Claves para maridar la Torta del Casar con los mejores vinos esta Navidad

Claves para maridar la Torta del Casar con los mejores vinos esta Navidad
Claves para maridar la Torta del Casar con los mejores vinos esta Navidad- CEDIDA POR LA TORTA DEL CASAR

Europa Press Chance
Actualizado: viernes, 19 diciembre 2025 10:04

   MADRID, 19 Dic. (CHANCE) -

   La Torta del Casar, queso extremeño con Denominación de Origen Protegida, es uno de es alimentos que no puede faltar en las mesas navideñas y para degustarlo no hay mejor compañía que un buen vino, pero... ¿cuáles son las claves para maridar el queso amparado y triunfar?

   Para conocerlas, el director del Consejo Regulador de la Denominación de Origen Protegida (DOP) Torta del Casar, Javier Muñoz, señala que José Luis Paniagua, Mejor Sumiller de España 2025, es la persona más indicada para hablar de la Torta del Casar y de vinos. Este dirige una de las bodegas más reconocidas del mundo, la del restaurante Atrio, con tres estrellas Michelín, donde ofrece y presenta a los comensales el maridaje más oportuno para cada elaboración.

   "Lo más común es combinar este queso con vinos de Jerez o espumosos como el cavaS. obre todo, en el caso de estos últimos, cuando tienen un poco más de edad, cinco o diez años, porque la burbuja es más frágil y el vino ha desarrollado más el aroma de la levadura, un aroma que recuerda al pan brioche. Es en ese punto cuando mejor marida con el sabor intenso de la Torta del Casar", indica el sumiller.

   Sin embargo, Paniagua incide en el carácter "versátil" del queso amparado, y explica que éste se puede combinar con otras opciones no tan convencionales. En este sentido, considera que "se trata de un producto que se puede degustar en muchos momentos a lo largo del día y del menú, y para cada uno de ellos se acompañaría con un tipo de vino distinto".

   Para aquellos que quieran servir la Torta del Casar a modo de entrante en las cenas y comidas navideñas, una de las formas más comunes de consumirla, el cacereño recomienda optar por "un vino blanco seco, amargo en nariz, con un sabor ácido, elaborado, por ejemplo, con una variedad de uva como la Viura, y que tenga un poco de crianza en barrica. Esto le va a dar volumen y estructura, y le aporta unos matices de frutos secos, de nuez y de almendra, que maridan de maravilla con este producto". Además, Paniagua afirma que el "toque ácido" de estos vinos "limpia el paladar y contrarresta el aroma del queso".

   En cambio, hay quien prefiere servir la Torta del Casar después de los platos principales, a modo de broche final del menú. En estos casos, el director de la bodega de Atrio aconseja decantarse por "un perfil de la variedad moscatel, en especial aquellos que provienen de la zona de la Axarquía de Málaga". "Estos son dulces, con matices de higos, albaricoques, fruta escarchada y mermelada, unas notas frutales que contrastan con la untuosidad del queso y realzan su fuerza y sabor", añade. Asimismo, el sumiller sugiere servir estos vinos fríos, para que los comensales concluyan la cena con un gusto final "muy refrescante".

    Pero más allá de las tradicionales cenas de Navidad, durante las fiestas son recurrentes las reuniones informales entre familiares y amigos para disfrutar de un encuentro distendido acompañado de una atractiva combinación de comida y bebida. Para estas ocasiones, Paniagua propone sorprender a los invitados con un aperitivo de Torta del Casar, "por sí sola o combinada con otros alimentos en una tapa", maridada con un vino de uva Gewürztraminer, típicos de la región de Alsacia.

   Según indica el experto, "estos son vinos florales, frescos y aromáticos, pero mantienen muy buena acidez. Combinan bastante bien con el del queso, ya que, al beberlos, en un primer trago, presentan unas notas ácidas, pero al tragar deja un retrogusto seco, pero aromático. De esta manera, al consumirlos con la Torta del Casar, su sabor primero contrasta y después complementa al del queso, dejando así un paso en boca muy equilibrado".

   Hay que recordar que la Torta del Casar es un queso con una textura cremosa, aromas lácticos y vegetales, y un sabor intenso, no muy salado y con un toque de amargor que, aunque está presente por el uso del cardo como cuajo vegetal, no resulta excesivo. Se trata de "un queso con mucha personalidad, muy reconocido y que no deja a nadie indiferente", así que para maridarlo necesitamos vinos que compartan de alguna manera estas características "que sean rotundos, históricos y con presencia", concluye el sumiller.

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