'Dark Souls': la muerte es habitual... pero no el final

Dark Souls
NAMCO BANDAI
Actualizado: miércoles, 30 noviembre 2011 14:30

MADRID, 30 Nov. (Ángel Llamas/Portaltic) -

Cuando uno se compra un videojuego lo hace con la lógica intención de jugar con él, pero todos los que hemos puesto el disco en la consola pensando que vamos a jugar con Dark Souls estamos muy equivocados. Es Dark Souls el que va a jugar con nosotros. Nos encontramos con uno de los videojuegos más atípicos que han pasado por mis manos. Encontrarás muchas opiniones que dirán que es un juego muy difícil, pero en realidad más que difícil es un juego peculiar.

Lo mejor:

- La ambientación roza un grado de excelencia cercano a la perfección.

- Aporta una personalidad que no es común ver en videojuegos.

- Lograr avanzar es casi una cuestión de superación personal.

- La dificultad de este juego es directamente proporcional al grado de satisfacción por la superación del mismo.

Lo peor:

- Aunque la ambientación es perfecta, los gráficos son mejorables.

- La sensación de desamparo y soledad que nos provoca en muchos momentos.

- La dificultad de su sistema de juego hará desistir a los jugadores menos expertos.

Estamos ante la nueva producción de los autores de de Demon's Souls, un juego que en principio estaba pensado ser lanzado únicamente en su país natal, Japón, pero que debido a la fuerte demanda de importación acabó traspasando fronteras convirtiéndose en una de las mejores exclusivas que ha pasado por Playstation 3.

Y no se quedó en eso, aquella primera parte se convirtió de inmediato en un juego de culto con una legión de fans que lo ensalzaron hasta llevarlo al olimpo de los videojuegos. Aunque no llegó a ser un gran éxito de ventas fuera de las fronteras niponas, sí que consiguió una base suficiente de seguidores como para que su continuación tuviese asegurado el ser vendido en tierras occidentales. Y no ha defraudado.

Las primeras veces que juegues a Dark Souls vas a acabar desquiciado. Hay pocos títulos en el mercado que lo superen en dificultad. De hecho, habría que remontarse a los tiempos del mítico Livingstone Supongo para encontrar un juego que te plantee retos más complicados. El alto grado de dificultad hace que el estado de tensión en el que nos vamos a encontrar a cada paso que demos en el juego sea máximo.

Nos hará pensarnos cada acción a realizar, cada decisión a tomar y nos hará ser conscientes de que muy seguramente estemos cometiendo un error fatal. Porque la mecánica del juego está basada de una manera meridianamente clara en el ensayo y error. Morir es la única forma de aprender, y aprender es la única manera de progresar. Si no fuera tan radical, casi podría ser una lección de vida.

Aquellos que tengan la paciencia como para jugar a Dark Souls más allá de las cinco primeras horas verán recompensada su perseverancia con sensaciones que muy pocos juegos están en disposición de ofrecer. En una época donde los videojuegos han dejado de convertirse en una distracción de unos pocos marginados a los que el resto de niños apuntan con el dedo, para pasar a ser un elemento de diversión masivo, se agradece que un título fiel a la vieja escuela les enseñe a esa horda de nuevos jugadores lo difícil que resultaba hace unos años conseguir ver los títulos de crédito.

Dark Souls es un juego de rol de acción, o action RPG si prefieres llamarlo así. Una vez que elegimos nuestro personaje tendremos que configurarlo a nuestro gusto eligiendo no sólo su aspecto físico y su clase, si no también distribuyendo una serie de atributos que definirán nuestra forma de enfrentarnos al mundo de las almas oscuras. Es la hora de elegir lo que nuestro personaje será durante el resto de su vida. O mejor dicho, de sus vidas. Elegir entre un mago, un guerrero y otras muchas combinaciones van a definir lo que seremos, como viviremos y sobre todo cuantas veces moriremos.

La aventura en sí se trata de avanzar por laberintos poblados de criaturas cuya única misión en su e será acabar con la nuestra. Y matarlos además no sirve de mucho, porque la próxima vez que muramos, que posiblemente será al doblar la siguiente esquina, esas criaturas revivirán igual que lo hacemos nosotros. Es un sistema justo, si tu resucitas ellos también, y es una de las claves que hacen que el juego sea tan complicado de superar. Una de las genialidades del diseño de Dark Souls es el hecho de que el todo el mapeado del juego es continuo, sin cargas, ni cortes.

Decíamos en la introducción que más que un juego difícil se trata de un juego peculiar, y explico por qué. Si bien salvo los jefes finales, el resto de monstruos son superables cuando adquieras un cierto nivel de habilidad, pero eso no quiere decir que, tal y como pasa en los juegos de rol tradicionales, te vayas a ir encontrando monstruos más fuertes a medida que vayas avanzando en el juego. Eso no pasa en Dark Souls, salvo en contadas excepciones.

En Dark Souls los enemigos están ahí desde el principio, conviviendo en un mundo al que le da lo mismo si tú estás allí o no. Ese mundo existía antes de que tu llegaras y lo seguirá haciendo cuando te vayas. Es por eso que decía que es un juego peculiar, porque ataca donde más daño puede hacernos. En nuestra confianza en nosotros mismos. Seguramente las primeras veces que salgamos a luchar lo haremos con la seguridad de que un par de espadazos bastarán para acabar con los primeros enemigos.

Estamos acostumbrados a que una espada, un escudo y una armadura sean suficientes para sobrevivir durante horas, mientras adquirimos fuerza y habilidades nuevas para superar los retos siguientes. Ya te adelanto que si sales con esa intención, te vas a llevar una desagradable sorpresa. Si bien es posible que los primeros monstruos que te cruces no sean muy fuertes, es igual de posible que al doblar la siguiente esquina te encuentres con uno imposible de superar, literalmente. Si eso te pasa, es que posiblemente has elegido el camino incorrecto.

Como te decía, no esperes enemigos acordes a tu nivel de fuerza. Te vas a encontrar de todo durante toda la aventura, y serán tus decisiones las que te lleven al fracaso, y de vez en cuando al éxito. Pero precisamente esto, el hecho de que no triunfemos a menudo es lo que nos da esa tremenda sensación de victoria que en los juegos actuales tan a menudo se nos niega.

CONCLUSIÓN.

Dark Souls no va a ser un juego de masas, y tampoco lo ha pretendido nunca, pero su innegable calidad y el peculiar sistema de juego, con ese sabor a la vieja usanza, lo convierten en un referente en su género y en un clásico al instante. Si te gusta el rol, que superar un reto se convierta en algo personal y no te asusta morir unas cuantas veces antes de encontrar el camino correcto, Dark Souls merece que le des una oportunidad.

NOTAS.

Gráficos: Aunque no son gráficos que quiten el hipo, sí que tienen calidad de sobra como para crear una ambientación tan buena como necesaria. Algunos escenarios pecan de quedar bastante vacíos, pero todo se compensa con una atmósfera que te hará creer que estás donde te dicen que estás. 8.

Sonido: Una banda sonora notable y unos efectos sonoros más que correctos contribuyen con creces a mejorar la ambientación, lo que para un juego de estas características es suficiente. 8.

Diversión: Si tienes la suficiente perseverancia, vas a disfrutar mucho con éste título. El ensayo y error son claves en un juego donde el afán de superación es clave para poder disfrutar de él. Si prefieres un juego fácil que te diga por donde tienes que ir, gasta tu dinero en otra cosa. 9.

Total: Pocos juegos han sabido transmitir esa sensación de triunfo al superar un simple jefe de escenario. Dark Souls ya es un juego de culto, lo que quiere decir que no todo el mundo disfrutará con él, pero aquellos que sepan apreciar sus virtudes lo harán. Y con creces. 9.

Editado por Namco Bandai, Dark Souls ya está a la venta con un PEGI 16 a un precio recomendado de 65,95 euros para Xbox 360 y PlayStation 3.