Tener un jardín con el que olvidar el estrés de la vida diaria es el sueño de muchos aunque, en más de una ocasión, han visto como sus ilusiones se han quedado en eso, meras ilusiones, por miedo a que poner un poco de verde en su vida tuviera consecuencias serias para el bolsillo. A continuación te ofrecemos una serie de ideas para que descubras que puedes tener tu propio jardín sin tener que gastar mucho dinero.
Compostaje doméstico
Este sistema permite descomponer la materia orgánica resultante de los deshechos que se producen en casa.Para apostar por él es necesario hacerse con una compostera, que funciona igual que un cubo de la basura pero instalado en el jardín. Eso sí, no todo tiene cabida en ella. No son recomendables los deshechos de carne, pescados o productos lácteos o los que contengan levaduras o grasas. Tampoco deberás depositar en ella excrementos de perros y gatos, aunque sí de de aves, ni filtros de cigarrillos ni los restos capturados por la aspiradora.
Lo que sí es especialmente indicado para la compostera son las hojas frescas, los restos de la siega de césped, el estiércol de animales de corral, las malezas, los pedazos de frutas y verduras, las bolsas de té, los posos de café, las flores viejas, las plantas de maceta, las ramas podadas, las cáscaras de huevos y de frutos secos, los huesos de frutos o papeles de periódicos, jamás de revistas ilustradas y siempre que no sea en grandes cantidades.
El jardín en otoño
La jardinería también tiene su periodo de ofertas así que aprovecha que los precios de las plantas bajan al final de la temporada: el otoño es una buena época para adquirir todo lo que necesites porque puedes encontrar los productos hasta a la mitad de su precio original. Además el otoño es una época ideal para sembrar. A principios de esta estación puedes sembrar el césped y reparar las zonas dañadas de tu jardín.
Especies autóctonas
Los jardineros recomiendan que optes por plantas autóctonas de la zona en la que residas si lo que quieres es ahorrar ya que suelen ser más económicas y se adaptarán mejor a las condiciones de tu jardín.
Si no crees que vas a tener el suficiente tiempo para hacer frente a los cuidados que requieren las plantas decántate por especies florales que no requieran demasiada agua, como por ejemplo las mediterráneas, entre las que se encuentran las begonias, los lirios y los geranios. Haz lo mismo con los arbustos. Una de las matas más habituales es la buganvilla.
Hazlo tú mismo
¿Por qué no te atreves a plantar tú mismo? Esta opción supondrá un importe ahorro para tu bolsillo, más que si recurres a un vivero para que ponga en marcha tu jardín. Otro consejo para ahorrar es sembrar las semillas ya que resulta más económico que adquirir plantas ya adquiridas.
Para economizar también puedes pedir ayuda a amigos y vecinos: seguro que si les pides que te regalen un esqueje de alguna de sus plantas podrás obtener frutos sin problemas y sin que te cueste un euro.
Tipos de maceta
Si quieres sacar la máxima rentabilidad a tu jardín también tendrás que elegir la maceta más adecuada. No olvides que el tamaño del recipiente debe ser proporcional al volumen de la planta. Los más aconsejables por su durabilidad son los tiestos de plástico, que además son los más económicos pero presentan la desventaja de que se decoloran con el sol.
Quizás las macetas más bonitas son las de terracota aunque suelen ser las más caras y se rompen cuando las temperaturas son muy bajas, mientras que las de barro son recomendables para plantas que no necesitan riego, aunque son muy frágiles.