MADRID, 1 Sep. (CHANCE) -
Después del relax y la desconexión de las vacaciones de verano, toca afrontar la vuelta a la rutina, las responsabilidades laborales, el inicio del colegio etc... Para una gran parte de las personas este cambio supone todo un reto y a menudo está ligado a la aparición de un malestar físico y emocional, síntoma de que padecemos el conocido síndrome posvacacional.
En concreto, el 71% de los españoles afirma que alguna vez se han visto afectados por este síndrome, según una encuesta de entulínea de Weight Watchers . Un trastorno que es habitual tras un período de vacaciones, en el cual los horarios son mucho más flexibles, tenemos menos responsabilidades y dedicamos más tiempo a hacer aquello que nos gusta. Eva Campos Navarro, coach y colaboradora de entulínea, explica: "Lo normal es que nos podamos sentir tan aturdidos por la vuelta a nuestro día a día que las pequeñas cosas nos superen y aquí empieza el primer "peligro": que nos olvidemos de nosotros mismos y de cuidarnos".
De hecho, una de las consecuencias más comunes del síndrome posvacacional es la alteración de nuestra relación con la comida. En este sentido, la coach y colaboradora de entulínea destaca: "Escoger la mejor alimentación, aquella que nos cuida, es fundamental. Sin embargo, ante situaciones de estrés, muchas personas utilizan la comida como consuelo o premio, o bien, comen para calmar los nervios".
Para combatir el síndrome posvacacional y evitar este tipo de comportamientos, Campos Navarro aconseja retomar o adquirir unos hábitos de vida saludables: "Es muy importante ser consciente de que una vida saludable, adaptada a nosotros, nuestras circunstancias y modo de vida, no sólo nos ayudará a superar la vuelta de las vacaciones mucho mejor, sin el estrés asociado a esta situación, sino a vivir la vida desde esa actitud de cuidado y, por tanto, a sentirnos bien".
De esta forma, en CHANCE y con la ayuda de entulínea de Weight Watchers te recomendamos estas cinco pautas para hacer frente al temido síndrome posvacacional:
1. TENER UN PENSAMIENTO AMABLE
Parte del estrés posvacacional es fruto de pensamientos negativos sobre nosotros mismos y nuestro comportamiento: "me he pasado comiendo estas vacaciones", "he engordado más de tres kilos" etc... Para evitar esta negatividad hay que adoptar un pensamiento amable. Esto significa, según Campos Navarro, pensar sobre nosotros mismos con respeto, anteponer los pensamientos que nos cuidan, aceptar que no somos perfectos y no castigarnos por ello. Así, podremos aceptar nuestras responsabilidades de forma serena y actuar en consecuencia.
2. IDENTIFICAR CÓMO NOS RELACIONAMOS CON LA COMIDA
El estrés y el desánimo propios del síndrome posvacacional suelen conllevar una relación poco saludable con la comida. Así pues, muchas personas recurren a la comida para sentirse mejor ante la vuelta a la rutina, ya sea para calmar los nervios o como consuelo. Un primer paso es identificar este tipo de comportamientos y adoptar nuevas actitudes que nos ayuden a cambiarlos. Por ejemplo, si comemos para calmar los nervios, se recomienda realizar actividades que nos relajen, como andar o leer un buen libro. Si de lo contrario, usamos la comida como premio ante situaciones de estrés, hay que pensar cómo organizarse para que el cambio nos impacte lo menos posible, buscar las cosas positivas de la jornada y, sobre todo, no exigirse demasiado los primeros días.
3. ADQUIRIR HÁBITOS DE VIDA SALUDABLE
Después de las vacaciones es importante retomar o adquirir unos hábitos de vida saludable que combinen una alimentación variada y equilibrada, la práctica de ejercicio y el bienestar personal. Estos hábitos incluyen dormir 8 horas diarias, consumir alimentos ricos en vitaminas para combatir el agotamiento, planificar las comidas o realizar 30 minutos de actividad física al día.
4.APLICAR LOS CAMBIOS DE FORMA PROGRESIVA
Para que la vuelta a la rutina no sea tan brusca y el cuerpo sufra menos, debemos retomar nuestros hábitos de forma progresiva. Por ejemplo, podemos empezar cambiando nuestra alimentación escogiendo un método que nos permita personalizar lo que comemos y aplicarlo de forma gradual. Para la actividad física podemos empezar con 15 minutos de ejercicio al día y, con el tiempo, marcarnos nuevos retos.
5. COMPARTIR LA SITUACIÓN CON OTRAS PERSONAS
A veces creemos que somos las únicas personas que vivimos una circunstancia determinada, pero nada más lejos de la realidad. Es aconsejable compartir cómo nos sentimos con otras personas que se encuentran en la misma situación. Esto nos ayudará a no sentirnos solos, a conseguir motivación cuando lo necesitamos, a desahogarnos y a aprender de los demás nuevas estrategias, para que el síndrome posvacacional nos afecte lo menos posible.