La nueva Oslo, arquitectura bajo cero

Casa de la Ópera de Oslo, Noruega
JAVIER CARRIÓN
Europa Press Chance
Actualizado: martes, 15 febrero 2011 15:09

OSLO 15 Feb. (EUROPA PRESS - Javier Carrión) -

Corren nuevos tiempos para Oslo. La fría y gris capital noruega aparece espléndida con su sorprendente y luminosa arquitectura "bajo cero", que representa la espectacular Casa de la Ópera.

Muy pronto un español, Juan de Herreros, añadirá un "granito de arena" más poniendo su firma al renovado museo dedicado al pintor Edvard Munch, autor de "El Grito", que estrenará sede en el mismo barrio de la Ópera.

La casa de la Ópera en Oslo se ha convertido en muy poco tiempo en el gran símbolo arquitectónico de la capital noruega. Aunque fue polémico en su planteamiento inicial, desde su apertura (el 12 de abril de 2008) la popularidad del edificio ha crecido entre los oslenses que lo ven no solamente como un gran escenario de conciertos y espectáculos de danza y música, sino también como un excelente lugar para reunirse, tomar el sol y disfrutar de la belleza del fiordo Hovedoya.

La construcción aparece en el horizonte como un iceberg que sale del mar y se presenta desafiante a las aguas gélidas que llegan a las orillas de Oslo. Su auditorio principal tiene capacidad para 1.350 espectadores y se complementa con un segundo escenario para ensayos y representaciones menores con 400 asientos.

En ambos la acústica es fantástica ya que en su diseño y construcción éste era el elemento básico a cuidar desde cualquier posición. Otra clave importante del edificio es el foyer o vestíbulo, una enorme sala con luz natural de acceso libre donde se encuentran las taquillas, las tiendas y dos restaurantes con unas excelentes vistas hacia el mar.

En todo el conjunto, que se desarrolla bajo un tejado de mármol formado por un puzzle de 36.000 piezas encajadas, hay también un nexo común: su carpintería aplicada con los tradicionales sistemas de construcción de los barcos noruegos.

La Ópera, diseñada por el estudio de arquitectos Snohetta, está considerada como el mayor centro cultural construido en esta zona escandinava en los últimos 700 años.

Kjetil T. Thorsen, uno de los arquitectos del estudio que tiene su sede a solo unos metros del fiordo, pone énfasis en que desde fuera el edificio parece de reducidas dimensiones, un tamaño que engaña a primera vista pues cuando se visitan sus "tripas" se comprueba la grandeza de esta obra que abarca 49.000 metros cuadrados.

Snohetta, que cumple una "ley" muy escandinava de contar con hombres y mujeres al 50 por ciento en su staff, se ha ganado una justa fama entre los estudios punteros de la arquitectura moderna por sus atrevidas propuestas a pesar de su reciente creación (1989).

Buenos ejemplos son el diseño de la nueva Biblioteca de Alejandría, el proyecto de Ras Al-Khaimah (Emiratos Árabes Unidos) o el Centro de Conocimiento y Cultura del rey Abdulaziz (Arabia Saudita), y lo será el Museo y Memorial de la Zona Cero en Manhattan (Nueva York) del que se esperan ya algunas sorpresas el próximo mes de septiembre.

Junto a esta floreciente Oslo, al que se sumará este año el nuevo Museo Munch realizado por el estudio de Juan de Herreros en el barrio de Bjorvika, el mismo de la Ópera, merece la pena visitar el Oslo más clásico.

Empezando por el Parque Vigeland, el parque más grande de la capital -32 hectáreas- que presenta en sus 214 estatuas de granito el "ciclo de la vida" ideado por Gustav Vigeland y que a todas horas está abierto al público, y continuando por el remolado trampolín de Holmenkollen, diseñado curiosamente por un belga, que se estrenará del 23 de febrero al 6 de marzo en los Campeonatos del Mundo de Esquí Nórdico.

Ya en la ciudad, el paseo por Karl Johans Gate, la calle más comercial de la ciudad que culmina en la colina donde se levanta el Palacio Real, residencia de los Reyes Harald y Sonja, resulta inevitable a pesar de los precios de sus tiendas y grandes almacenes.

Como también lo es recorrer algunos de sus museos. En la sala 24 de la Galería Nacional se exhibe el célebre cuadro de "El Grito" de Edvard Munch -sólo por admirarlo vale la pena su visita aunque hay otras piezas del autor muy interesantes- y los que prefieran los museos relacionados con el mar deben desplazarse a la península de Bygdoy.

En este cotizado barrio de Oslo la oferta es variada con el Museo Vikingo, el Museo Kon Tiki y el Museo del Barco Fram a la cabeza. Este último conmemora en 2011 el centenario de la expedición liderada por el noruego Roald Amundsen al Polo Sur, culminada el 14 de diciembre de 1911, y los 150 años del nacimiento del famoso explorador polar Fridtjof Nansen.

GUÍA PRÁCTICA

Para llegar

La compañía SAS vuela desde Madrid a Oslo haciendo escala en Copenhague. Más información: www.flysas.com/es/

Para dormir

Doubletree by HiltonHotel. Muy céntrico, entre la calle Karl Johans Gate y el Ayuntamiento de Oslo. Tel: +47 415 220 15. Inf: http://doubletree1.hilton.com/

Para comer:

Christiania Café. Tel: +47 97 04 74 85. Inf: www.cafechristiania.no

Ekeberg Restaurant. Tel: +47 957 62 004. Inf: http://www.ekebergrestauranten.com/en/

Madu Restaurant. Tel: +47 41 36 82 39. Inf: http://www.firsthotels.com/en/Our-hotels/Norway/Oslo/First-H...

Más información: www.visitnorway.es / www.visitoslo.com

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