que la Generalitat ubicó su delegación territorial en las Terres del Ebre en Tortosa (Baix Ebre), pero al mismo tiempo, tendrá que reconocer "con hechos" los elementos de capitalidad de las capitales de las cuatro comarcas de la futura demarcación, que son Móra la Nova (Ribera d'Ebre), Amposta (Montsià) y Gandesa (Terra Alta).
Para Ausàs, el debate no pasa por "dibujar mapas" y poner nombres, sino por diseñar unas instituciones "adecuadas" a la realidad territorial catalana, y al mismo tiempo ofrecer prestaciones públicas de calidad, con eficacia y transparencia.
ORGANIZACIÓN DE LAS VEGUERIES.
Ausàs recordó que el objetivo del Govern es que la futura ley que establecerá la organización territorial en vegueries es que estas nuevas administraciones supramunicipales cuenten con un Consell formado por distintos miembros elegidos de forma indirecta, "como ahora sucede con las diputaciones, sobre la base de una asamblea comarcal de ediles municipales".
Las vegueries entrarán en vigor en 2011, reemplazarán las actuales diputaciones provinciales --lo que requiere un acuerdo con el Estado-- y además, obligarán a redefinir a las comarcas. Sobre estas últimas, Ausàs dijo que los consejos comarcales "pueden perder su componente político, pero su potencial va más allá de una naturaleza meramente institucional propia de mancomunidades y consorcios".
Por ello, la nueva caracterización de la comarca "quizás convierte el consejo comarcal en un ente más modesto desde el punto de vista de su definición legal, pero en realidad puede convertirse en un ente de importancia fundamental, si se consigue que sea vertebrador de las necesidades del conjunto de pequeños y medianos municipios".
LA "MADRE DEL CORDERO".
Ausàs apreció que, en el debate sobre la nueva organización territorial de Catalunya, la "madre del cordero" es la futura Ley de gobiernos locales de Catalunya, que desarrollará la competencia en administración local que atorga el nuevo Estatut a la Generalitat.
Ello significará "configurar un sistema de gobierno local adaptado a las exigencias de una democracia local avanzada" y con un "cambio de paradigma en su financiación", algo que irá acompañado con una nueva Ley de finanzas locales que aprobará el Parlament.
El conseller republicano recordó que, en esta materia, la legislación estatal ha sido "invasiva", lo que ha dificultado a la Generalitat introducir un modelo propio para Catalunya, que se adecue a la especificidad que tienen los entes locales catalanes.