MADRID 9 Jun. (EUROPA PRESS - Sandra del Caño Morales) -
La celebrity con más curvas de la televisión estadounidense ha sido la última en sucumbir a los encantos del ya mundialmente conocido diseño de Gucci. Tras los pasos de la súper sexy periodista española y de la elegante hija de Carlota de Mónaco, la empresaria se ha enfundado en el modelo bicolor, en naranja y morado, satinado que se ha convertido en la nueva prenda estrella del verano, imprescindible en cualquier armario.
Tres mujeres, tres citas y tres estilos muy diferentes, pero un mismo conjunto. La primera en lucirlo fue Sara Carbonero, quien en la gala de los 'TP de Oro' decidió combinar una falda naranja entallada con top morado mate, presumiendo de escote, y anudando al máximo, para marcar su figura, el cinturón de pitón dorado.
La novia de Iker Casillas completó su outfit con sandalias de piel malva con detalles metálicos. Sin embargo, no fue la única en vestirse con el espectacular diseño de Gucci, Carlota Casiraghi rápidamente se hizo con el tan aclamado diseño para acudir a la 54 edición de la Bienal de Venecia.
Sin embargo, la de Mónaco se desmarcó de la periodista y la empresaria dejando su cinturón un poco más largo y escogiendo sandalias doradas, clutch negro y un sencillo recogido con el pelo hacia atrás. Aunque su falta de escote y su extrema delgadez no acaban de congeniar con el atuendo de Gucci.
Todo lo contrario de lo que le ocurrió a Kim Kardashian, la última en unirse a la tendencia flúor. Ella optó por ajustarse demasiado el cinturón marcando sus curvas hasta el extremo y dando sensación de estar embutida. Además, al igual que Carlota, ambas dejaron parte de su tripa al aire, algo que Carbonero desestimó y prefirió ir más tapada.
La celebrity estadounidense combinó el conjunto bicolor como la periodista española, con melena suelta y unas sandalias idénticas a las de Sara, pero en aguamarina. Y es que no estamos hablando de cualquier look. Precisamente este no es asequible para todos los bolsillos.
Solo el vestido cuesta en torno a los 1.700 euros, a lo que hay que sumar el cinturón de 790 y, en el caso de la periodista y de Kim, las sandalias que ascienden a unos 600 euros.