MADRID, 5 May. (Carlos Hergueta/Portaltic) -
El café en cápsula se está convirtiendo en norma entre los consumidores. Cada vez más gente se anima a meter una de estas cafeteras en su hogar porque son cómodas y limpias, aunque más caras que las de toda la vida. Su popularización recuerda a los reproductores mp3; y el caso de las Nespresso de Nestlé, al de los iPods de Apple.
Hace aproximadamente 10 años, el mercado de los reproductores mp3 bullía. Por aquél entonces, Apple presentaba su ahora casi universal iPod (2001), aunque había otras muchas opciones, más baratas. A priori, ofrecían lo mismo pero no era así exactamente.
El diseño y la usabilidad del iPod comenzó a hacerse famoso y a pesar de que cada vez más y más empresas lanzaban sus mp3, empezaba a despuntar un ganador. La familia ha ido creciendo e incluso ha nacido uno capaz de reproducir juegos y películas, el iPod Touch, lo que ha abierto nuevas vías de negocio a desarrolladores y productoras.
En el mundo de las cafeteras de cápsulas viene a pasar algo parecido. Cada vez hay más productos de este tipo; y muchas marcas y cadenas comerciales lanzan sus apuestas. Pero la elitista Nespresso, con sus exclusivas tiendas, su venta personalizada -todo muy a lo Apple Retail Store-, su variedad de productos, su diseño, su George Clooney... fue la primera en popularizar estos productos y es líder.
Más aún; debido a la creciente popularidad de las cafeteras Nespresso, fabricantes de cafés de toda la vida como Marcilla se han animado a sacar sus propias cápsulas para estas máquinas. Con el rimbombante nombre de 'Marcilla L'arôme EspressO' y con Rosario Flores como madrina, la firma acaba de presentar su propia línea.
¡Porque un café también puede ser cool! -si bien es cierto que la línea entre lo 'cool' y lo absurdo es cada vez más fina-. Los cafés de Marcilla se llaman Satinato, Delizioso, Decaffeinato, Splendente, Sontuoso y Forza. Joder, si para tomar un café hace falta ya el libro de instrucciones. Igual que, por cierto, muchos tuvimos que aprender a usar iTunes tras mucho tiempo de "copiar y pegar" en la carpeta de un mp3 "normal".
A Nespresso le ocurre lo mismo que Apple. Debido a la popularidad de su producto, hay firmas que ven la necesidad de apuntarse a la fiesta. Un caso parecido al de Marcilla lo tenemos en el mundo de los iPods con Spotify, que esta semana ha anunciado que va a ofrecer un servicio de descarga para los populares reproductores de Apple. A Nespresso y a Apple les ha nacido competencia en sus propios dominios.
Y de la observación del panorama general, al caso personal. Al igual que me ocurrió con los reproductores mp3, tuve una cafetera de cápsulas de una popular cadena de tiendas española antes que una Nespresso. Y, por supuesto, antes, cafeteras de filtro. Al final, a fuerza de probar cafés de Nespresso en casas amigas, hice el cambio del mismo modo que hace unos años desterré un mp3 cualquiera y me hice con un iPod Classic de 80 GB.
Y la aceptación ha sido similar. Viene a ser lo mismo -todos hacen cafés, todos reproducen música- pero mejor. Y no solo todo el proceso de creación del mercado general y la marca en particular o la satisfacción de producto de Nespresso me recuerda a los iPod. Es más tangible aún. Cuando tuve en mis manos por primera vez la caja de una de estas cafeteras y vi sus fotos frontales, diseño limpio, caja compacta, pensé en su similitud con las cajas de Apple.
Quizá pronto el CEO de Nestlé, Paul Bulcke, comience a presentar las cafeteras con jersey negro de cuello alto y vaqueros y dé una puntilla final, cambiando la puntilla final 'One more thing' de Steve Jobs por el 'What else?' de Clooney.
