LOS ÁNGELES 17 Ago. (EUROPA PRESS) -
A juzgar por el aspecto que presenta en su último estreno 'Cómo acabar con tu jefe', junto a Jennifer Aniston, Kevin Spacey o Jason Bateman, no parece que Colin Farrell sea un cachas de gimnasio, más bien todo lo contrario. Sin embargo, fuera de la gran pantalla, el actor es un asiduo a las pesas y los abdominales.
Colin ha confesado que su afición a acudir al gimnasio se ha convertido en toda una obsesión desde que renunció a su anterior estilo de vida que incluía fiesta hoy y mañana también.
"Me gusta el gimnasio. Encuentro paz allí, lo cual es rarísimo. Nunca pensé que sería así. Antes hacer ejercicio para mí era levantar una cerveza. Pero las cosas han cambiado", confesaba el actor en una entrevista al periódico 'USA Today'.
La vida del actor cambió gracias a sus dos hijos: James, de siete años y que padece el Síndrome de Angelman -una enfermedad neuro-genética que entre otras cosas limita la capacidad del habla-, y Henry, de casi dos años.
Colin admite que sus hijos le han ayudado a centrarse en su vida y en hacerle encontrar un punto intermedio entre el trabajo y la familia.
"Ahora estoy muy seguro de por qué voy a trabajar. Ahora entiendo y valoro estar alejado de los míos. Con dos hijos tengo que valorar echar de menos a la gente que hay en mi vida, valorar estar lejos de mis hijos", dijo el actor.
"Me pasé siete años trabajando y volviendo y así sucesivamente. Eso se convirtió en mi vida. Ahora no es así. Ahora tengo más equilibrio y sé elegir correctamente", explicó Colin.